MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las incongruencias de la 4T despiertan el reclamo estudiantil

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Han pasado seis meses desde que Andrés Manuel López Obrador hizo toma de protesta como presidente de la República. Ese día, el 1 de diciembre, durante su discurso dijo que cumpliría diversas promesas encaminadas a cambiar la situación de millones de mexicanos, entre estas medidas prometió entregar 10 millones de becas para estudiantes de cualquier nivel escolar, además de fomentar el deporte, actividades artísticas, ciencia y tecnología. A seis meses, esas promesas aún no se han materializado.

El pasado 18 de mayo, durante la última visita del mandatario al municipio de Ocosingo, un grupo de estudiantes del Colegio de Bachilleres de Chiapas (COBACH), acudió al evento público para reclamar la entrega de becas para jóvenes de nivel medio superior, toda vez que, dijeron, éstas no han llegado. Pero al dar respuesta a los demandantes, el ejecutivo federal respondió: "Los que manejan el programa tienen tache, porque ya está el apoyo, nada más que tienen que llegar a los estudiantes". ¿Será posible que López Obrador no se haya dado cuenta de tal incongruencia? Le recordamos que el programa es guiado por él, y que no hay que buscar culpables donde no los hay; el señor presidente podría empezar por aceptar que son fallas de su mala dirección.

Pero el reclamo no quedó nada más en Ocosingo. Dos días después de la concentración, un grupo de jóvenes de la capital chiapaneca, integrantes de la FNERRR –organización estudiantil que en Chiapas representa a tres mil estudiantes– realizaron manifestaciones en diferentes puntos del estado y denunciaron que se les ha negado la inclusión a la beca "Benito Juárez" a pesar de haber llenado los requisitos, como lo marca la dependencia federal. Además, recordaron que había la promesa de atender de inmediato los problemas y daños que dejaron los sismos de 2017 en diversos centros educativos de la entidad y que a la fecha no han sido atendidos. Uno de estos centros es la Escuela Secundaria José Martí, ubicada en la colonia "El Porvenir" del municipio de Ocozocoautla, en donde los estudiantes se encuentran recibiendo clases en aulas improvisadas pues la suyas quedaron deshechas por los sismos. Durante casi dos años, los estudiantes han pedido que se restaure su institución, pero hasta ahora nadie los ha escuchado.

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Esta escuela no es la única con problemas para ofrecer una buena educación a los jóvenes chiapanecos de escasos recursos. Instituciones de nivel medio superior como los Centros de Educación Tecnológica Agropecuaria en Pantepec y Amatán, y en Chiapa de Corzo, Tuxtla Gutiérrez y Ocozocoautla el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos, se les ha negado oficializar las claves. Varias veces el gobierno se ha comprometido a darlas de alta, pero hasta ahí, de las promesas no pasan. A pesar de que los alumnos de estas instituciones han destacado en concursos científicos, tecnológicos, culturales y deportivos, no se les ha incluidos en apoyos para impulsar las bellas artes y el deporte. Alumnos, maestros y padres de familia han sacado la casta, a través de actividades económicas y colectas públicas, para poder participar en cuadros culturales y asistir a eventos de talla nacional.

Todo mundo sabe que el Artículo 3º constitucional reconoce que todo mexicano tiene derecho a la educación. Este artículo define como obligatorios los niveles de preescolar, primaria, secundaria y media superior, para lo cual el Estado debe garantizar una oferta de servicios educativos suficientes tomando en cuenta las condiciones particulares de la población para que no vea limitado el acceso o ponga en riesgo tanto la asistencia como la permanencia y conclusión de los cuatro niveles.

Sin embargo, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 2018, asegura otra cosa. Chiapas encabeza la lista de los estados que no tienen la capacidad para cubrir 50 por ciento de su población potencial de educación básica; en cuanto a la infraestructura, en Oaxaca, Chiapas, Baja California y Sonora, únicamente el 66 por ciento de los estudiantes acuden a escuelas con construcciones hechas con materiales duraderos; solo el 45 por ciento de ellos acuden a escuelas que cuentan con servicios básicos. La entidad resulta ser el primero de cinco estados con mayor rezago educativo, y con la menor escolaridad media registrada de 7.29 años, equivalente a no terminar el segundo año de secundaria.

Ante esta realidad, los jóvenes que valientemente van a tocar las puertas de la 4T para exigir apoyos para la educación y la entrega de las becas Benito Juárez, están en lo correcto. Su iniciativa y su arrojo, a la luz de lo dicho, pueden resultar muy fecundos y trascendentes para la nación, y de ahí mi aplauso y mi ansia de solidaridad con ellos. Toda gran causa, todo gran proyecto, empieza siendo "pequeño" a los ojos de sus enemigos y opositores; pero no son ellos, sino el movimiento real de la sociedad y de la historia, el que dirá la última palabra. Adelante jóvenes por el camino de la lucha.

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