MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Este 2025, más unión, fraternidad y lucha

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Iniciamos un año más con una nueva administración en el poder de nuestra nación, una a la que hacen llamar el segundo piso de la 4T, pero a pocos meses de su inicio, ha demostrado que la silla le quedó muy grande, pues los problemas fundamentales de nuestro país han rebasado las expectativas de este gobierno, desde el combate a la corrupción, que se supone sería la principal tarea, hasta la inseguridad, pobreza, insalubridad y demás; por cierto, problemas que en la primera administración de la 4T, según fueron “erradicados” y que en el discurso de la actual presidente se repite. No se entiende sobre qué se construirá el segundo piso, ¿acaso nos mintieron en la construcción del primer piso?

La polaridad entre ricos y pobres es muy grande; a los pobres del país nos falta unión, organización y conciencia para entender que sólo de manera organizada podremos alcanzar nuestro objetivo.

A los antorchistas de todo el país nos queda bien claro: la desigualdad social y la pobreza siguen en aumento, motivo por el cual seguimos trabajando y luchando, seguimos construyendo lo que es la fuerza social más grande de México y en la que millones de mexicanos ven la única esperanza de progreso en cada una de sus colonias, comunidades o ejidos, donde ponen sus esperanzas, sus esfuerzos y su conciencia para avanzar juntos en la construcción de un país justo y equitativo.

Pero aún nos falta mucho por hacer; aún nos falta convencer a más y más mexicanos de que este sueño es posible; demostrar con nuestra realidad que es necesario y urgente un cambio social; que es urgente que los mexicanos tengan un empleo bien remunerado; que los que ganan más paguen más impuestos y que estos impuestos, que forman parte de la riqueza nacional, se distribuyan de manera equitativa, que se invierta en salud, en educación, en condiciones materiales que garanticen una vida más justa y equitativa para todos los mexicanos, no sólo para unos cuantos.

La polaridad entre ricos y pobres es muy grande. Sí, los ricos son muy pocos, mientras que la inmensa mayoría de todos nosotros somos pobres. A los pobres del país nos falta unión, nos falta organización, a la gran mayoría, a millones de mexicanos, les falta conciencia, les hace falta entender que solamente de manera organizada podremos alcanzar nuestro objetivo. Solamente de esta manera, organizando, educando y luchando, podremos cambiar el modelo económico que impera en nuestro país y que lo único que ha generado es más pobreza y desigualdad.

Compañeros, comenzamos un 2025 con retos importantes, con metas y objetivos claros. Debemos seguir avanzando en la construcción de nuestra organización, en la construcción de la fuerza social que ha representado por cincuenta años los intereses del pueblo trabajador pero, sobre todo, con el objetivo claro de que es necesario llegar a nuestra meta final: el cambio social de nuestro país.

Las condiciones actuales nos están favoreciendo para demostrar que, a pesar de que existe un aumento salarial, la canasta básica sigue aumentando, aumenta la gasolina, los alimentos indispensables, aumenta el costo de la salud, aumenta el pasaje, aumentan incluso los impuestos prediales en varios municipios.

Estamos en una crisis y esto se lo tenemos que ir explicando poco a poco a todos los mexicanos, y que ellos vean que la única salida es la organización y la lucha del pueblo.

Que este año sea para todos nosotros de luchas y de triunfos, que este año luchemos todos juntos por este proyecto, un proyecto que se ha venido impulsando durante cincuenta años y no solamente en una elección, por este proyecto por el que muchos han dado la vida. Pero, sobre todo, que este 2025 sea de prosperidad y progreso para nuestras colonias y para nuestras familias.

Que nadie pierda el rumbo. Juntos debemos avanzar como un solo hombre y bajo un mismo ideal: el ideal de los pobres de México, el ideal de una vida justa y equitativa.

Mis mejores deseos: que la apatía y las pésimas condiciones en las que nos encontramos sean el impulso que nos lleve a la conciencia de que es necesario un cambio, de que no cambiaremos nada si nos mantenemos estáticos. 

Salgamos a las calles a gritar lo que por derecho nos corresponde, pero también salgamos a gritar y a exigir un cambio verdadero, no de color, no de partido, sino de las condiciones económicas en las que se encuentra nuestro país.

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