Han transcurrido cuatro años, ¡sí cómo usted escuchó!, cuatro años tiene que llegó al poder aquel hombre que hizo campaña durante 18 años, durante los cuales criticó hasta más no poder los males del país: la corrupción, la mafia del poder; el que con su discurso prometió combatir, pero hoy día, con sus hechos terminó convirtiéndose en uno de ellos; estamos hablando, ni más ni menos, que del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, emanado de Morena e impulsar de la mal llamada Cuarta Transformación.
Una vez llegado a la silla presidencial, le bastaron sólo cuatro años para ya no saber qué hacer con la problemática del país, quedó en el olvido todo lo prometido en sus más de 18 años de campaña, pues manifiesta su ineptitud en sus mañaneras.
López Obrador sigue todavía con su discurso de que las administraciones pasadas le dejaron un caos el país; o sea sigue culpando a los gobiernos pasados, y nadie justifica ese hecho, el problema es que ya son cuatros años repitiendo, una y otra vez, lo mismo.
Cuatro años de espera de un cambio verdadero como prometió a los mexicanos, veamos sólo algunos hechos: no se vendió ni se rifo el avión presidencial y tampoco tenemos el sistema de salud similar al de Dinamarca, motivo de la anulación del Programa Seguro Popular y en su lugar se aplicó el famoso Insabi, mismo que ahora ya se denomina Imss-Insabi, que es un programa sin resultados positivos, pues no hay tratamientos para los niños con cáncer, los centros de salud no cuenta con medicamentos.
El Ejército no regresó a sus cuarteles, al contrario, López Obrador cambió de opinión y ahora militarizará el país. No bajó la gasolina, se está subsidiando para que no haya gasolinazos; las consultas no sirvieron para nada, pues no hubo ni revocación de mandato, ni mucho menos expresidentes enjuiciados, ya no se diga de la inflación que está por las nubes, se inaugura la refinería de dos bocas y no refina.
En educación, el sistema educativo no les brinda oportunidades a los jóvenes; por ejemplo; dijo que crearía 100 universidades, pero eliminó programas vitales para el desarrollo de la niñez, es decir, las escuelas de tiempo completo. Es un fracaso la educación en nuestra nación, con una secretaria de lujo que no sabe responder temas que le incumben; al instituto que representa, la corrupción sigue y no pasa nada, cada vez hay menos oportunidades de trabajo y sigue la lista; es decir, cada vez los mexicanos de la clase media se van sumando a la clase pobre, y los de la clase pobre ya no se diga a la extrema pobreza. Estos cuatro años de espera han sido en valde y seguirá de mal en peor nuestra situación de vida.
Estando así las cosas, la obligación de nosotros los más pobres es organizarnos y educarnos para tomar el poder político e implementar un gobierno que en realidad defienda los intereses de la clase pobre, que vele por sus derechos, un gobierno para darle resolución a las demandas más sentidas del pueblo pobre de México y no dejarnos manipular por rollos huecos, porque eso no es lo que merecemos los mexicanos, luchemos por un nuevo amanecer de la sociedad.
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