MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Persecución en tiempos de pandemia

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Son las 6 de la mañana, el transporte local va lleno, entre hombres, mujeres y una proximidad de centímetros, todos van al trabajo, vamos de norte a centro de la capital poblana y nos encontramos a la orilla de la selva metálica, por la ventana se ven los paisajes secos y fríos, primera parada y un montonal de trabajadores baja para tomar un segundo transporte. ¿Cubrebocas? ¿Gel? ¿Sana distancia? No, aquí se vive al día.

Así corre la vida en Puebla ante el decreto por parte del Gobierno morenista de Miguel Barbosa Huerta donde se restringen las actividades no esenciales; mientras cierran los comercios y acordonan las plazas la población se sigue moviendo, porque no hay alternativas y los pequeños negocios que aún tienen masa laboral tampoco se manifiestan a favor de las grandes mayorías.

En los municipios se pide que no se solape el comercio informal y se adopten medidas garroteras contra quienes no acaten el toque de queda; sin embargo, por un lado golpean a la población y por el otro no hay apoyo suficiente, no hay opciones y eso exige que las personas acudan a trabajos inestables, a hacer aseo, a trabajar como albañiles o a apostarse en cruceros no vigilados a vender desde cubrebocas hasta alimentos.

Es cierto, en Puebla suman más de 54 mil casos confirmados y un aproximado de 6 mil 284 muertes por covid-19, no obstante, la gente sabe que no trabajar es otra forma de ver morir a sus familias y a sí mismos, por ello, armados con cubrebocas sencillos salen a la calle.

En diciembre de 2020 el sector privado y académico aseguró que enero de 2021 sería un mes difícil, y es que, en primer lugar, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) hizo oficial el aumento del 15 por ciento en los sueldos del país, lo que en Puebla representa un golpe duro debido a que más de 15 mil micros, pequeñas y medianas empresas no podrán absorber los gastos ante la crisis económica poniendo en riesgo el empleo de 30 mil personas, finalmente en el estado no se hizo el incremento.

  Por otro lado el empleo informal al que tanto miedo le tiene nuestro flamante gobernador crece imparable, de acuerdo con los datos preliminares de la “Medición de la Economía Informal 2019, Base 2013” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el porcentaje de población ocupada en este sector a nivel nacional es del 56.5 por ciento.

En tanto, solo hace falta acercarse un poco a los medios que han dado cuenta de la alza en la cifra de desempleo, donde el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) expuso que ha habido más de 44 mil bajas laborales, muchos de los cuales seguramente ya fueron a parar al ambulantaje.

Puebla enfrenta así no solo una amenaza sanitaria sino también una económica, no es casual que en pleno centro histórico, con sartén y cuchara en mano los trabajadores se manifiesten para no perder su empleo, mientras en las orillas de la capital y municipios aledaños los trabajadores continúen su rutina.

Urge que el Gobierno estatal y federal pongan los pies en la tierra, aquí la población necesita que “la esperanza de México” de resultados, es notorio que la anticipada campaña busca la reelección de muchos morenistas, pero ¿acaso han apoyado lo suficiente a la población como para merecer otro periodo más en el poder? Los poblanos debiéramos reflexionar que el quid de la cuestión no está en echar culpas ni mucho menos en atiborrar de decretos, sino en las acciones concretas.

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