MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Pasó la fiebre electoral

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Pasó la fiebre electoral y las aguas vuelven a su cauce. Algunos se lamentan sus derrotas, otros culpan a los demás de las propias, hay quienes han comenzado a dar muestra de su falta de cohesión y otros más evalúan su desempeño y corrigen donde deben hacerlo. Hubo de todo con tal de hacerse del favor del pueblo en las urnas: desde cantos de sirena, pasando por promesas triviales hasta compromisos verdaderos. Los ciudadanos eligieron a sus gobernantes, a quienes los representaran por los próximos tres y seis años, según el caso.

En Ocoyucan, municipio conurbado por el sur con la ciudad de Puebla, la ciudadanía le apostó nuevamente al proyecto del Movimiento Antorchista. Confió en los resultados tangibles y palpables que la organización dio desde que llegó a dirigir esta administración un hombre que trabaja para los demás y no para sí mismo. Todos saben que esto no fue gratuito. Hubo una intensa lucha por parte de los antorchistas ocoyuquenses para que se quitara del cargo a quien los había engañado y traicionado. Apoyaron a un persona que dijo comulgar con lo ideales de la organización de los pobres y prometió trabajar para beneficio del municipio, lo cual, al llegar al poder, no fue así. Como resultado de esa lucha tuvo que hacer frente y echarse a cuestas la tarea de "enrumbar el barco", ahora sí, un antorchista: José Santos Gregorio Técuatl Mejía.

él y todo su equipo de trabajo hicieron la labor correctamente. En los escasos dos años de gobierno, lograron realizar aproximadamente 250 obras en todas las comunidades del municipio. Trabajo diario e intenso el que se realizó. Hubo diálogo y coordinación con los diputados federales antorchistas para etiquetar en la federación recursos extraordinarios que beneficiaran a las familias de este municipio. Se invirtió en servicios básicos como redes de drenaje sanitario, agua potable, electrificaciones, pavimentación de calles, fortalecimiento al sector educativo y salud. Obras que ahí permanecen, y así seguirán para provecho de todos los ciudadanos.

Pero decía yo que pasó la fiebre electoral ¿y? Bueno, Ocoyucan, también ya lo dije, le apostó nuevamente al proyecto de Antorcha, porque con hechos –como los descritos grosso modo- son prueba irrefutable de que los antorchistas sí sabemos hacer bien las cosas. Para esta administración que se avecina el candidato es también un antorchista al que sólo le bastó con recordarle a la gente de este municipio lo que la organización y los gobiernos antorchistas han hecho en los últimos años: pruebas al canto. En contraste, la oposición sólo se dedicó a denostarnos porque carece de argumentos para demostrar que hayan cometido la más ínfima acción a favor de las familias ocoyuquenses.

Ahora el antorchismo de Ocoyucan tiene un reto mayor: hacer más y mejor las cosas que la actual administración. Superar el trabajo hecho hasta hoy. No es cosa fácil pero tampoco imposible, pese al panorama adverso que parece dibujarse en la palestra política e la nación. Pese a eso, el candidato electo ha comenzado a recorrer las comunidades, ¡una vez más!, para dar seguimiento a los compromisos hechos con la gente, informarles el estado de las gestiones correspondientes y a conocer la condición general del municipio para que, una vez que inicie su periodo, dar seguimiento a los proyectos del actual gobierno que así lo requieran. Es decir, se está trabajando de forma directa y constante en beneficio de la gente. Cualidad de los antorchistas. Pasó la fiebre electoral, y aún en los lugares dónde los candidatos antorchistas no ganamos, seguimos trabajando, día a día, hombro con hombro y de la mano con el pueblo organizado para la construcción de una patria más justa y equitativa.

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