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Lujo y pobreza en Tulum; paraíso desigual para sus habitantes

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Tulum es uno de los destinos turísticos más codiciados de México. El municipio, que se encuentra al norte de Quintana Roo, es conocido por sus hermosas playas y su creciente infraestructura de lujo. Sin embargo, este desarrollo constante ha generado un contraste en la calidad de vida de miles de familias tulumnenses.

Son decenas de colonias marginadas en la cabecera municipal como Arrecifes y 2 de octubre donde los residentes enfrentan serias dificultades económicas, además de problemas de infraestructura y servicios públicos en dichos asentamientos humanos.

La falta de infraestructura básica es una de las principales dificultades ya que muchos residentes recurren a conexiones ilegales para tener electricidad y a pozos artesanos o cenotes cercanos para el abastecimiento de agua.

Mientras que las zonas hoteleras destacan por “resorts de lujo”, que incluyen departamentos exclusivos, spas de alto nivel, calles pavimentadas, con alumbrado público y vigilancia policiaca las 24 horas del día, en colonias populares, miles de familias viven en condiciones precarias, porque carecen de agua potable, alumbrado público, drenaje, calles pavimentadas y espacios públicos recreativos.

La situación en estas zonas es muy evidente, no se requiere de la ayuda de una lupa para contrastar la triste realidad en la que viven estas personas; es muy evidente la pobreza que impera entre los trabajadores del sector turístico que, a pesar de su empleo, no pueden cubrir los altos costos de vida.

De acuerdo al Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), la población de Tulum creció de 32 mil habitantes en 2010 a más de 46 mil en 2020, lo que representa un aumento del 43.75 % en una década. Sin embargo, el Coneval indica que el 62 % de la población del noveno municipio vivía en situación de pobreza, un aumento significativo respecto al 32 % en 2015.

Asimismo, gran parte de ese crecimiento poblacional ha sido impulsado por la migración de las personas provenientes de Estados con altos índices de pobreza como Veracruz, Tabasco y Chiapas.

Un mal que no tiene fin. Lamentablemente, en Tulum, el paraíso de talla internacional, reina la opulencia, los lujos y el derroche mientras sigue lidiando con la pobreza, la inseguridad, los bajos salarios, la marginación y la precariedad, pues son en decenas de colonias donde las familias enfrentan una lucha constante por mejorar sus condiciones de vida.

Para muestra un botón: representantes del Comité General Étnico Pluricultural en Tulum, destacaron que los asentamientos humanos en la cabecera municipal no están reconocidos, oficialmente como colonias y han crecido de forma desorganizada. La falta de infraestructura básica es una de las principales dificultades, ya que muchos residentes recurren a conexiones ilegales para tener electricidad y a pozos artesanos o cenotes cercanos para el abastecimiento de agua.

“Nos enfrentamos a un problema estructural en Tulum, donde los asentamientos humanos no han sido regularizados, esto afecta directamente la calidad de vida de las personas humildes que habitan en estos lugares”, sostuvo el señor Atilano Aranda Rejón, presidente del Comité General Étnico Pluricultural en Tulum.

Por otro lado, la falta de un Plan Integral de Urbanización ha impedido que estos asentamientos humanos sean reconocidos, lo que agrava aún más las desigualdades sociales. Mientras esto sucede en Tulum, su presidente municipal Diego Castañón ha sido captado en zonas exclusivas de Miami, en Estados Unidos, disfrutando de los lujos y placeres de la vida, y no es porque sea algo prohibido, pero el partido que representa Morena ha sido enfático en que, por el bien de todos, “primero los pobres”. 

Sin embargo, el municipio se hunde más en la desigualdad y pobreza, y sus gobernantes siguen sin hacer nada para atender las carencias que a diario enfrentan los habitantes, sobre todo los más desvalidos.

El auge turístico y, desde luego, la misma situación económica lacerante de la población los ha obligado a emigrar y terminar viviendo en estas zonas irregulares ante la falta de alternativas económicas en la ciudad.

Paradójicamente, ante la creciente demanda de mano de obra en la industria turística, los salarios no son siempre suficientes para atender los costos de vida, generando una brecha mayor entre los residentes de zonas exclusivas y los que habitan en las colonias marginadas.

Ante dicha desproporción social, es necesario que las autoridades de gobierno pongan atención a las necesidades de estos asentamientos, ya que su población también es parte fundamental de la comunidad de Tulum.

La regularización y la mejora de las condiciones de vida en esta zona son fundamentales para que podamos hablar de un desarrollo equitativo, un paraíso justo para toda la población. Conste.

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