MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los incondicionales no sirven para transformar una nación

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La disputa entre el Partido del Trabajo y el PRI por la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, para el último año de la legislatura, esto la semana pasada, que al final cayó en manos de la priista Dulce María Sauri, y en la que el controvertido diputado Gerardo Fernández Noroña buscaba esa misma posición, me sugiere algunas reflexiones sobre el partido del presidente López Obrador y sus aliados.

En primer lugar, es evidente que hay una corriente política dentro de la Cuarta Transformación que está dispuesta a romper las reglas del llamado juego democrático, aunque esas mismas reglas les hayan permitido tener el control del poder ejecutivo y del legislativo federal, así como el control de varios gobiernos estatales y municipales.Recordemos que, el año pasado, legisladores del bloque del gobierno trataron de reelegir a Porfirio Muñoz Ledo por seis meses más en la presidencia de la Mesa Directiva, a pesar de que esa posición le correspondía al PAN por ser la segunda fuerza de la Cámara.

Asimismo, llama la atención que en frenar la intentona del PT y de Fernández Noroña para asumir la presidencia de la Cámara de Diputados, haya sido el mismo presidente López Obrador quien metió en cintura a los legisladores de su partido y miembros afines; esto se podría leer como un rasgo de sensatez por parte del mandatario o como una forma de tantear el terreno y medir a la oposición; pero, en ambos casos, se evidencia el férreo control que tiene el jefe del ejecutivo sobre los diputados de la 4T, lo mismo que le criticaron durante décadas al régimen priista.

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La mayoría de los legisladores de la Cuarta Transformación no tienen criterio propio, pues solo están a las órdenes del señor del Palacio Nacional; y la otra parte, la minoritaria, que presumen de ser miembros conscientes y críticos del proyecto lopezobradorista, se guía por intereses políticos mezquinos y acuerdos inconfesables, ya que todos sabemos que el PT y Noroña han pasado su vida política pegando con la izquierda y cobrando con la derecha; si uno revisa la trayectoria de esos dos entes, no encontraremos ninguna contribución efectiva a la vida de los millones de pobres que dicen defender.

Ahora bien, a raíz de la llamada entrega de la Mesa Directiva al PRI, algunos miembros del grupo gobernante señalan que la unidad de la 4T puede fracturarse.Sin embargo, la unidad a la que se refieren de por sí ya era precaria, pues no está construida sobre la base de un proyecto de país bien definido, fruto de la experiencia y del análisis de fuerzas políticas ligadas a las luchas e intereses genuinos de las mayorías, sino que esa unidad está amarrada a un solo personaje, a López Obrador, quien ejerce el poder unipersonal.Así que las fuerzas oficialistas solo tienen una opción: seguir incondicionalmente al caudillo o abandonar el proyecto de la Cuarta, lo cual implicaría para algunos de ellos la muerte política.

Los caudillismos y las incondicionalidades sirven para hacer populismo, pero no para transformar una nación.Si no me creen, solo vean a su alrededor: el gobierno de AMLO ha resultado desastroso.

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