La educación en México languidece. Hace algunos días, Leticia Ramírez Amaya la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) señaló, durante una entrevista con medios de comunicación, que no sabe cómo van a aprender los niños de México con el nuevo modelo educativo.
A la pregunta de “¿Cómo va a aprender un niño las matemáticas de segundo grado de primaria que ya esté en el nuevo modelo educativo?”, la funcionaria respondió: “No podría contestar eso”.
Para llorar. Se supone que quien ocupa la titularidad de la SEP debe ser una persona experta en el ámbito educativo y con mucha experiencia en los temas y problemáticas que implica.
La 4T juega con la educación. El diario La Jornada del martes 16 de agosto de 2022 publicó que “las secciones 7 y 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) criticaron que la SEP se haya convertido en un trampolín para los funcionarios que han encabezado la dependencia, mientras que a la educación no se le da la importancia que tiene”.
Con la llegada de Leticia Ramírez Amaya ya son tres titulares y “apenas la próxima semana, luego de casi cuatro años de gobierno, se van a dar a conocer los nuevos planes y programas de estudio. Eso habla de la relevancia que se le haya dado al sector”, resaltó Pedro Hernández, secretario general de la sección 9 en la Ciudad de México.
De igual manera, señaló que a pesar del discurso progresista de las autoridades que supuestamente reivindica una pedagogía crítica, en realidad “no hay un cambio fundamental” en el sector.
Sería bueno preguntarle a la titular de la SEP si por lo menos conoce o ha leído el Vademécum de José de Jesús Velázquez, libro básico para todo maestro.
Ramírez Amaya participó en el primer comité ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE en la sección 9 de la capital del país entre 1989 y 1992. Después pasó a ser funcionaria; es decir, lleva 30 años alejada del magisterio.
Asumir el cargo de la Secretaría de Educación es de gran responsabilidad, pues es el despacho donde se toman decisiones que afectan a 34 millones de personas (32 millones de estudiantes y los dos restantes de docentes).
Mony de Swaan dijo a través de El Financiero (6/09/2022) que “con su nombramiento como secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez debe ostentar el récord del ascenso más vertiginoso en la historia de la función pública nacional. Nominalmente pasó de ocho no muy complejas facultades a 27 facultades indelegables”.
La nueva titular de la SEP no ha tenido tiempo de sentarse a estudiar su nueva tarea: ver por la educación de niños y jóvenes.
“Un reporte del Tecnológico de Monterrey/México Evalúa, publicado el primero de septiembre, en ocasión del Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señala números críticos sobre lo que ha pasado con los estudiantes en este sexenio.
De acuerdo con el informe, la matrícula 2021-2022 cayó en 520 mil educandos con respecto al ciclo anterior, que ya había caído en otros 800 mil con respecto al de 2021-2020.
Otros datos obtenidos por ese mismo equipo indican que en el nivel medio superior hay, con los números disponibles, 366 mil 954 estudiantes menos.
Es hora de discutir qué hizo el gobierno para resolver el problema educativo en y durante la pandemia, y también qué puede y debe hacer hoy.
Continúa el diario “La secretaria Leticia Ramírez se sacó el tigre en la rifa”. Pasado mañana conoceremos el presupuesto que entregará la federación para el año entrante. Ahí tendremos la noticia de si son ciertos los rumores que dicen que las universidades estatales, con quien también ha de trabajar la nueva titular de la SEP, verán castigado su presupuesto.
Hoy o mañana López Obrador dirá que todo es un montaje por parte de sus adversarios. No acepta su responsabilidad.
Ramírez Amaya debe ponerse a trabajar y debe saber que un nuevo programa no se hace de un día para otro. Se requiere de expertos y conocedores de la materia educativa. También debe saber que con el futuro de las próximas generaciones no se juega.
AMLO y Ramírez Amaya deben proponerse, en forma seria, cómo abatir el rezago escolar originado antes, durante y después de la pandemia. De lo contrario estamos perdidos.
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