Al inicio de 2022 el tema de seguridad comenzaba a tambalearse en Colima y se exponían las fallas en ese rubro, nadie pensó que la situación evolucionaría tan bruscamente a tal grado de llevar más de 100 días de violencia y, quedando en medio un río de sangre que, de uno u otra manera, ha salpicado a las colimenses; convirtiéndose en el daño colateral de la guerra entre grupos delictivos que buscan tener el control de la entidad.
Si bien es cierto que la violencia vive entre nosotros, desde hace muchos años, la culpabilidad que tiene el actual Gobierno estatal no pasaba desapercibida, aunque muchos así quisieran que fuera y, el discurso oficial lejos de ayudarles solo remarca las fallas que se han tenido en las estrategias de seguridad implementadas, así como demostrar que la problemática los está superando.
Ni con el apoyo del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien hace unos meses visitó Colima para decir que la gobernadora Indira Vizcaíno Silva contaba con su respaldo para combatir la ola de violencia, que en ese entonces era menor, han podido enfrentar a la delincuencia.
Como consecuencia de ello, el tejido social de Colima se ha ido desgarrando conforme avanza el tiempo: el descontento y enojo de gran parte de la ciudadanía hacia las autoridades aumentó considerablemente, aunque estas últimas parece que tienen otra percepción de lo que se vive en la entidad.
De acuerdo con la información proporcionada por el vocero de la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad del Estado de Colima, Gustavo Adrián Joya Cervera, hasta mayo 19 del 2022 se han registrado 358 homicidios, de ellos 31 fueron mujeres y dos con la edad de 12 años.
En un comunicado de prensa derivado de la conferencia realizada por Joya Cervera, se dio a conocer que, del 13 al 19 de mayo hubo 26 homicidios dolosos y mencionó que “parte importante del aumento está focalizado en Manzanillo, donde en lo que va de mayo han ocurrido 54 por ciento más homicidios que en todo abril”.
Las cifras que ahí se dan a conocer cada semana, lejos de tranquilizar a la población, solo aumentan la incertidumbre con la que se vive en la entidad, pues se comprueba día con día que tapizar a Colima de elementos de seguridad, no garantiza el objetivo por el cual salen a las calles.
Si pretendían transmitir tranquilidad a la población con la salida de la Guardia Nacional a las calles para estar haciendo rondines, pues no se está cumpliendo del todo, porque la forma en que muchas veces estos actúan, solo provoca miedo entre los colimenses.
Hay algo que durante la conferencia que Joya Cervera dio el 20 de mayo me llamó mucho la atención, pero sobre todo me provocó cierta preocupación. Cuando se le preguntó al vocero que si sentía seguro cuando salía a las calles de Colima, sin titubeo alguno dijo que sí. Por un momento recordé lo que decía el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez cuando la pandemia en México aún no tomaba su mayor auge y le preguntaban si los mexicanos se tenían que preguntar y decía que no.
La respuesta del vocero se puede tomar como una respuesta. Pero si nos vamos al polo opuesto, la respuesta es totalmente diferente. Los problemas en Colima no se limitan a los homicidios dolosos, también a delitos como robo o asalto a mano armada al transeúnte, robo a casa-habitación o a negocio, pero sobre las carencias que se tienen en los diversos sectores como lo es el educativo, el de salud y financiero, por mencionar algunos. Y obviamente, a la pobreza como tal.
En las últimas semanas, las mujeres han protagonizado diferentes marchas por las principales calles de Colima exigiendo justicia por los feminicidios y las personas desaparecidas en la entidad, problemáticas que no solo afectan a nuestra entidad, sino que la estadística a nivel nacional es alarmante, que no pasa desapercibida ante la opinión pública internacional.
El pasado dos de mayo en el portal de Internet de El Universal se publicó una nota sobre la delicada situación por la que están pasando las mujeres en Colima. “Durante el primer trimestre del año Colima fue el estado más violento para las mujeres de acuerdo con la tasa de homicidios por cada 100 mil mujeres, pero al mismo tiempo es uno de los dos estados en los que no se registró ningún feminicidio durante ese periodo”.
Más adelante, en la nota, se puede leer que “según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre el 1 de enero y el 31 de marzo se cometieron 14 homicidios dolosos contra mujeres en Colima, es decir, 3.45 por cada 100 mil mujeres, muy por encima de la media nacional, que fue de 1 asesinato por cada 100 mil mujeres”.
En cuanto al registro de personas desaparecidas, en el periódico Diario de Colima se publicó que la Fiscalía General del Estado tiene el registró de 30 hombres y cuatro mujeres desaparecidos del primero de enero al siete de marzo del presente año. “Por municipios, Manzanillo es el que registra el mayor número de desaparecidos en lo que va del año, con nueve personas, seguido de Tecomán, Villa de Álvarez, Colima y Cuauhtémoc, con seis casos cada uno; además, hay tres personas que no queda claro el lugar donde desaparecieron”.
Claro que está que el discurso que decían en las elecciones del 2021 en la entidad poco a poco ha perdido fuerza y valor. Pese a que los de la 4T no lo quieran aceptar, la realidad les demuestra que están en un error. Era de esperarse que la opinión crítica fuera certera con respecto al trabajo que se está realizando en Colima.
Para finalizar, considero que a todos los colimenses que confiaron en su proyecto y a la sociedad en general, se le debe complicar con lo prometido, tal parece que solo les endulzaron el oído, diciéndole lo que tanto anhelan los colimenses; unas mejores condiciones para poder vivir dignamente prometieron una paz que hasta el día de hoy no ha llegado. Es momento de cumplir.
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