Los datos sobre la pobreza en México difundidos en estos días, nos llevan necesariamente a esta reflexión. El grave problema nacional afecta ya a 55.7 millones de personas, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Aunque en palabras de muchos analistas, el número real de pobres es de 96 millones. Es decir, casi el 80 por ciento de la población mexicana se encuentra atrapada en la pobreza.
Pero, ¿por qué pasa esto en México? Si el presidente lanza vítores a sus programas asistenciales, celebra doblemente las remesas y hace algunos días llamó héroes a los migrantes porque envían dinero a sus familias, porque ni los programas sociales, ni las remesas detienen el avance estrepitoso de la pobreza. Pero veamos bien las cosas. Los programas asistenciales siempre han existido, aunque, a decir del Instituto de Estudios sobre Desigualdad (IED), en 2016 llegaban al 61 por ciento de los hogares más pobres y ahora, cuando hay un “gobierno de los pobres”, solo llegan el 35 por ciento de los más necesitados, algo no funciona. Por lo que respecta a las remesas, solo hay que aclarar que estas no son un logro del gobierno; y es vergonzoso que su titular las use como tal, porque representan el fruto de una enorme cantidad de dolor humano, hogares rotos y trabajo sobreexplotado. Quienes emigran a Estados Unidos lo hacen porque en México no encuentran trabajo y aquí los salarios son insultantemente bajos.
¿Qué pasa en nuestro estado?
Que la pobreza también avanzó en sudcalifornia, y por lo tanto la atención en las necesidades elementales de la población no se están atendiendo como debe ser. Han pasado algunos meses de la “borrachera” democrática y la elección en nuestro estado con los cambios de gobierno, tanto estatal como municipales. Después de las jornadas de conquista electorera, quedan de manifiesto algunas cuestiones en estos días, ya instalados los nuevos responsables de gobernarnos por 3 y 6 años respectivamente. ¿Cuáles son las primeras impresiones que recibimos de los nuevos gobernantes?, juzgue usted amable lector.
A un mes del cambio de responsabilidad estatal, en Baja California Sur se vivió una jornada de tomas de protestas de nuevos presidentes municipales, un cambio de administración marcado, presuntamente, por la “austeridad republicana” y los recortes de personal y sueldos, a petición expresa del gobernador Víctor Castro Cosío. Fue enfático al señalar que recibió el Gobierno del estado en la misma situación que los ediles encontraron sus ayuntamientos: ¡en quiebra!
¡Volvemos a la realidad! Está claro que han pasado meses y que era necesario el cambio en la batuta de dirección gubernamental, pero queda en evidencia que los que más sufren de falta de atención son los humildes, los que viven al día, los que, en sus colonias y pueblos, no les garantizan, el agua, la luz, el servicio de recolección de basura, etcétera. Paréntesis: hace semanas que el servicio de agua potable en Los Cabos está colapsado, así como la recolección de basura en La Paz.
Milena Quiroga Romero se convirtió en la cuarta alcaldesa de su género en tomar protesta. La presidente municipal se enfrentará al rezago y una deuda de más de mil 800 millones de pesos que deja en crisis financiera al municipio. El martes 28 de septiembre, Óscar Leggs Castro cerró con la jornada de protestas al asumir el cargo de alcalde de Los Cabos. Enfatizó que, aunque trabajará de la mano con el sector empresarial, en su gobierno estarán “primero los pobres”.
Pero, ¿qué acaso no, desde hace 3 años, tanto en La Paz como en Los Cabos, había un gobierno ya de “primero los pobres”? Además, estas declaraciones de que las arcas estén “tronadas” no es gratuito, pues, el gobierno federal:
Primero. Desmanteló programas sin tener la alternativa de cómo proporcionar los servicios. Desmanteló Prospera y lo redujo a las becas Benito Juárez para Educación Básica y las diseñaron mal. El presidente López Obrador desmanteló una política social que podría calificarse como progresista, pues había sido el pilar de la política social de los últimos 20 años en México. En su lugar posicionó programas que no brindan los servicios de manera adecuada, además de no estar al alcance de las personas que más lo necesitan.
Segundo. Los nuevos programas de Andrés Manuel no están focalizados a la pobreza, mucho menos a la pobreza extrema.
Tercero. La pobreza se incrementó en el sector urbano, ámbito en donde la necesidad de un ingreso básico universal es necesaria para evitar que la gente caiga en la pobreza.
Las reflexiones que nos dejan estos ejemplos son que, es necesario un verdadero cambio a fondo en el modelo actual y, por lo tanto, es indispensable construir un verdadero gobierno del pueblo, conformado por una organización verdadera que trabaja día a día por un mundo mejor para los que menos tienen y que está convencida de que la pobreza se puede desterrar, como diría el siguiente extracto del poema del gran poeta Pablo Neruda:
…Ahora, pobreza, yo te sigo.
Como fuiste implacable, soy implacable.
Junto a cada pobre me encontrarás cantando,
bajo cada sábana de hospital imposible
encontrarás mi canto.
Te sigo, pobreza, te vigilo, te acerco,
te disparo, te aíslo, te cerceno las uñas,
te rompo los dientes que te quedan…
Yo te desafío, con duros versos
te golpeo el rostro, te embarco y te destierro.
Yo con otros, con otros, con muchos otros,
te vamos expulsando de la tierra a la luna
para que allí te quedes fría y encarcelada
mirando con un ojo el pan y los racimos
que cubrirán la tierra de mañana.
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