“Con cada nueva verdad revelada, tenemos una mejor comprensión de la naturaleza y nuestras concepciones y nuestros puntos de vista, se modifican”.
Nikola Tesla
No te hagas bolas me decía un compañero, “la ciencia es un conjunto de conocimientos debidamente ordenados, sistematizados, comprobables, para crear nuevas ideas”. Por lo que con más decisiones considere prudente a través de mi humilde pluma, defender los avances del Par Biomagnético (BP) que este sistema capitalista pretende ocultar.
El Par Biomagnético (BP) es una técnica terapéutica, desarrollada por el científico mexicano, el doctor Isaac Goiz Durán, hace más de 30 años. Está enfocada en establecer, y/o mantener las condiciones de salud general, al facilitar la prevención de condiciones patológicas, la complementación en el tratamiento médico de base y la rehabilitación de las secuelas de la enfermedad.
Esta técnica de consiste en el posicionamiento de pares de imanes en diferentes zonas específicas del cuerpo, que se encuentran en “Resonancia biomagnética” para restablecer y mantener un estado equilibrado de bioelectricidad, en el organismo. Esta técnica puede ser integrada al tratamiento técnico de enfermedades infecto-contagiosas, crónico degenerativas, metabólicas, disfuncionales, autoinmunes, psicoemocionales, tumorales y por intoxicación, restableciendo la salud de las personas. (Definición establecida por el doctor Isaac Goiz Durán).
Sin embargo, a pesar de las bondades del PB, esta técnica ha sido ocultada y desacreditada por parte de los organismos mundiales de salud, porque lastima los intereses económicos de las grandes transnacionales farmacéuticas que verían mermados sus ingresos. Para el sector salud es más lucrativo seguir recetando mejoralitos que permitan mitigar un poco los síntomas de las enfermedades.
En México, la salud se ha vuelto un lujo: consulta con el médico general, estudios, medicamentos, consultas con el especialista, nuevamente análisis. (Sin dejar de mencionar las largas filas en los hospitales). Todo un calvario para los enfermos.
Ahora bien, en días pasados me desperté con una escalofriante noticia, “Omicrón vuelve a romper el récord de casos de Covid-19 en México: más de 44,000 casos en un solo día”. La curva de contagios sigue disparada en México. Lo cual aumentó mi preocupación por muchas familias que viven con un salario mínimo y por otras que ni siquiera tienen trabajo.
El Coneval, organismo público que mide la pobreza en el país, presentó un informe de evaluación de la política de desarrollo social, lo que me lleva a plantear que en un país donde hay más del 50 % de mexicanos viviendo en pobreza, con una inflación que ya llegó al 7.4 %, y sumado a una deuda externa de más de 13 billones de pesos. Necesitamos hoy más que nunca motivar a la población a que profundicen en el conocimiento de la ciencia.
Necesitamos políticas científicas que puedan, con base en un método científico, proponer y echar a andar, un plan económico que permita rescatar a más de la mitad de la población de nuestro país de la pobreza en sus diversas categorías.
Se requiere una revolución en el sistema de salud mexicano. Dar a conocer nuevos métodos científicos que combatan las enfermedades: como el PB, la bioenergética, la ozonoterapia, etc. Y no que se siga lucrando con la salud de millones de mexicanos. (Hace unos días la prueba PCR de covid-19, costaba $1,950.00 en un laboratorio muy conocido en Tabasco).
Para salir triunfante de la pandemia, para resolver los problemas socioeconómicos que vive el país, debemos dar paso a la ciencia.
“Nada en la vida es para ser temido, es sólo para ser comprendido. Ahora es el momento de entender más, de modo que podamos tener menos”: Marie Curie.
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