En la capital de Morelos se puede apreciar como los días transcurren cotidianamente, son cientos de miles de almas que todos los días a primera hora del día y hasta el anochecer, transitan de un lado para otro, la mayoría, respetuosos del uso del cubrebocas, pero al final, exponiendo su vida para ganarse el pan de cada día. Pero, viendo un poco más de cerca, los trabajadores formales e informales se encuentran todos los días con los altos costos de las mercancías y lo duro que cuesta ganarse cien pesos o decidir entre comprar carne o leche con un salario mínimo para alimentar a sus seres queridos o pagar la renta del techo. En un modelo económico como el nuestro, pandemias como la que vivimos hoy día, van de la mano con el juez del desempleo que echa a las calles a cientos de pequeños comerciantes y empresarios, transportistas, músicos, albañiles, costureros, meseros entre otros, que han perdido su empleo por las bajas ventas y la inanición del Gobierno de Cuauhtémoc Blanco, sin mencionar a todas las diputadas y diputados de la legislatura cuarenta y ocho, que, todos ellos juntos, consumen como parásitos el erario público y no están destinando el dinero de los morelenses en impulsar un rescate serio y contundente, a las necesidades del momento.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Morelos se ubica en el quinto lugar en cuanto a la caída tremenda de la economía con un menos 23.7%. Pero, antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciará una Pandemia Mundial en marzo pasado, lo cierto es que la situación de pobreza en la entidad ya era el pan de cada día. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), informó que, en el primer trimestre del año 2020, Morelos registró poco más de un millón de morelenses que sufren algún grado de pobreza, lo que significa que más del 53% de los habitantes tienen una emergencia alimentaria, económica y de salud. Eso no es todo, dicho organismo también advierte que son más de cientos cincuenta mil morelenses que viven en la pobreza extrema, no parcial, extrema, que no saben que comerán ni donde pasarán la noche.
Por otro lado, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el primer trimestre de 2020, informó que, en More la Población Económicamente Activa (PEA), son más de ochocientas mil personas que están en edad de laborar, pero de estas, el 62% obtiene sus ingresos de la informalidad y un 12% son desempleados, lo que nos quiere decir que en Morelos solo cien mil personas en números redondos, tienen un salario fijo. También el Inegi informó que en abril de este año el turismo interno tuvo una caída del 43%, "una caída que no se había visto desde el 1993". (Según cifras oficiales). Pero la realidad nos dice que la pobreza ronda por los pueblos y colonias sin distinción alguna.
Por otro lado, tenemos a una clase gobernante, como el gobernador Cuauhtémoc Blanco y su gabinete, que honestamente, poco han hecho por instrumentar un programa alimentario básico para los cientos de miles de comerciantes y trabajadores que perdieron su empleo, tampoco han impulsado ningún estímulo fiscal ni crédito alguno para todos los pequeños y medianos empresarios que lo perdieron todo. Muchos menos, han impulsado obras de impacto para generar empleos y transformar municipios y colonias, nada de eso. lejos de eso, la Asociación Civil Morelos rinde cuentas, reveló que el gobernador solo ha asistido ocho días a laborar en lo que va del año.
En suma, los congresistas hacen todo, menos legislar para beneficiar a los más pobres. La polarización al interior del Congreso es evidente, hay una pugna política entre unos y otros, incluso del mismo partido, que tienen la agenda legislativa prácticamente inmóvil, e incluso, el propio Poder Judicial reveló hace algunos días que el Congreso local de Morelos aprobó un presupuesto inconstitucional, lo que revela que nada se está haciendo por cambiar la suerte de sus gobernados.
Prometieron, "por el bien de México, primero los pobres", pero quizás, quien lo prometió quiso decir, primero los pobres, pero que se mueran de hambre y enfermedad. Eso nos dice Morena con sus hechos. no hay más, lo volvemos a recalcar, los antorchistas no nos vamos a quedar con los brazos cruzados, invitamos a darnos cuenta de que la realidad es más dura y no hay un gobierno digno que cumpla con lo que se necesita, debemos unirnos, organizarnos y expulsar a Morena del poder, son una camarilla de farsantes ambiciosos que nos llevan al abismo, Antorcha nos llama a unirnos, informarnos y defender a la patria, no queremos moches, exigimos que el Gobierno cumpla con sus obligaciones legales, sino lo hacen, que se vayan.
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