MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Movilidad social, movilidad física y la salud en las clases sociales

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Las enfermedades más comunes en México, con el mayor número de personas que las padecen, son la hipertensión y la diabetes, causadas, entre otros factores, por la mala nutrición, consecuencia de la pobreza en la que vive la población. 

Según la Encuesta Nacional de Salud de 2021, sobre la inseguridad alimentaria, se encontró que 60.8 por ciento de la población presentó algún nivel de inseguridad alimentaria; siendo 34.9% leve, 15.8% moderada y 10.1% severa. En menores de cinco años hubo una prevalencia de 12.6% para baja talla, 1.5% de emaciación, 3.7% de bajo peso y 7.8% presentaron sobrepeso u obesidad. Para la población escolar de cinco a 11 años, la prevalencia de sobrepeso más obesidad fue de 37.4 por ciento.

En la población de uno a cuatro años de edad se reportó un consumo habitual de bebidas endulzadas (87%) y botanas (53%), cifras muy cercanas o incluso mayores a la de algunos alimentos saludables como los lácteos (65.4%) y frutas (53.9%). Para los escolares de 5 a 11 años, la proporción que consumió bebidas endulzadas fue de 92.9% y 50% botanas dulces y postres.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población de 12 a 19 años se encontró en 42.9%, lo cual resulta compatible con porcentaje de adolescentes que reportaron consumir bebidas endulzadas de manera habitual (91.7%), proporción que resulta mayor a la encontrada para agua (77.9%). La prevalencia de sobrepeso y obesidad en población de 20 o más fue de 72.4% (75% en mujeres y 69.6% en hombres).
Un niño nacido en la pobreza no tendrá lo indispensable para desarrollar una corteza cerebral robusta (indispensable para la inteligencia), pues la combinación de una nutrición inadecuada y un medio social poco estimulante traen como resultado un deterioro en las destrezas, aptitudes y habilidades, dificultades en la dicción y la lectura y un progreso deficiente o nulo en la escolaridad.

En México, siete de cada 10 personas que nacen pobres morirán pobres; con dificultades para tener una alimentación óptima para su desarrollo humano. En un estudio realizado por la UNAM y la UAM en conjunto, se concluyó que en México los precios de las frutas y vegetales van al alza, mientras que la comida procesada se abarata; sin hablar sobre el tema de la invasión publicitaria de comida chatarra, fácil de consumir, que ahorra tiempo y se consigue bajo costo, tiene un efecto mayor si el consumidor se esfuerza más en hacer rendir su insuficiente economía, que en mejorar la calidad de su nutrición. “El creciente costo de una dieta saludable” del Instituto de Desarrollo Internacional, refiere que el precio de las frutas y vegetales aumentó en un 91% entre 1990 y 2012, mientras que la comida ultra-procesada disminuyó su costo en un 20% en Brasil, México, China y Corea del Sur.
Todos estos no son hechos aislados, con esta problemática conviven las mayorías trabajadoras de nuestro país, está concatenada de raíz, con el sistema económico diseñado al servicio de la clase en el poder que impera en el mundo. Seguimos enlistando, sólo dos de cada cinco mexicanos practican algún deporte o hacen ejercicio, y la descomposición va en aumento. En 2013 el 44% de los mexicanos eran físicamente activos, hoy solo es el 42 por ciento de nuestra población. Por segundo año disminuye el tiempo de actividad física que se practica a la semana por la población activa, pues en el 2020 el promedio de tiempo de actividad física era de 4 horas y 1 minuto, mientras que en el 2021 disminuyó a 3.52 horas y en el 2022 el promedio solo era de 3 horas con 43 minutos. Tan solo 3 de cada 10 mexicanos nunca han hecho ejercicio regularmente, lo que es igual al 29% de la población. 

Pero la incoherencia de las estultas ideas enraizadas y difundidas por la misma clase parásita que vive a costa de la precariedad de las mayorías, pregona que estos datos se deben a la falta de voluntad de las clases trabajadoras, la realidad, en cambio, nos demuestra que no es así: El 50 por ciento de la población mexicana no se ejercita por falta de tiempo, el 19% por cansancio por el trabajo, el 18 por problemas de salud, cinco por ciento por pereza, tres por ciento por falta de dinero, uno por ciento por inseguridad en su colonia y uno por ciento más por falta de instalaciones.
El 69 por ciento de la población mexicana no se ejercita o practica deporte por razones relacionadas con su jornada laboral, y en síntesis, solo tres por ciento admite no ejercitarse por pereza, mientras que en global el 97 por ciento de los mexicanos no realizan actividad física por cuestiones íntimamente relacionadas con su capacidad económica y disponibilidad de tiempo, además que bajo las condiciones actuales, el deporte en México refleja la exclusión de los que menos tienen y, hasta hoy, prepondera una visión pecuniaria que busca espectáculos de alta rentabilidad financiera, dejando de lado su significativo aporte a la salud pública y solo tomando su importancia como mercancía.
En este contexto, es que el pueblo mexicano está condenado a la desnutrición y a enfermedades cardiovasculares, al subdesarrollo de sus capacidades y aptitudes, en la gran mayoría de los casos, para vender su fuerza de trabajo sin disfrutar de las riquezas producidas por él mismo hasta el cansancio, todo ello por la infortuna de nacer dentro de las mayorías pobres, por el simple hecho de nacer dentro de estas clases sociales.
Por esto es que uno de los principales ejes de acción del Movimiento Antorchista Nacional tiene que ver con la masificación del deporte y la actividad física entre los más mexicanos más pobres, para que los seres humanos se desarrollen integralmente y desplieguen todas sus capacidades y potencialidades, pues hacerlo también es un acto de rebeldía y de protesta frente este sistema económico explotador que mutila al ser humano.

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