Hace cinco décadas, como una necesidad urgente de la sociedad que ha sido duramente golpeada por las injusticias, por los que se creen dueños del país, por los que convierten el poder en sus manos en un látigo para reprimir a quien se atreva a levantar la cabeza, nació el Movimiento Antorchista en Tecomatlán, Puebla. Desde entonces, la tarea fundamental echada a cuestas, luchar por una patria más justa para todos los mexicanos, la ha cumplido a cabalidad. Tarea que ha sido encabezada heroicamente por los activistas que son parte integrante de esta gran organización social.
La falta de respuesta del gobierno ante la crisis en el predio Balli en Iztapalapa demuestra un grave desinterés por las necesidades de las familias más vulnerables.
Como una forma de conquista de mejores condiciones de vida para los que menos tienen, por muchos años Antorcha ha recurrido a la gestión pública, actividad con la que ha logrado cientos de obras que han venido a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de millones de mexicanos: caminos, escuelas, centros culturales, deportivos, lecherías, auditorios, clínicas, casas del estudiante, etcétera.
Un rubro fundamental en el que Antorcha ha puesto especial atención es en la vivienda, porque aun en pleno siglo XXI, muchos pensarían que nuestro país es sinónimo de bienestar y modernidad, pero la realidad demuestra lo tanto que se adolece de este rubro, por lo que muchas familias no poseen un hogar y tienen que vivir hacinadas, pagando altísimas rentas o en la calle.
Hace varios años, como parte de estas gestiones y debido a la necesidad imperante que tienen muchas familias en Iztapalapa de contar con una vivienda, Antorcha se vio en la necesidad de luchar con gran constancia y de forma enérgica para dar una alternativa de vivienda a familias de muy escasos recursos económicos, y gracias al empeño y decisión antorchista, se logró un terreno sobre la calle Emilio Balli, en la colonia Chinampac, en Iztapalapa. Paso seguido, Antorcha lo ofreció para que construyeran sus viviendas decenas de familias sin hogar que desde entonces han habitado este predio, a la par de ir gestionando que se les construya una unidad habitacional.
Sin embargo, este terreno presenta grietas, que en los últimos años se han vuelto más difíciles de tratar. Al principio, gracias a las gestiones realizadas, se lograba que el gobierno en turno en la alcaldía las rellenara con algún material especial, sin embargo, en los últimos meses, la gravedad de las mismas ha escalado al grado que ya no pueden ser rellenadas debido a que son muy grandes, y muy recientemente también, gracias a la gestión antorchista, se logró que la propia alcaldía realizara un estudio geológico que dio como resultado un dictamen que declara a este predio inhabitable, por una falla geológica que lo atraviesa y que ha provocado tres fracturas de grandes dimensiones, que ponen en riesgo de hundimiento al predio y a las viviendas construidas, de ser tragadas.
Ante la gravedad de la situación, los activistas de esta demarcación se han centrado en la urgente tarea de solicitar al Gobierno de la alcaldía la reubicación inmediata de todas las familias afectadas, sin embargo, el Gobierno de la alcaldía se ha declarado incompetente y turnó el problema al Gobierno central.
El pasado martes 24 de septiembre, decenas de familias que habitan el predio Balli acudieron a una cita en la Dirección General de Participación Ciudadana, en donde estuvo presente Eduardo Maya, Director de Concertación Ciudadana del gobierno de Iztapalapa, y otros funcionarios de esta dependencia, quienes pretextaron que no tenían facultades para resolver el problema y dijeron que los afectados tenían que aguantar a que tomara posesión la nueva administración, además de que, sin una pizca de responsabilidad, mandaron a los afectados a regresarse a vivir al predio dañado, a pesar del riesgo que corren.
Ante esta falta de sensibilidad por los dichos de estos funcionarios, que sin tocarse el corazón regresaron a estas familias a sus viviendas, los antorchistas nos vimos en la necesidad de marchar hacia el Zócalo capitalino, en busca de una audiencia con Martí Batres; sin embargo, una calle antes de ingresar a la Plaza de la Constitución, fuimos interceptados por un centenar de granaderos, quienes nos impidieron el paso, a pesar de la justeza de nuestras demandas.
En esto quisiera centrarme: al arribar la ex-Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, al máximo poder en la Ciudad de México, en 2018, prometió la extinción del cuerpo de granaderos, sin embargo, hasta la fecha sigue existiendo esta policía represiva, o sea, que también en esto la 4T mintió, y a esta policía, Morena en la ciudad, la sigue utilizando para reprimir a los ciudadanos y para impedir el paso cuando se pretenda llegar en grupo a alguna plaza pública, como es el Zócalo capitalino.
Ya no se esconden para hacer sus averías, sino que la represión y la violación a las leyes y garantías individuales de los ciudadanos, como lo es el libre tránsito, las cometen a plena luz del día y con tal cinismo.
Al final de cuentas y después de haber trascurrido una hora en este sitio, se realizó un mitin frente a los granaderos y se continuó con la marcha, por lo que los antorchistas nos encaminamos a la avenida Fray Servando, en donde después de otra hora más, nos retiramos del lugar.
Quiero centrarme en este acto de cobardía del gobierno capitalino, al no querer atender a las familias afectadas del predio Balli y al mandar a las familias a regresar a vivir a la zona de riesgo; esta es la forma en cómo Morena en la Ciudad de México gobierna y hace de lado a los más pobres. Esta clase de acciones son las que harán en un momento dado que los mexicanos, que los capitalinos se convenzan de que Morena no es un gobierno de los más pobres, que a Morena no le importa el bienestar de los más necesitados y que solo le interesa velar por sus intereses.
Urge cambiar de clase en el poder, por una realmente emanada del pueblo, porque las cosas cada día están más complicadas y los problemas se vienen agudizando. Mientras tanto, Antorcha seguirá luchando para que estas humildes familias del predio Balli en Iztapalapa sean reubicadas, porque ya no pueden continuar viviendo aquí.
El Gobierno capitalino no puede seguir haciendo como que no ve la necesidad y la pobreza, no puede seguir tapándose los ojos ante tal calamidad.
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