MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Para qué sirven realmente las consultas?

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Hasta ahora, son dos las consultas ciudadanas que el presidente electo —muy pronto constitucional— ha realizado: la primera se llevó a cabo entre el 25 y el 28 de octubre y el tema fue el nuevo aeropuerto, que hasta entonces se estaba construyendo en Texcoco y que ahora se erigirá en Santa Lucía; la segunda consulta, celebrada el 24 y 25 de noviembre, planteó un conjunto de diez temas: 1) el Tren Maya, 2) el tren del Istmo de Tehuantepec, 3) la refinería en Dos Bocas, Tabasco, 4) plantar árboles frutales, 5) pensiones a todos los mayores de 68 años, 6) becas a 2.6 millones de jóvenes, 7) becas a todos los estudiantes de nivel medio superior, 8) pensiones a un millón de personas discapacitadas, 9) garantizar atención médica y salud a todos, y 10) proveer cobertura de internet en todo el país. Además, en una entrevista realizada el 21 de noviembre, con Carmen Aristegui, Andrés Manuel López Obrador (amlo) afirmó que hará una tercera consulta para decidir otros tres temas: 1) la Guardia Nacional, 2) el Consejo Asesor Empresarial, y 3) el juicio a los expresidentes por corrupción. Un día después, el tabasqueño expresó en Milenio Televisión: "es muy probable que la consulta [...] la hagamos el 21 de marzo". Así, como presidente electo AMLO ya promovió tres consultas, dos recientemente realizadas y una en puerta. ¿Para qué?

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A decir de Andrés Manuel, la cuarta transformación de la vida pública, la que encabezan él y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se diferencia de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), entre otras cosas, porque las decisiones ya no dependerán solo del presidente, sino que ahora se consultará constantemente al pueblo para saber qué es lo que quiere; esta es la única manera de no equivocarse, ha dicho. Los gobiernos anteriores ignoraban al pueblo y tomaban decisiones que lo lastimaban, pues su propósito no era ayudar a la gente humilde, sino engordar las fortunas de la "mafia del poder". Mediante tratos corruptos, los gobiernos anteriores beneficiaron sólo a unos cuántos políticos y empresarios. Ahora, dice el tabasqueño, las cosas cambiaron: con él en la presidencia, el pueblo manda. Se acabó la democracia representativa y comienza la democracia participativa, lo que significa que el pueblo participará constantemente en la toma de decisiones. Las consultas son, pues, un rasgo de la nueva época que empieza el país, la época de la verdadera democracia, donde el pueblo manda. "El pueblo pone y el pueblo quita", ha dicho Andrés Manuel. Más allá de los diputados, senadores y organizaciones, la verdadera voz del pueblo se expresa en las consultas. Eso dice AMLO.

Existe, sin embargo, otra explicación. Miradas con detenimiento, pareciera que las consultas ciudadanas son en realidad mecanismos para legitimar decisiones tomadas de antemano por Andrés Manuel. Veamos la primera consulta. Desde que estaba en campaña, y luego como presidente electo, el tabasqueño siempre clamó por cancelar el aeropuerto de Texcoco. Criticó la opacidad con la que se habían entregado los contratos y llegó a afirmar que era un negocio millonario fraguado bajo el amparo de la corrupción de Peña Nieto. Ya había dicho que, en caso de que ganara, el aeropuerto se construiría en Santa Lucía. Esa fue una de las propuestas por la que votaron los mexicanos el 1 de julio, y fue también la idea que, un día sí y otro también, Andrés Manuel repitió en todos los foros para convencer a la gente. Entonces, ¿para qué se hizo la consulta? En realidad, se trató de legitimar una decisión que el equipo del nuevo gobierno ya había tomado. Nunca estuvo en duda que el aeropuerto de Texcoco se cancelaría; la consulta fue en realidad el eco de lo que tantas veces el presidente electo y su equipo repitieron.

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Con la segunda consulta ocurrió lo mismo. Después de insistir todos los días en que la cuarta transformación llevaría bienestar a los pobres, y que el Tren Maya, el tren del Istmo de Tehuantepec, y la refinería de Dos Bocas, beneficiarían a los mexicanos, se consultó al pueblo para conocer su opinión. La decisión de llevar a cabo los programas sociales y los proyectos sometidos a consulta, sin embargo, ya estaba tomada desde antes: la construcción del Tren Maya ya tenía fecha de inicio, la refinería de Dos Bocas ya tenía el terreno listo para iniciarla, y era prácticamente imposible que los programas sociales proyectados fueran rechazados. ¿Quién puede negarse, por ejemplo, a que haya una cobertura total de internet en el país, a que todos los estudiantes del nivel medio superior reciban una beca, o a que todos los mexicanos gocemos de una atención médica digna? Son decisiones que ya estaban tomadas de antemano, pero que se sometieron a consulta. Otra vez: ¿para qué? Para legitimar al nuevo gobierno.

Pero esto parece absurdo, pues el nuevo gobierno de Andrés Manuel goza quizá de la más alta legitimidad de la que se tenga registro en la historia reciente de México. El hecho de que más de la mitad de los votantes haya elegido al tabasqueño, da fe de eso. ¿Para qué legitimarse más? Todo parece indicar que las consultas tienen otros móviles. Hay voces que han comenzado a plantear que puede tratarse de una operación política con fines electorales, es decir, que Morena ya está pensando en las elecciones que habrá dentro de tres años, y en las que tendrán lugar dentro de seis. Con los super delegados, que en los hechos desplazarán a los gobernadores para responder directamente al presidente, con la mayoría en varios congresos locales, en la cámara de diputados y en la cámara de senadores, desde antes de tomar formalmente posesión, AMLO ya comenzó la campaña para arrasar en las próximas elecciones.

Con las consultas, no se trata de escuchar al pueblo ni de que tome en sus manos las riendas del país. Se trata de hacerle creer que está siendo escuchado y que está tomando las decisiones importantes, cuando realmente estas son tomadas de antemano por el equipo del presidente. Esta apariencia de democracia participativa legitima al partido gobernante, le gana popularidad, y tendrá resultados concretos en las elecciones por venir. Quizá por eso la alianza de AMLO con Televisa y TV Azteca. Pero esto es solo una explicación alterna...

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