MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No ver el proceso electoral con miradas inmediatistas

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El país se cae a pedazos, literalmente. La sedicente 4T dio de sí lo único que podía dar un experimento político formado por oportunistas e improvisados, que se montaron en el discurso de quien ha hecho “carrera” entre los resquicios y recovecos de las cloacas de nuestra clase política y gubernamental, acechando para aprovechar el momento de la bancarrota y emerger de las catacumbas como el líder del movimiento redentor. 

La sandez de sustentar sus decisiones con respecto de los titulares de las dependencias de gobierno, basado en el 90% honestidad y 10% experiencia, cobra sus dividendos a cada paso, hasta que llegan a la crisis total que atenta contra la vida de cientos de mexicanos, para muestra algunos ejemplos, como el mal manejo de la CFE que ocasionó la inundación de una gran parte de poblaciones rurales de Tabasco por que se abrieron las compuertas de la presa que dejó miles de damnificados que lo perdieron todo y los continuos accidentes en el Sistema Metro de la Ciudad de México, como el choque en la estación Tacubaya el 11 de marzo de 2020, el incendio del 9 de enero en el centro de control 1, que suspendió el servicio en 6 líneas, que dejó 29 personas intoxicadas y una persona fallecida y finalmente,  el lamentable desplome de dos vagones del metro ocurrida en la línea 12, el 3 de este mes, que dejó 26 muertos y más de 70 personas heridas. Producto no solo de incompetencia administrativa, sino de la sumisión total ante la peligrosa austeridad gubernamental que obliga a tener subejercicios para destinar el recurso a los caprichos presidenciales. De 2019 a 2020 hubo un desplome de 84% en inversión para el mantenimiento de la estructura del Sistema Metro de la Ciudad de México, pasando de 4 mil 125 a 781.3 millones. 

Pero no sólo debemos preocuparnos de estas manifestaciones fenoménicas concretas de la ineficiencia administrativa, hay en el fondo, problemas de mayor profundidad cuyo incorrecto manejo, traerá consecuencias inevitables más catastróficas. Me refiero a quienes a pesar de tener la preparación requerida, obedecen ciegamente a las políticas públicas que surgen de la ignorancia jurídica,  económica y científica en general del presidente que es además, víctima de prejuicios ideológicos peligrosos para los tiempos que vivimos. Me refiero al mañero catastrófico que se hace de las instituciones que rigen los destinos de nuestro país.

La política económica muestra los primeros indicios de una crisis profunda: el costo de electricidad aumentó de diciembre a abril 8.6%; la gasolina magna ha aumentado 11.9% y la premium, 15.61% y el gas LP sólo en marzo subió 5.21; además, el Inegi informó hace unos días, que la tasa de inflación aumentó en abril hasta el 60.08%, la cifra más elevada desde finales de 2017; y por si fuera poco, en menos de dos años, el gobierno ha contratado  3 mil 855 millones de dólares de créditos con el BM, 65% de lo que se endeudó peña nieto en todo su sexenio. La deuda global, en 2020 representó el 52.4% del PIB. 

Además, ante el desplome de la aceptación que el presidente y su gobierno ante la opinión pública y la creciente inconformidad e irritación, se orquesta un autoritarismo institucional que ha sometido a los poderes legislativo y judicial, y la represión abierta contra las instituciones autónomas que aun resisten a este intento de control absoluto, que busca en el fondo, continuar su proyecto de gobierno aún si para esto se requiere la violación abierta de nuestra Constitución Política. 

Y para completar el cuadro, varios estados de la República están ingresando a semáforo verde, tras este anuncio se esconde el peligro de una indicación del gobierno de la República para preparar el entorno que justifique el regreso a clases de los estudiantes en nuestro país, a pesar del inminente peligro y de las advertencias de especialistas y de maestros como los de la CNTE de Chiapas y Oaxaca y de la Federación Nacional de Estudiantes Rafael Ramírez, de que no hay condiciones para ese retorno que se hace por presiones del gran capital a nivel mundial, pero que traer un aumento de los contagios y el fallecimiento de nuestros estudiantes en una política criminal que pone por delante los intereses económicos de los ricos del mundo, por sobre la vida de las mayorías empobrecidas que no sólo están indefensos ante la pandemia, sino que ahora son lanzados a la muerte.

Por todo esto, debemos ver las cosas con preocupación pero con frialdad, no dejarnos llevar por el proceso electoral y su dinámica solamente, proceso en el que abundan las descalificaciones entre el gobierno de la 4T y sus aliados contra la oposición que se engloba en la tibia coalición. Porque a pesar de que libramos una batalla importante para poner un alto al poder que le da la mayoría absoluta en la cámara de diputados a obrador, las batallas realmente determinantes, están aun por configurarse, pues es un hecho casi indubitable que aunque la 4T y el Presidente no tienen ya los mismos seguidores que en la elección del 2018, lo cierto es que un gran número de mexicanos aun se dejan llevar por los programas asistenciales y el discurso de la guerra contra la corrupción, por lo que seguramente conservaran un gran poder aún y si este se viera diezmado de alguna forma, ahí están las medidas tomadas para garantizar su dominio, mediante el control que han ejercido de los otros dos poderes y de las instituciones autónomas. Es decir, el objetivo se va a cumplir a pesar de que amplios sectores se oponen a la hegemonía morenista, y será mediante el autoritarismo.

Ante nosotros desfila el escenario que se vive en Colombia y no es un buen ejercicio el pensar que la próxima reforma fiscal pasará como si nada en nuestro país.

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