MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Jalisco no debe subestimar las políticas de Donald Trump

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Las políticas comerciales de Donald Trump no son solo una amenaza lejana; son un golpe directo a la economía de Jalisco y de México. Escribo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumpliera su amenaza, una de tantas, de imponer el 25 por ciento de aranceles a los productos mexicanos que se exportan al vecino del norte, todo con el firme propósito de “salvar” una economía en decadencia, como lo es la norteamericana, la cual tiene una deuda equivalente al 122 por ciento de su PIB, es decir, la riqueza que producen más de 300 millones de estadounidenses en poco más de un año. Y, por si fuera poco, un balance comercial con déficit, el cual se ha incrementado de manera sostenida, compra más de lo que produce; solo puede alimentarse si compra; de lo contrario, es insuficiente para sí mismo. Todas las “decisiones” del presidente Trump tendrán alta repercusión entre sus “socios” comerciales.

La dependencia económica con nuestro vecino del norte, en todos los sentidos, es casi total, por lo que debemos plantearnos como país buscar nuestra verdadera independencia económica

El incremento provocará un aumento en los precios de las mercancías que se comercializan en dicho país y, a su vez, una reacción en cadena en su país productor, desde disminuir la demanda de ciertos productos hasta el despido de miles de empleados en México, donde se producen los miles de mercancías que se exportan. En tal contexto y con las amenazas cumplidas, vale la pena analizar en sus justas dimensiones la dependencia económica de nuestro país y las implicaciones que se nos avecinan.

Dos datos condensan la dependencia; primero, según datos del INEGI, el 84 por ciento de las exportaciones mexicanas van a parar a Estados Unidos. En otras palabras, producimos para venderle, casi en exclusivo, al mercado norteamericano. La situación nos coloca en una posición vulnerable y a su voluntad de compra; los ingresos de miles de personas dependen de tal operación; colocamos todas las esperanzas de venta en la misma canasta.

Segundo, somos de los países que más remesas recibimos, dinero que mandan los migrantes a sus familiares en la tierra azteca, dinero que se utiliza principalmente para adquirir la canasta básica, el pago de servicios e imprevistos aquí en México. Si se decide deportar a los miles de migrantes indocumentados, los mexicanos se quedarían sin este importante ingreso que les ha permitido, hasta ahora, no sentir la cruda realidad económica que atravesamos. Así el panorama nacional y la cosa no pinta distinta en el plano estatal, ya que todo tiene relación y lo que ocurre en general se replica en particular.

Jalisco ocupa el tercer lugar, en una lista de 32 estados mexicanos, en ser receptor de remesas; en 2024 recibió 4 mil 95 millones de dólares, lo que equivale a 84 mil 631 millones de pesos. Para hacernos una idea más clara del monto que se envía a la tierra del tequila, sirven dos ejemplos. Primero, el monto descrito alcanzaría para reunir 85 toneladas de billetes de mil pesos mexicanos, así como lo lee, 85 toneladas. Segundo, si apiláramos billete tras billete de mil pesos y a una altura de un metro, el dinero de las remesas lograría llenar un campo de fútbol con las medidas oficiales; así de grande es la contribución de los migrantes.

Además, es importante notar que la tierra del mariachi tiene el mayor número de migrantes. Según el INEGI, aproximadamente 1.5 millones de jaliscienses residen en Estados Unidos; si se consideran las personas sin registro oficial y a las segundas generaciones de jaliscienses radicados en el país vecino, se estima que esta cifra podría superar los 4 millones, representando al 10 por ciento de la comunidad mexicana en el país de las barras y las estrellas. La situación compleja no termina ahí; según los datos del gobierno de México, el 79.9 por ciento de las mercancías producidas en Jalisco van a parar al mercado de Estados Unidos y, junto con ello, ocupa el primer lugar en cuanto a la inversión extranjera directa en la entidad.

En distintos foros estatales, se ha mencionado sobradamente que la situación de Jalisco respecto a las políticas de Donald Trump, como la del incremento de aranceles, la instrumentación de políticas para reducir las remesas y las deportaciones masivas a los migrantes que trabajan en Estados Unidos, va viento en popa, que debemos estar tranquilos porque ya se tienen las condiciones y los planes para actuar en todos los escenarios posibles. ¿Será? ¿No se nos está ocultando la verdadera situación estatal y nacional? Los datos hablan por sí mismos de la dependencia económica y de sus posibles repercusiones. Solo pensemos en un escenario, bastante cercano a la realidad: si deportan tan solo al 20 por ciento de las familias jaliscienses que radican en Estados Unidos durante los próximos cuatro años, estaríamos hablando de 800 mil personas, una cifra superior a la población de San Pedro Tlaquepaque, municipio del área metropolitana de Guadalajara. ¿El estado está preparado para ese incremento estrepitoso? ¿De qué van a vivir los repatriados? ¿Cómo se garantizará su acceso a vivienda, empleo, educación y atención médica? 

Pero no solo la situación de los migrantes deportados debe preocuparnos, también que la reducción de las remesas tendría un impacto negativo en miles de familias jaliscienses que ocupan los recursos para poder terminar el mes. Y por si alguien pudiera pensar que se salva por no tener familiares migrantes y no recibir remesas, hay que recordar que Jalisco exporta casi el 80 por ciento de sus mercancías a nuestro vecino del norte, es decir, que miles de jaliscienses participan en la producción de los productos, desde los que extraen la materia prima hasta el que vende la mercancía final, pasando por todos los sectores económicos. El incremento de aranceles podría provocar miles de despidos en la tierra del agave al disminuir las compras por el incremento de los precios de los productos en Estados Unidos. A los jaliscienses se les debe hablar con la verdad y con todo lo que ello pudiera implicar; siempre será mejor estar prevenidos ante las calamidades y no esperar a que nos tomen por sorpresa. 

La situación nacional y estatal nos exigen, en primer lugar, estar bien informados de la situación que se va desarrollando en el país, estar pendientes de nuestros paisanos deportados y contribuir para que puedan generar todos los documentos de identificación necesarios, y exigir a los gobiernos estatales verdaderas acciones que vayan dignificando la situación de los migrantes y de todos los mexicanos, porque recordemos que, por duro que sea, los migrantes se fueron a buscar oportunidades en otro país porque en el suyo no las encontraron. La dependencia económica con nuestro vecino del norte, en todos los sentidos, es casi total, por lo que debemos plantearnos como país buscar nuestra verdadera independencia económica y lo que será en lo sucesivo nuestra independencia política, y la única manera de lograrla es organizarnos al unísono y defender nuestra soberanía, como un solo hombre y como un solo ideal; mañana podrá ser muy tarde.

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