Desde la segunda mitad de febrero el precio del petróleo ha bajado. Sin embargo, la mayor caída se produjo a partir del 6 de marzo, de los 50 dólares por barril a los 32,52 dólares. Esto se debe a dos motivos: por un lado, la alarma global por el COVID-19 y por otro, la crisis en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El viernes pasado se iniciaba una guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, ante un desacuerdo sobre cómo dar respuesta al descenso de la demanda de crudo en todo el mundo provocada por la pandemia. Es el mayor derrumbe desde que los Estados Unidos inició la ‘Operación Tormenta del Desierto’, en 1991, para expulsar a Irak de Kuwait.
Este desacuerdo ha provocado que el príncipe heredero Mohamed bin Salmán ordenara subir la producción de crudo de 9.7 millones de barriles a 12 millones diarios lo cual representa mostrar su poderío en el mundo y hacer retroceder a los mercados productores de este oro negro, esta medida tomada por el gobierno árabe estará vigente mientras exista el riesgo de que el COVID-19 se propague por más días y afecte a más países.
Es por eso, que en estos días la sociedad mexicana amaneció con la sorpresa de que el precio de la gasolina estaba bajando, muchos han creído que se debe a las medidas que ha tomado este gobierno pero como se menciona líneas antes esto se debe a un proceso económico mundial en el que desgraciadamente no tiene nada que ver este flamante gobierno, aun los ajustes a los precios seguirán por la tendencia mundial, normalmente, cuando se producen crisis que afectan al crudo, como la actual, la bajada de los precios se reflejan en las gasolineras de manera moderada, si se compara con la caída del barril. Por ejemplo, en la crisis económica de 2008, el Brent disminuyó en un 75%, pero la gasolina solamente bajó el 30%. En 2014 se produjo "La guerra del fracking" y el petróleo cayó un 60%.
Pero el precio para el consumidor, solo descendió un 20%. Las subidas, en proporción, sí se reflejan más. Sirve de ejemplo la subida que se produjo en 2010, cuando el barril aumentó un 42% su precio y la gasolina subió un 17%.
Esto se debe a que los impuestos de los hidrocarburos también están regulados y no se pueden quitar de la noche a la mañana, aunque se pregone otra cosa, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) está vigente en México desde hace 40 años y los gobiernos en turno han estado de acuerdo en seguirlo aplicando, aun cuando esto afecte considerablemente a los productos de primera mano cómo la gasolina.
Estamos frente a dos problemas mundiales, por un lado, la Pandemia del COVID-19 y por el otro la caída del índice de precios y cotizaciones, pero como estamos en el país de la felicidad aquí no pasa nada, estamos blindados para estos acontecimientos según los señores: Hugo López Gatell Subsecretario de Salud y Arturo Herrera Gutiérrez Secretario de Hacienda y Crédito Público, no hay de qué preocuparse.
Lamentablemente están haciendo creer a los ciudadanos que aún confían en ellos (según estadísticas formales están disminuyendo) que aguanten otro poquito que ya merito nos recuperamos, que estén dispuestos a resistir estos acontecimientos que son mínimos, pero que a todos nos servirán.
Pero el pueblo de México ya no está para aguantar estas farsas del poder, ya no está para el ya merito, los más de 100 millones de ciudadanos en pobreza reclaman un nivel de vida mejor, no falsas ilusiones como el reflejo del precio de la gasolina, eso es un golpe de suerte por los mercados mundiales, necesitamos reformas que ayuden al campo, a la salud, a los pequeños empresarios, no queremos limosnas sociales porque somos una raza que sabe trabajar, queremos un gobierno que fije sus metas en los más desprotegidos y ayude a que esta nación sea lo que por raíz le corresponde, una ciudad majestuosa donde no faltaba nada como la antigua Tenochtitlán.
Por el momento no hay nada que celebrar, no señores de la cuarta transformación, los precios de las gasolinas no bajaron por ustedes, no se anoten el punto a su favor, ustedes en 14 meses solo han generado pobreza y rencor entre muchos mexicanos, avísenle a su líder López Obrador que ésta es la realidad del gobierno y en ésta etapa esta reprobado.
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