El ciclo productivo en el que nos encontramos, debe ser aprovechado ampliamente por los campesinos guerrerenses, para reflexionar de forma escrupulosa acerca del rumbo que está tomando la actividad productiva agropecuaria en el actual gobierno federal.No puede negarse, que la 4T sedujo astutamente la inocencia de miles de productores y los convenció para que, sin dudarlo, apoyaran el proyecto que López Obrador les propuso, el cual, según él, proyectaba relanzar la producción agropecuaria a niveles nunca vistos en esta tierra suriana y traería como consecuencia el bienestar tan urgente en esta región empobrecida.El presidente de la república les dijo cada vez que hubo oportunidad, que contarían con todos los insumos que necesitan para convertirse en productores completos y exitosos.Dos temporadas productivas, son suficientes para darse cuenta de que las cosas en el campo de guerrero no han cambiado a favor de la producción, sino contra todo lo esperado por la mayoría campesinos, la situación se pone peor.El cambio de nombre de Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) a Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), no solo representó el adelgazamiento de la nominación de la dependencia responsable de los asuntos productivos del país, sino que dio paso a la disminución drástica de su presupuesto, eliminando con ello la gran la mayoría de los programas de ayuda a los pequeños productores, sobre todo en los insumos para la producción de maíz, que es el cultivo más trabajado en el estado.Dolosamente, el presidente de la república, concentró el programa fertilizante, sabiendo de antemano los efectos dependientes que este insumo provoca entre los campesinos con el fin claro de someterlos por esta vía a sus intereses de permanencia y ampliación del poder político que hoy ostentan.Muy pronto se percibió que el propósito del gobierno federal al dirigir este programa, no tenía el objetivo de ayudar a todos los campesinos como lo dijo infinidad de veces, sino de encontrar la forma de cómo recortar el padrón que años atrás manejaron los ayuntamientos y el gobierno del estatal.La inconformidad se extendió a todas las regiones del estado y aunque las protestas tuvieron buenos resultados, miles de productores se quedaron sin recibir el anhelado abono para sus cultivos, la inconformidad en el 2019 y 2020 es auténtica, aunque disguste a los funcionarios de la Secretaría de Bienestar y de la SADER, y existe una prueba contundente, el año pasado la SADER alcanzó a beneficiar con fertilizante a 279 mil productores que cultivaron 406 mil hectáreas, la organización y la lucha, ha ampliado el programa en este año 2020, a 335 mil productores que producen en 500 mil hectáreas, es decir, a 56 mil campesinos más; sin embargo, todavía muchos se quedarán sin el benéfico insumo, a causa de la desconsideración de los servidores de la nación.
Las exigentes protestas que en los últimos días han realizado los campesinos del centro del estado, siguen teniendo resultados provechosos pues han obligado a las autoridades a distribuir una mayor cantidad de fertilizante.Por eso, es buen momento para que los productores del campo en guerrero, refrendan su confianza con su organización y la lucha que nunca debieron cambiarlas por las promesas embusteras que solo entronizaron a un gobierno farsante que está agravando los males en la producción agropecuaria, pues la promesa de incentivarla solo ha quedado en palabras.Es cierto que hay que superar muchos más obstáculos para seguir produciendo todavía mejor, la geografía complicada del estado no ayuda, pero se han encontrado muchos modos de obtener provecho de ella, existen buenos resultados en la producción de maíz, coco, mango, mezcal y muchos productos más, de tal forma que aún y cuando el Gobierno federal camine en sentido contrario a los intereses de los campesinos, debemos persistir hasta encontrar la forma digna de vivir a través de las actividades agropecuarias.
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