Cuando la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, tomó posesión del cargo, en septiembre del año pasado, se convirtió en la segunda mujer que gobierna este municipio, después de haberlo hecho Aurora Mesa Andraca en 1936. La orgullosa cuatroteista dijo, entre otras cosas, que su administración resolvería todo el atraso social del municipio, que combatiría la corrupción y crearía las bases para promover un pacto social para atender las diversas problemáticas que aquejan a la población.
Además, afirmó que con su gobierno se acabarían los pretextos y las quejas, y que la rendición de cuentas y transparencia, serían su distinción. Después de un año de gobierno, los resultados son desafortunadamente malos para el pueblo de Chilpancingo.
La política de gobierno de Hernández Martínez no es otra más que replicar el estilo del Gobierno federal caracterizado por cero atención a las demandas sociales, puertas cerradas e indiferencia a los reclamos de los ciudadanos, política que genera constantes protestas de campesinos, colonos, estudiantes y amas de casa que demandan agua potable, drenaje, alumbrado público para cuando menos disuadir la delincuencia, y hasta reclamos de sus propios trabajadores del Ayuntamiento que solicitan respeto a sus contratos colectivos de trabajo.
Los vecinos organizados en el Movimiento Antorchista, como muchos otros ciudadanos de la capital guerrerense, le entregaron una modesta relación de demandas de carácter social que requieren ser atendidas en diversas colonias de la periferia de la ciudad. Y a un año de entrevistas con funcionarios y titulares de las dependencias del ayuntamiento, no han encontrado una sola respuesta favorable a estas justas peticiones.
En la relación, se encuentra la pavimentación del acceso a las colonias Mártires Antorchistas, Aquiles Córdova Morán, República y Zalomaític, obra que de construirse beneficiará a más de 400 familias y permitirá el servicio de transporte, pues actualmente la gente recorre casi dos kilómetros a pie.
Lo mismo demandan los habitantes de las colonias Moisés Castillo, Plan de Ayala y Valle de las Flores. La colonia Jardines del sur necesita la construcción del sistema de drenaje, en la colonia Lomas del Poniente, se necesita rehabilitar la red de drenaje que colapsó en varias calles en esta temporada de lluvias, ocasionando fugas de aguas negras que provocan enfermedades estomacales e infecciones en la piel.
Mención especial merece la solicitud de un grupo de habitantes de la colonia Candelaria, que solicitan el cumplimiento del convenio mediante el cual se regularizarán veintiséis lotes, y en el que el ayuntamiento le corresponde aportar una tercera parte de su valor, pero que no lo hace a pesar de reconocer su obligación y a pesar de que el gobierno del estado le propone aportar otra cantidad para resolver de una vez el problema a los colonos.
También los habitantes de la colonia Héroes de Guerrero solicitan una respuesta a su solicitud de reubicación, dado que sus viviendas se encuentran asentadas en terrenos con fallas geológicas y viven en constante riesgo. Cientos de familias, solicitan ser incluidos en los programas de mejoramiento de vivienda, en el que aportan recursos para adquirirlos y que el ayuntamiento los promueve preferentemente con sus simpatizantes. Por su parte, un grupo de habitantes de la comunidad de Tepecochitlán, solicitan un muro de contención para evitar que las corrientes de agua derrumben sus humildes viviendas, y que fueron afectados ya por los huracanes Íngrid y Manuel en el año 2013, y que desde aquel año la Dirección de Protección Civil Estatal dictaminó que era necesario la construcción de un muro de contención, sin embargo, todas las administraciones municipales se han negado a hacerlo.
Las protestas diarias en la capital del estado, por demandas ante el Ayuntamiento y ante las diferentes dependencias del gobierno del estado, afectan sin duda, el diario vivir de los habitantes de la capital guerrerense, pero el problema, si lo comprendemos correctamente, está en el incorrecto proceder de los gobernantes que cuando son candidatos prometen que con su elección al convertirse en gobernantes, todo lo cambiarán, todo lo mejorarán, marcando distancia con sus antecesores, pero que cuando son autoridades son iguales o peores que aquellos.
Los antorchistas, todavía, después de un año, hacemos un nuevo llamado a la presidenta municipal para que resuelva las demandas que los colonos, campesinos y estudiantes, ciudadanos de este municipio. La insistencia no desistirá y haciendo uso de las derechos de organización y petición, continuaremos nuestra lucha elevando la exigencia de la solución de los problemas de los chilpancingueños humildes.
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