MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No hay cambio en el deporte en la 4T

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El pasado 4 de febrero dieron inicio los Juegos Olímpicos de invierno en la ciudad de Beijing, los cuales tuvieron terminó el 20 de febrero, en dicho evento se concentraron más de 2,900 atletas de 91 países.

Para toda Latinoamérica, es una verdadera hazaña participar en los Juegos Olímpicos invernales, en primer lugar por las condiciones de clima y en segundo por las limitaciones de infraestructura al interior de sus países. Para esta última edición la delegación mexicana fue rebasada por la de Brasil y Argentina que tuvieron una representación de 10 y 6 deportistas respectivamente, por debajo de la media está Ecuador, Perú y Haití con un participante.

La primera participación de México en estas justas deportivas fue en 1928, junto con Argentina, que fueron los primeros países latinoamericanos en participar en unos juegos olímpicos deportivos de invierno. Hasta la fecha la mayor participación que ha logrado nuestro país fue en los Juegos Olímpicos de invierno realizados en Albertville, Francia en 1992 a la cual se llevó una delegación de 20 deportistas,16 hombres y 4 mujeres; evento que por cierto vio al predecesor de Donovan Carrillo, Ricardo Olavarrieta, en la disciplina de patinaje artístico. A partir de entonces hasta los Juegos Olímpicos de 2014, la participación de nuestro país fue a la baja llegando a presentar sólo un deportista en cada emisión. Fue hasta el 2018 en Pyeongchang, Corea del Sur, donde la participación del país Azteca aumentó un poco.

La última representación deportiva llevada a estos eventos fue conformada por cuatro integrantes, tres hombres y una mujer. Los atletas Donovan Carrillo en patinaje artístico, Jonathan Soto en esquí de fondo, me parece importante señalar que ambos debutaron en estos Juegos Olímpicos de invierno, Rodolfo Dickson y Sarah Schlepper en esquí alpino. Donovan y Schleper hicieron historia en esta emisión, él por ser el primer mexicano en clasificar para unos Juegos Olímpicos en patinaje artístico en 30 años y pasar a la final en la misma disciplina y ella por ser la primera mujer en disputar seis Juegos Olímpicos de invierno, cabe señalar, que es una deportista de origen estadounidense que se nacionalizó mexicana y optó por participar representando al país azteca.

Es de reconocerse el talento y esfuerzo de la delegación que acudió representando a los 126 millones de mexicanos en el gigante asiático, sin embargo tanto las condiciones en las que acudieron nuestros deportistas así como los resultados, evidencian que a nuestro deporte le hace falta mucha atención y una gran disposición de las instituciones deportivas gubernamentales existentes, para encaminarlo hacia mejores resultados y esto no ocurrirá por azar o por apostar a unos cuantos, mucho menos conformándose con apoyarlos con becas del FODEPAR y vanagloriarse con ello de hacer la revolución en el deporte, el desarrollo de este no debe limitarse o culminar con ello, sino en poner una intención seria por masificar el deporte, es decir llevarlo a todos los municipios y escuelas del país, dotar de los materiales deportivos, entrenadores, e infraestructura, incluso ampliar el horario en la educación obligatoria de educación física, asegurando que se pueda tener un mayor acercamiento hacia la actividad deportiva y lograr por lo tanto que se logre el propósito de desarrollar en el individuo la motricidad y porqué no el de desarrollar el hábito deportivo. Y hacer posible que todos se prueben en todos los deportes y dirigir aquellos que más destaquen, logrando aglutinar a los mejores en todos los deportes, y llevarlos así a prepararse con la mejor metodología de acuerdo a su categoría y disciplina.

No es un tema reciente la ausencia de apoyo al deporte mexicano, lo cierto es que con la llegada de Ana Gabriela Guevara a la CONADE, se esperaba que varios problemas fueran abatidos y que además hubiera progreso y un alto desarrollo, lo cual no ocurrió.

Nuevamente queda demostrado que las grandes revoluciones no las harán los grandes hombres por muy brillantes que sean, y en el caso del deporte claro está que el anhelado cambio no ocurrirá aunque tengan, como la actual directora de la CONADE, una envidiable carrera deportiva y olímpica, la revolución vendrá del pueblo y se dará el cambio cualitativo en este, usando las autoridades deportivas a favor del fomento masivo del deporte, que estén dispuestas a garantizar el derecho a éste y la recreación de las masas.

Cuando en serio cambie en los hechos la situación política y económica del país, será posible el cambio en el deporte incentivando a temprana edad, detectando niños y jóvenes con aptitudes y talento, asignándoles entrenadores y programas acorde a su edad y disciplina y proporcionándole la infraestructura y aditamentos que necesita para lograr desarrollar al máximo sus habilidades y llevarlos a competir cuando se requiera para hacerlos mejores, sin intimidarlos con un ajuste en la beca, eso es lo que hacen países como Rusia, China o Cuba, quienes en el ámbito deportivo son combatientes temibles y dignos campeones en las diferentes justas deportivas. Además, no olvidemos que estos gobiernos han garantizado a sus masas, condiciones sociales mejores que el resto de los habitantes del mundo.

Por eso el Movimiento Antorchista hace un esfuerzo titánico y persevera en acercar el deporte a la clase trabajadora, pues como dijo Fidel Castro: “solo en la medida en que la atención de la sociedad hacia el ser humano avance, se mejore, lograremos crear más y más condiciones para el futuro de nuestro país en todos los campos, entre ellos el deporte”.

Ya es tiempo de que el deporte mexicano tenga otra visión y eso sólo se logrará a través de la unidad y organización de los hombres y a ese llamado también están convocados los deportistas.

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