MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¡Obras pedimos los colonos pobres! No gobiernos de austeridad

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Ya es muy común que a cada dependencia estatal o federal que acudimos los colonos para que sean atendidas las demandas de introducción de servicios como agua potable, drenaje sanitario, luz eléctrica o regularización de sus predios; la respuesta es que no hay dinero porque se busca mantener la austeridad en el manejo de los recursos públicos. Desde Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus conferencias mañaneras señala que su gobierno es de austeridad para evitar gastos superfluos y la corrupción.

Esta austeridad que significa el recorte para obras y acciones de apoyo social a los más desprotegidos en la sociedad, ya está teniendo sus repercusiones. El presidente de México cree que al atacar la crisis económica del coronavirus con medidas de austeridad afectará a los más ricos y reducirá la desigualdad. En realidad, los más pobres son los más afectados.

El plan económico de México para afrontar la contingencia por covid-19 es austero e injusto, en otras naciones latinoamericanas se ha respondido a la emergencia sanitaria otorgando salarios de emergencia a trabajadores informales, han aumentado en niveles históricos su gasto público o eliminaron el pago de servicios como electricidad y agua. No así en México.

El país dará batalla a la pandemia con medidas que habrían hecho feliz al Fondo Monetario Internacional de los noventa: redujo los salarios de los trabajadores del Estado y los obligó a devolver su bono navideño, recortó el presupuesto público de varias secretarías y a las pequeñas empresas solo les extendió créditos. El gasto público se incrementó en solo 0,7 puntos del PIB.

Para enfrentar esta crisis compleja, parece que el único as bajo la manga del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es continuar con los programas sociales de siempre.

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Pero esta política es equivocada y mediocre. Equivocada porque los programas no atienden a los nuevos desempleados pobres e informales que surgirán como consecuencia de la contingencia por covid-19. Y mediocre porque parece asumir que en crisis anteriores el Estado se ha endeudado sin beneficiar a los pobres y que aumentar la deuda hoy sería igual de inefectivo.

El costo para los más pobres será enorme: los programas sociales de AMLO no cubren a todos. En México, hay 22 millones de beneficiarios de estos programas y 52 millones de pobres. Por lo tanto, ante la contingencia, no existirán ayudas para un 57 por ciento de las personas que viven en pobreza.

Igual ante diferentes dependencias de gobierno del estado y del municipio, cuando acudimos a pedir el apoyo a nuestras colonias marginadas para la introducción de servicios como agua, luz o drenaje; nos dicen que no hay recursos por la dichosa austeridad, y que como estamos en la contingencia sanitaria de covid-19 no hay recursos, y tampoco nadie quiere atender las demandas que solicitamos.

Mal estamos sin empleo, sin recursos para llevar alimentos a nuestro hogar; en el abandono y marginación en nuestras olvidadas colonias y nos ofrecen su gobierno austero e incorruptible, ¿De qué les sirve a los pobres un gobierno así, cuando no tienen ni para comer?

La paciencia se está agotando y los pobres habremos de exigir en las urnas en las elecciones del año venidero con mayor conciencia, claridad y energía que nuestras demandas y nuestros derechos se hagan valer. Que conste.

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