MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México no necesita un dictador, sino un gobierno para el pueblo

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El diccionario de la Real Academia Española define a un dictador como: aquella persona que se arroga (atribuir, adjudicar, apropiarse indebida o exageradamente de cosas inmateriales, como facultades, derechos u honores) o recibe todos los poderes políticos, apoyada en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica.

Para comenzar diré que en México se está haciendo, lo que el intento de dictador llamado presidente prometió en campaña que no haría, y, que tanto crítico, de las administraciones anteriores todo esto rompiendo la ley, todo esto haciendo su voluntad a diestra y siniestra si detenerse a pensar si es que favorece o no al desarrollo del país a este hombre solo le interesa demostrar que es el único con la capacidad de decidir el rumbo del país.

Estamos hablando de que con su actitud solamente demuestra su soberbia, su poca capacidad para aceptar la crítica de quien quiera que sea para concebirse como presidente de la república y no como candidato.

Con su discurso de odio, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha creado una enorme polarización entre la sociedad entre quien está con él y quienes diferimos de su punto de vista. De esta manera López Obrador a los que nos son partidarios de su Cuarta Transformación los considera conservadores y si en forma organizada se atreven a exigir salud, educación, entre otros derechos Constitucionales los acusa de atacar a su gobierno. Basta revisar lo que dijeron sus defensores en relación con la reciente lucha que dieron una parte de los mexicanos e incluso gobernadores ante los brutales recortes al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021, el que a través de sus diputados morenistas fue repartido a como el señor presidente quiso a su saber y entender dejando a los más pobres desprotegidos sin presupuesto suficiente para salud, educación, seguridad entre otros derechos que los mexicanos tenemos.

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Hace unos meses, el presidente llamó a los mexicanos a definirnos, si estamos con él o contra él y es hora de tomarle la palabra todos los que hemos sido afectados por sus políticas antipopulares. Pero antes debemos estar todos de acuerdo en una cosa: que no basta con rechazar a Morena por falsa e infundada para ganarle la partida; es indispensable, además, que demostremos que sus opositores tenemos un proyecto superior, este sí capaz de responder satisfactoriamente a los intereses legítimos de todos, de los que están en la base, a la mitad o en la cúspide de la pirámide, sin exceptuar a nadie, absolutamente a nadie.

Para ganar la batalla democrática es indispensable despojarnos de los prejuicios y de superficialidades como la de culpar al discurso rijoso del presidente por la polarización de los mexicanos. Eso es cerrar los ojos a la realidad también nosotros. La sociedad mexicana está polarizada desde hace rato, lo diga o no López Obrador, y la causa de ello es la injusta distribución de la renta nacional. Los que dicen que se necesitan mil pobres para que haya un solo rico se quedan cortos; miles, decenas de miles de pobres están en la base de las fortunas más grandes de México y del mundo; y eso no puede continuar así.

López Obrador no creó la polarización; solo la verbalizó y la aprovechó para ganar la presidencia, y la aprovecha hoy para acorralar a sus críticos. Si queremos quitarle esa arma, solo hay un camino: crear un proyecto que incluya sin falta un mejor reparto de la riqueza; si no, ya podemos despedirnos del sueño de ganarle el poder con el apoyo del pueblo y solo dejaremos abierta la ruta de la lucha armada, camino que podrá desembocar en la instauración una dictadura que a todas luces se ve tiene preparado López Obrador. Pero México no necesita un dictador, necesita un gobierno para el pueblo. Conseguirlo está en las manos del pueblo mismo. Que conste.

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