MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Precio de la gasolina, golpe al bolsillo del pueblo

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De acuerdo con recientes análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dados a conocer por medio de la prensa, el precio de la gasolina en México registra un aumento sostenido a lo largo del año 2021. En el caso de Jalisco, está en Zapopan el tercer establecimiento del país que vende la gasolina más cara. Ante este panorama no es necesario ser un experto en temas económicos y sociales para darnos cuenta de que el incremento sí se siente y está afectando el bolsillo de las familias, no solo a las que tienen vehículo, sino a todo el pueblo que es el que finalmente paga el aumento en los productos que se trasladan para su consumo. 

Si bien, los automovilistas no saben exactamente cuál ha sido el incremento, sienten la afectación porque con la pandemia muchos trabajadores al haber bajado sus sueldos tienen que gastar más en combustible para moverse a la gasolinería que tiene mejor precio. Se dan cuenta que cada día la gasolina está más cara y no ven la salida ya que, hay unas gasolinerías más baratas pero por muy poca diferencia. Es obvio que con el aumento de este producto, el pueblo jalisciense es uno de los más golpeados. 

Como podemos recordar, a los gobiernos anteriores a la autoproclamada “Cuarta Transformación” no les quedó claro que a la gente le pesa mucho los incrementos de los precios de los combustibles, es un asunto social y de un altísimo costo político. Muchos mexicanos llegamos a escuchar que los secretarios de Estado y los propios presidentes, con el fin de quitar subsidios a la gasolina y la liberación del precio de este combustible, afirmaron que la gasolina sólo afecta a quienes tienen auto. “En México la gasolina no la consume todo el mundo, sino los consumidores directos son solamente quienes tienen automóvil”. Pero, el candidato Andrés Manuel López Obrador lo entendió muy bien y ahora como mandatario, presume que en 2023 seremos autosuficientes en gasolinas y diésel.

AMLO, en sus giras por Dos Bocas o en otras refinerías de Pemex pregona “no habrá aumentos en los precios de los combustibles”. Estos discursos están alejados para quienes gastan la mayor parte de sus ingresos en gasolina ya sea para trasladarse a sus centros de trabajo o trasladar productos para vender en los tianguis o en sus locales. O sea, al igual que sus predecesores, el presidente de la “Cuarta Transformación” como solución a tan difícil asunto social, tergiversa la realidad, además, ofrece soluciones demagógicas y mentirosas como él mismo reconoce, ya que había prometido que no aumentaría el costo de los combustibles. 

No hay duda en política energética estamos peor. Con la eliminación de los subsidios a los combustibles y que derivó en el incremento del precio de las gasolinas en el país, que respondían cuando menos a los compromisos adquiridos por el Gobierno de México con la comunidad internacional como parte de las acciones para mitigar los efectos del cambio climático, ahora estamos ante una tramposa defensa presidencial de leyes energéticas. Con las reformas a la Constitución el presidente y sus aplaudidores, entienden que es nacionalismo y patriotismo puro la nacionalización de los bienes y recursos naturales del país como el petróleo y la electricidad. Según ellos, al nacionalizarlos dejarán de ser fuente de explotación y de riqueza fácil para los voraces capitalistas nacionales y extranjeros y pasarán al servicio de las grandes mayorías. 

Para el gobierno de la “Cuarta Transformación”, el empeño que está poniendo para rescatar la soberanía energética del país, los verdaderos patriotas, los verdaderos mexicanos tenemos que estar dispuestos a resistir elevados niveles de contaminación ambiental y precios elevados, “México vale eso y más”, piensan AMLO y sus seguidores. Pero, todo esto es palabrería sin sentido, discursos baratos para tocar las fibras más sensibles del pueblo mexicano y reducirlo por ese medio a un ciego defensor de las torpezas y ambiciones de poder absoluto del Gobierno. 

A estas alturas ya nadie puede dejarse engañar. La nacionalización del petróleo y la electricidad nunca pondrá en manos del pueblo la administración y las ganancias generadas. Tales recursos seguirán como siempre en manos de una burocracia ineficiente y corrupta, que sólo pasará al pueblo las cuentas de sus pérdidas y despilfarros para que las pague. Pemex y la CFE nacionalizadas, seguirán produciendo energía para los grandes consumidores, para la gran industria, que son los que harán con ello el verdadero negocio, porque el sistema está diseñado para eso, le guste o no al presidente y sus seguidores. Se socializarán las pérdidas, esas sí serán para todos, pero las ganancias seguirán siendo privadas y el pueblo seguirá sin ganar nada. 

El precio de la gasolina y otros combustibles seguirán golpeando los bolsillos del pueblo trabajador. En caso de que México llegase a ser autosuficiente en gasolinas y diésel, el precio de la gasolina bajará al menos por un tiempo, pero esa baratura artificial será a costa del rezago técnico y administrativo de Pemex que a la larga la llevará a la quiebra y a necesitar mayores subsidios del Gobierno que tendremos que seguir pagando entre todos con más impuestos. 

En estos momentos, nacionalizar Pemex y la Comisión Federal de Electricidad ya no son tareas del pueblo trabajador, tan poco puede ser su única bandera de lucha los gasolinazos. Lo nuestro es luchar por menos desigualdad y menos pobreza, menos impuestos a los trabajadores, más empleo y mejores salarios, servicios de salud y educación de calidad mundial, obras de urbanización y mejores servicios para todos. Sólo así lograremos abatir la pobreza y las carencias que nos ahogan. El Movimiento Antorchista Nacional convoca a todos los mexicanos a luchar por todo esto.

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