Un complejo estudiantil, uno deportivo y uno cultural se levantan imponentes y luminosos en las orillas de la ciudad de Puebla. Pero, ¿quién los ha llevado allí, tan lejos ellos de las zonas más "nice" de esta capital barroca?, ¿quién "obsequió" estas pequeñas joyas a la gente de las colonias más alejadas? Nadie, estos logros son frutos de la lucha organizada, de un pueblo que, sumido en su pobreza, decidió organizarse y luchar por mejores alternativas de vida para ellos y sus hijos.
Estos complejos valuados en muchos miles de pesos, que llevaron casi tres años en construcción, ven la luz poco a poco. La ahora Casa del Estudiante "Hermanos Serdán" se levanta a 10 minutos de Ciudad Universitaria, con una capacidad para 500 estudiantes. Su lucha, como ellos mismos la describen, ha sido muy dura, han ejercido su derecho a la manifestación y día con día, desde hace 35 años han gestionado unas casas nuevas, con los servicios indispensables para que estudiantes de bajos recursos y provenientes de todo el estado y del país puedan contar con este apoyo.
Por más de tres décadas recibieron a jóvenes que buscaban mejorar y superarse obteniendo un título universitario. Centenares de profesionistas salieron de estas casas, dirigidas por estudiantes prestos y valientes.
En otro punto de la ciudad, Balcones del Sur, se alzan la Casa de Cultura "Ing. Aquiles Córdova Morán" y la Unidad Deportiva "Lenin Campos Córdova". Vistas de cerca son las mejores instalaciones públicas en la ciudad. Es sorprendente cómo a media hora de los lujosos edificios y tiendas departamentales que se extienden en Angelópolis y a una hora de toda la ostentabilidad que caracteriza al centro, se encuentran canchas de futbol con pasto sintético en buenas condiciones, canchas de basquetbol y voleibol techadas, un campo de beisbol y una alberca semi olímpica -que será inaugurada a mediados del próximo mes-, además de una casa con todas las condiciones necesarias para la creación del arte.
Balcones de Sur era una colonia sin los servicios públicos necesarios, las madres llevaban a sus hijos a cuestas, intentando cubrirlos porque no había calles pavimentadas y la polvadera era terrible, al temor de la noche porque no había lámparas y por lo mismo no había seguridad, donde jaurías corrían libres por las calles, y, ahora, todo eso parece ser una imagen muy lejana, como una foto amarillenta de un pueblo abandonado en otro lugar que no es este.
Este es el progreso que el Movimiento Antorchista Nacional y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios "Rafael Ramírez" (FNERRR) han encabezado desde hace 44 años, muchos logros se pueden señalar en este periodo de tiempo y en otros puntos de Puebla, pero quiero destacar estos por la magnitud que han alcanzado.
Poco a poco las personas han volteado a ver al antorchismo como una verdadera opción no de caridad sino de apoyo, de un megáfono que da voz a sus demandas, que desean ver materializado su derecho a la salud, vivienda, educación y más.
Pero lograr obras no es el final del camino que se ha propuesto el Movimiento Antorchista, y es que estos centros académicos, culturales y deportivos son las herramientas que crearan a hombres y mujeres valientes, conscientes de su realidad y al servicio de las grandes mayorías.
Hasta 2016 y de acuerdo con datos del CONEVAL, 53.4 millones de personas en México padecían algún tipo de pobreza, y más de 9.4 millones de personas vivían en pobreza extrema. Esto nos lleva a deducir que no basta con tener presentes los logros de la lucha organizada, no basta con conformarse con una calle pavimentada, con unos bultos de cemento derivados de algún mísero programa de apoyo a la vivienda que da el gobierno, porque el verdadero problema en México es la desigualdad económica, la pobreza.
Un país en donde ganan más lo que menos trabajan no puede ser un país próspero.
La organización se ha planteado el objetivo de abatir la pobreza y para ello ha señalado que es necesario elevar los salarios de los trabajadores, crear más empleos, cobrar una tarifa de impuestos más alta a aquellos que ganan más y que paguen menos los que ganan menos, y así destinar equitativamente la riqueza nacional.
Es necesario que haya un verdadero cambio, pero de sistema económico, uno que permita destinar más recursos al bienestar del pueblo, esto llevará a un verdadero cambio cualitativo. De lo contrario, la mayoría seguirá pensando que el problema en México es si hay corrupción o no.
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