MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La unidad del pueblo frente a un gobierno sordo

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Como se anunció de manera oportuna, el pasado jueves 16 de abril, pequeñas comisiones de antorchistas veracruzanos se manifestaron en las plazas públicas o lugares más concurridos de los municipios de Tantoyuca, Poza Rica, Tuxpan, San Rafael, Xalapa, Coatepec, úrsulo Galván, Veracruz, Córdoba, Catemaco y Coatzacoalcos bajo una sola consigna: solicitar al gobierno federal o estatal o ambos en coordinación, entreguen paquetes alimentarios de manera semanal a las familias que debido al cierre de negocios y la baja circulación en las calles debido a la contingencia sanitaria han perdido sus fuentes de ingresos, y para quienes no son beneficiados por ningún programa social del gobierno federal. Millones de mexicanos y de veracruzanos no tienen dinero para comprar alimentos, muchos ya están pasando hambre y otros pronto lo harán si esta demanda no se atiende.

Estas pequeñas cadenas humanas se realizaron guardando las medidas de sana distancia entre los manifestantes, quienes portaban cubre bocas e incluso guantes en algunos casos, siguiendo en todo momento las recomendaciones de las autoridades sanitarias para contener la propagación del Covid-19, en todos los casos, al final de la protesta se hizo la entrega de una solicitud formal, en el caso de Xalapa al Palacio de Gobierno y a las oficinas de Política Regional en el resto de municipios, mismas a las que se anexaron las firmas de miles de veracruzanos que no pudieron sumarse presencialmente en obediencia a los llamados de quedarse en casa pero que están absolutamente de acuerdo con esta petición, pues requieren el apoyo gubernamental.

Y es que la demanda enarbolada por el Movimiento Antorchista Nacional no es exclusiva de los antorchistas, pues no son los únicos que viven el problema de la carencia de recursos económicos frente a la pandemia, es la exigencia de millones de mexicanos que se quedaron sin empleos, que viven de sus pequeños negocios, de los taxistas, de las empleadas domésticas, de los vendedores ambulantes, de los tenderos, etc.

Por lo que al ser una demanda de las clases trabajadoras, éstas muestran simpatía y acuerdo con las acciones de protesta que hemos emprendido, no solo aportando su firma, también de otras formas: sumándose a las campañas de denuncia en las redes sociales, por ejemplo, el pasado 14 de abril, el HT EnCasaYSinComida se posicionó en el tercer lugar de las tendencias nacionales en la red social Twitter con más de 80 mil mensajes, de los cuales una tercera parte provinieron de personas no antorchistas; lo mismo ocurrió el día de las cadenas humanas, la poca gente que transitaba en las calles o los automovilistas se detenía a escuchar los discursos de los oradores, algunos comerciantes y trabajadores despedidos se acercaban a decir que estaban de acuerdo con la petición de paquetes alimentarios porque realmente se necesitan; en las transmisiones en vivo que diversos medios de comunicación realizaron en sus plataformas de Facebook abundaron los comentarios de los internautas respaldando a los manifestantes. Incluso la prensa veracruzana consiente de la realidad del problema dio amplía cobertura a las pequeñas manifestaciones realizadas por todo el estado y a la petición concreta enarbolada, siendo la nota principal de diversos medios impresos y digitales al día siguiente.

Hay también otras organizaciones sociales que abiertamente nos han planteado formar un frente común en torno a la misma petición: alimentos para la gente pobre, que sea el mismo gobierno a través de sus empleados quien lo entregue hasta la misma puerta de los ciudadanos que lo necesiten. Así, mientras crece la necesidad y el sufrimiento, crece también el deseo de la gente humilde de hacerse escuchar, su instinto de clase poco a poco los convence de que no hay más opción que juntarse con los que comparten su misma condición y luchar unidos como un solo hombre y un solo ideal.

Mientras tanto, por el otro lado, a pesar de que pasan los días y cada vez es más claro que el pueblo no es feliz, feliz, el gobierno federal sigue estando ajeno al problema. Todavía este sábado en un mensaje virtual, el presidente López Obrador dice que "no pasa nada, que las cosas van bien en México, mejor que en otros países", que "aunque mucha gente pobre se las está viendo difícil, lo mejor es hacer caso a las autoridades de salud y quedarse en casa", al tiempo en que insiste en que sus programas sociales salvarán a México de la tragedia económica que se avecina, incluso cuando está demostrado que aun entregándose a los 22 millones de mexicanos que dicen que beneficiarán, quedarán otros 60 millones en el desamparo.

Lo mismo ocurre con el gobierno de Veracruz que encabeza Cuitláhuac García Jiménez, que no ha hecho ningún pronunciamiento en torno a la petición de paquetes alimentarios para las familias sin ingresos fijos, ni siquiera de un funcionario menor, todos guardan un cobarde silencio ante la necesidad y el sufrimiento de los veracruzanos, como si los aludidos fueran otros, manteniéndose firmes en su decisión de abandonar a sus gobernados a su suerte.

Así pues, aunque parece que no tiene sentido seguir exigiendo, seguir haciendo acciones de protesta, seguir llamando al pueblo a la unidad frente a la sordera gubernamental, es ahora cuando más se necesita de ello. Por eso, más que un llamado a los que "callan como momias", el exhorto es para todos los sectores sociales que sufren, y para todos los que entienden que millones de mexicanos no pueden aislarse en casa, no por irresponsabilidad sanitaria, sino porque sus condiciones de vida se los impide, a todos ellos se dirige Antorcha Revolucionaria: necesitamos formar un frente común de lucha, hoy en torno a una consigna, "alimentos para las familias vulnerables", mañana será para salvar a México de sus atracadores.

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