Todas las mañanas Juan sale de casa, toma el microbús, llega al estacionamiento del mercado y pasa por un pequeño espacio que alquila para mantener al resguardo su puesto de verduras y de chacharitas; Juan tiene que mover su puesto dos cuadras hasta llegar al lugar donde lo instala para vender sus productos, pero estos meses han sido difíciles porque la contingencia le ha quitado la posibilidad de salir a vender.
Juan tiene tres hijos que asisten a la escuela, pero por el momento se han quedado en casa porque ya se han suspendido las clases, ahora su familia se enfrenta al nuevo reto: las clases en línea. Los "buenos tiempos" donde las ganancias son más elevadas con las frutas de temporada han bajado, y esto a su vez ha ocasionado un ingreso bajo que ha hecho que cancele el pago de algunos servicios porque ya no tiene dinero, por lo tanto, la educación en línea también será un nuevo problema.
Al igual que Juan, existen miles de familias mexicanas que están sufriendo por los problemas que han llegado con la pandemia. Los jefes de familia no estaban preparados para enfrentar esta situación, porque su economía los limita a solo poder comprar alimentos para unas cuantas semanas. Un dato muy relevante que deja al descubierto esta situación, es que en nuestro país de 126 millones de mexicanos, 91 millones viven en la pobreza según investigaciones realizadas por el doctor Julio Boltvinik del Colmex. Esta situación también limita la alimentación sana de sus hijos porque son ellos quienes no saben si hay o no comida, si hay dinero o no para comprarla, si hay o no trabajo para pagar lo que se consume; porque tienen hambre, porque necesitan alimentarse, y principalmente, porque así son los niños y su inocencia. Ellos solo piden sin saber qué es lo que pasa.
El QuedateEnCasa que se pregona todos los días en los medios de comunicación y en las redes sociales, resulta ser válido y aplicable a quienes tienen el recurso suficiente para mantenerse por algunos meses sin salir y cubriendo todos los gastos que se presenten. Sin embargo, las familias que viven como Juan, no les favorece mucho la opción de quedarse en casa para ver cómo sus hijos les piden de comer y no tener nada que ofrecerles, porque se necesita más que voluntad para poder quedarse en casa, se necesita alimentación, dinero para pagar los servicios básicos y además de una vivienda digna donde sus habitantes no estén hacinados. Esta situación es muy común en las grandes ciudades donde el hogar se comparte entre dos o tres familias; las opciones de supervivencia se agotan conforme el plazo de cuarentena se extiende y con ello también las formas para adquirir el sustento diario para sus familias. Está situación tarde o temprano puede generar conflictos y como resultado, orillar a obtener los recursos básicos de forma ilícita, principalmente por la obligación y necesidad de las personas para remediar su situación.
El coronavirus llegó para poner al descubierto las grandes desigualdades que vive el pueblo mexicano. A su vez, también se hace visible el insuficiente o nulo apoyo de los programas monetarios que el gobierno federal se ha encargado de difundir que se distribuyen en forma de tarjetas, para desgracia, la gran mayoría de los mexicanos no tienen acceso a este beneficio. Y quien lo llega a tener, resulta insuficiente, pues cada vez comienzan a escasear los recursos y el precio de los alimentos se elevan considerablemente.
Por eso, es urgente que el gobierno de la 4T que se comprometió a realizar un cambio a favor de los pobres en nuestro país cumpla, que deje de engañarlos con la televisión y las redes sociales y escuche el llamado de miles de familias. Es urgente que interiorice la voz de 91 millones de personas sumergidas en la pobreza. Principalmente, es urgente que vele por el cuidado de los niños que no saben si hay o no para comer, porque el llamado que están haciendo no es de la oposición, ni los de la derecha, ni los políticos corruptos, ni mucho menos sus adversarios, es la exigencia y la necesidad de aquellos que escucharon la promesa de que "los pobres serían primero" en su gobierno, es la gente humilde que está necesitando comida en estos momentos, es tiempo de que escuche que es necesario un plan nacional de alimentación para todos los mexicanos. Este es el momento de apoyar, de no hacerlo, el pueblo no olvidará y la memoria de los miles de pequeños que hoy se fueron a dormir con el estómago vacío, tampoco. En su conciencia quedará. Que conste.
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