MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México entero debe exigir la desaparición de la Prisión Preventiva Oficiosa

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Tiempos aciagos más difíciles, de mayor división se avecinan para los mexicanos por la política de consecutivos fracasos en el desarrollo del país, responsabilidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prometió progreso, avances hacia mejores metas que potenciaran el trabajo de los que sostienen, con su diario esfuerzo, el peso mayor de la economía nacional; sin embargo, la superación que esperaban ilusionados se ha vuelto humo.  

El otro frente de sonados fracasos es el de la convivencia, el apoyo mutuo entre gobierno y sociedad que por la actitud rijosa y vengativa de López Obrador ha abierto una profunda división entre los que apoyan esa política de división y los avasallados en sus derechos más sagrados, la libertad y tranquilidad para la crítica sana y las mejores soluciones a los grandes temas de la nación: el país está dividido en dos, la mitad está conforme y hasta aplaude y la otra mitad descontenta por tanto abuso a sus derechos.

De esta manera trágica, visto el panorama de nuestro país y prácticamente en vísperas, a escaso un año de que el dedo presidencial elija a su sucesor o sucesora en el más alto cargo de gobierno, se avizora una situación inédita por dos razones, la primera es que para asegurar la continuación del mandato de la Cuarta Transformación, en el próximo sexenio, el presidente se valdrá de mil argucias para comprar el voto, entre ellas el mayor endeudamiento, fuera de las posibilidades reales de pago del país, hipotecando el futuro de varias generaciones pues los dineros actuales ya no le bastan a sus exagerados e irracionales gastos en programas sociales y obras de relumbrón que no resuelven las necesidades populares, y porque la economía de México no despega y ya no da para el sostenimiento normal del aparato del Estado. 

Seguirán faltando médicos y medicamentos para todas las enfermedades, faltan hospitales, son 37.5 millones de mexicanos que no cuentan con seguridad social ni pública ni privada si se enferman; seguiremos con escuelas que no tienen lo mínimo para su funcionamiento regular, sin un plan y programas científicos que atalayen la recuperación del tiempo y aprendizaje de los estudiantes en todos los ciclos de la educación, calidades perdidas desde el inicio del gobierno de López Obrador y por la pandemia de covid-19. 

No habrá recursos para obras en los estados, menos en los municipios y comunidades, acentuándose el subdesarrollo que nos persigue de siglos; otro tanto es la violencia de los cárteles y crimen organizado contra el pueblo, … y sigue sumando la cifra de carencias que lastran la salud mental y el espíritu de superación connatural de nuestro pueblo. 

Sobre todo, por eso, AMLO tiene a la inteligencia del país en contra, a los intelectuales que ofrecen respuestas razonables a los tropiezos de morena en los gobiernos del país, a los escritores y periodistas que por miles escriben diariamente con quejas o análisis de lo mal que están las cosas por todos lados. 

Igualmente tiene en contra a todas las fuerzas políticas opositoras a su gobierno, a los partidos políticos, a las organizaciones populares como la nuestra, el Movimiento Antorchista Nacional, por la forma y métodos con que actúa: su despotismo y el absolutismo de su soberana voluntad, su desprecio a todas las fuerzas políticas, personalidades y organizaciones de la sociedad civil que no coinciden con sus acciones de gobierno. 

De esta manera es perfectamente comprensible el afán presidencial de encontrar y tener instrumentos de justicia, leyes y reglamentos con el objeto de mantener a raya a sus opositores, aunque la mayoría únicamente ejerzan derechos reconocidos por nuestra constitución política. 

Uno de esos instrumentos tenebrosos, y del cual ha hecho gala en su reiterado uso el titular del Poder Ejecutivo federal para acallar, atemorizar y desarmar a sus críticos es el de la prisión preventiva oficiosa que enmarca el artículo 19 constitucional. La prisión preventiva oficiosa por su carácter tácitamente contrario a la constitución hace inválida la presunción de inocencia para los acusados en una o varias de las 16 modalidades de delitos que castiga.

Por uno de los 16 delitos para los que aplica la prisión preventiva oficiosa, un ciudadano acusado ante el Ministerio Público será automáticamente aprehendido e irá a la cárcel sin derecho a la presunción de inocencia, derecho aceptado universalmente donde rige el Estado de derecho. Por ejemplo, si se acusa a una persona o grupo de personas de delincuencia organizada o de corrupción, su derecho a la presunción de inocencia no vale ante la autoridad. Sin embargo, la ley dice que una persona no debe purgar cárcel si en un juicio legal no se le prueba debidamente su culpabilidad por el delito del que es acusada. Hacer lo contrario, como en México, es una abierta y pérfida violación a los derechos constitucionales de las personas. 

La prisión preventiva oficiosa es la guadaña, uno de los recursos usados por el gobierno en turno contra sus opositores políticos o simples críticos de sus malas y nefastas acciones. 

Los mexicanos que verdaderamente amamos a este país y salimos a frente por él estamos amenazados de que en cualquier momento vayamos a la cárcel por nuestra lucha, acusados de corrupción o por delincuencia organizada. Para el poder es fácil. Para precavernos de esta desgracia debemos exigir que desaparezca la prisión preventiva oficiosa.

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