Todos fuimos testigos de la embestida que dio Morena y, en particular, el expresidente Andrés Manuel López Obrador en contra de los medios de comunicación que no se alinearon a su forma de pensar y se negaban a decir lo que él y su partido querían. Por el contrario, denunciaban y prácticamente todos los días lo cuestionaban, provocando que la serenidad de la que presumía se acabara y dejara ver el verdadero rostro del exjefe del Ejecutivo.
Las voces que se atreven a desafiar y a decir la verdad son calumniadas, pero afortunadamente somos muchos los que nos atrevemos a decir las cosas como son
Los insultos eran muy variados. Iban desde achichincle, alcahuete, aprendiz de carterista, canallín, chachalaca, chayotero, cínico, cómplice, conservador, corrupto, deshonesto, desvergonzado, espurio, farsante, fichita, fifí, ingrato, intolerante, ladrón, lambiscón, pandilla de rufianes, perverso, pillo, piltrafa moral, pirrurris, politiquero demagogo, títere, traficante de influencias, traidorzuelo, vulgar, zopilote y más descalificativos que ya todos conocemos. Esa embestida ocurría cada vez que algún reportero se atrevía a cuestionar los resultados de su gobierno.
Lo sorprendente era que los cuestionamientos se hacían con los mismos datos que su gobierno reportaba en las páginas oficiales. Increíble cómo él mismo negaba lo que su equipo publicaba.
Estos arrebatos no sólo provenían del expresidente. La cúpula de Morena también se aprovechaba de lo dicho por el entonces jefe del Ejecutivo para descalificar a quienes los exhibían, a quienes se atrevían a levantar la voz y mostrar la realidad, esa realidad que millones de mexicanos vivimos todos los días y que ellos se negaron y aun se niegan a ver y cambiar.
Así, los mismos insultos iban para organizaciones sociales como el Movimiento Antorchista Nacional, las madres buscadoras, los niños con cáncer y sus padres, los agricultores, los maestros, los estudiantes organizados, los transportistas. A todos los tachaban de querer desestabilizar el “buen gobierno” de AMLO.
En conclusión, todo aquel mexicano que no pensara como el líder moral de Morena era automáticamente su enemigo.
Pero esas afirmaciones de antaño hasta la fecha son totalmente falsas. El pueblo tiene derecho a exigir desde la trinchera que le corresponda, tiene el derecho de denunciar cuando considere que las cosas van mal, cuando se descubren actos de corrupción, de nepotismo, de falsas promesas. Ese derecho nadie se lo puede quitar al ciudadano.
Ya el político tabasqueño terminó su mandato entre mentiras, promesas incumplidas, dejando un país dividido entre “chairos” y “fifís”, con obras faraónicas que costaron más de lo que sirven y con un clima de inseguridad terrible. Muy difícilmente saldrá a dar la cara por todo lo que no hizo y por lo que mal hizo y hoy está saliendo a la luz.
Y todo parece indicar que su sucesora, la también morenista Claudia Sheinbaum Pardo, está siguiendo al pie de la letra el manual que le heredó AMLO: negar mil veces la realidad y culpar de todo lo malo que está pasando en México a los medios de comunicación “carroñeros”, expresidentes (excepto a él), organizaciones sociales y civiles, y todo aquel que se atreva a decir la verdad.
Esto lo podemos constatar en el circo de cada mañana, ahora llamado “mañanera del pueblo”, donde la presidenta defiende a capa y espada a su antecesor, pidiendo que ya lo dejen en paz, negando que la estrategia de “abrazos, no balazos” haya sido un rotundo fracaso, negando los problemas del sistema de salud y educación, negando el nepotismo de los integrantes de su partido, protegiendo a los gobernadores de Morena que han hecho de los estados donde gobiernan un campo de batalla, negando el acarreo a sus eventos y haciendo uso de la letanía de insultos para quien se atreva a decir lo contrario.
Así de mal estamos. Las voces que se atreven a desafiar y a decir la verdad son calumniadas, pero afortunadamente somos muchos los que nos atrevemos a decir las cosas como son. Aquí radica la importancia de los medios de información independientes en México y el mundo.
En este orden de ideas, aprovecho este espacio para reconocer y felicitar a la única revista de análisis político profundo, con articulistas, reporteros, editores, analistas, fotógrafos y a todo el gran equipo, limpios de conciencia, profesionales de la pluma y comprometidos con la verdad, por el 25 aniversario de la revista Buzos de la Noticia, una publicación que se ha convertido en un referente de información real para millones de mexicanos.
Finalizo con dos estrofas de esta hermosa canción, interpretada por la gran Mercedes Sosa y escrita por el argentino Horacio Guarany, que lleva por título Si se calla el cantor:
Si se calla el cantor, se quedan solos
los humildes gorriones de los diarios,
los obreros del puerto se persignan,
¿quién habrá de luchar por su salario?
¿Qué ha de ser de la vida si el que canta
no levanta su voz en las tribunas
por el que sufre, por el que no hay
ninguna razón que lo condene a andar sin manta?
Sigamos siendo los cantores del pueblo, sigamos siendo las voces que digan la verdad.
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