Hace unos días, el Gobierno Federal decretó la Fase 3 del SARS-CoV-19. Ahora, nos encontramos en una etapa todavía más grave del que ya veníamos sufriendo, es decir, según los expertos, se prevé un gran número de contagios y hospitalizaciones. En esta batalla, se encuentran los miles de médicos y trabajadores de la salud en general, quienes sin descansar un solo segundo, y gracias a su entrega y humanismo, se la han rifado día y noche para salvar la vida de millones de personas.
En países como China, Rusia o Cuba, no dudaron ni un solo instante e implementaron las medidas correspondientes, en estos países, a todos los que enfermaron por el virus se les proporcionaron antivirales poderosos con una alta posibilidad de que el paciente se cure. Estos buenos resultados, fueron gracias a que los gobiernos de estas naciones priorizaron destinar más fondos en la salud y, además, en la alimentación de sus pueblos.
En México, existen muchas carencias en los hospitales y clínicas, nuestros médicos, enfermeras y profesionales de la medicina, por ejemplo; laboran sin trajes, guantes o lentes especiales para protegerse y tampoco han recibo las capacitaciones adecuadas para tratar a las personas infectadas con el virus, lo que ha ocasionado que varios profesionales de la salud pierdan la vida porque nunca contaron con los equipos de protección necesarios.
Esta grave situación, provocó protestas de miles de médicos y enfermeras de muchas ciudades del país donde denunciaron al Gobierno Federal, porque la -nueva política- del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), no cumplió con las expectativas prometidas por el Presidente López Obrador, eso explica en gran medida, la falta de medicamentos y los problemas de atención médica. Esta tragedia de la pandemia, pone en evidencia el pésimo sistema de salud, poniendo en riesgo la vida de todo el personal de salud, así también, deja en el desamparo a los millones de mexicanos que requieren medicinas y tratamientos del cáncer u otras enfermedades.
Zoé Robledo Aburto, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, señaló que existen mil 934 trabajadores de la salud contagiados de covid-19 y 9 fallecidos, así pues, los propios médicos y enfermeras de los hospitales se ven obligados a comprar los materiales e insumos para obtener un mínimo de protección. Esta situación, pone a los trabajadores de la salud en situaciones de alto riesgo por falta de insumos y equipo de trabajo indispensable para realizar sus funciones.
Otro dato, en este año el Gobierno Federal destinó un aumento de 37 mil 241 millones de pesos, eso representa un 2.6 por ciento respecto al Producto Interno Bruto, un presupuesto muy lejos del 6 por ciento sugerido por la Organización Mundial de la Salud. Contrasta este aumento de apenas el 6.2 por ciento en el gasto de la Federación, con la promesa del presidente López Obrador de que el sector salud recibiría 40 mil millones de pesos, los cuales no aparecen en el citado presupuesto de egresos del país.
Así pues, queda demostrado la vital importancia del personal de salud, quienes se han tenido que enfrentar al problema con entrega y humanismo, aún con las deficiencias ya mencionadas, por lo que, es obligación del gobierno dotarlos de todo el equipo necesario para enfrentar con mayor eficacia este grave problema que hoy estamos viviendo. Por ello, ante la cínica inacción del Gobierno de la 4T, el Movimiento Antorchista, alza la voz en defensa de los médicos, enfermeras y trabajadores en general que exponen su vida en los hospitales, pero, además, necesitamos organizarnos y unificar nuestra protesta para que se atienda urgentemente las necesidades de los trabajadores de la salud y al mismo tiempo, garantizarle al pueblo trabajador, una ayuda alimentaria para no morir de hambre en esta contingencia.
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