Hace unos días celebramos a los maestros antorchistas en su día, fecha que no pasamos desapercibida. El día del maestro es una fecha de reflexión, de plantear cuál es el papel del maestro en nuestra sociedad.
Los maestros deben tener vocación para poder inculcar en nuestros niños y jóvenes el amor por las ciencias y las artes; deben de enseñar a nuestros estudiantes: matemáticas, física, química, biología, geografía, literatura, redacción, ética, etc., pero además, su formación en actividades artísticas de danza, música, poesía, entre otras; y la práctica deportiva, futbol, voleibol, basquetbol, atletismo, básicamente; pero aún esta formación no es suficiente.
Ante la sociedad y las responsabilidades del estudiante frente a ella, los maestros deben inculcar en sus alumnos inquietudes políticas: el amor por la justicia, la libertad, el sentido de fraternidad hacia sus hermanos de clase, hacia el pueblo trabajador del cual forman parte; aprender a defender a los que menos tienen, y estar dispuestos a luchar, si fuera necesario, para defender los derechos de la clase explotada, que, en fin de cuentas es la clase a la que pertenece el estudiantado pobre del país.
Hoy más que nunca el maestro debe ser guía que aliente en el estudiantado una conciencia despierta e inteligente, que aprenda a criticar y a hacer juicios de valor por las injusticias que se cometen con los más débiles y luchen hasta alcanzar un proyecto y un modelo económico que no esté basado en la pobreza y el hambre de los seres humanos más humildes. Prepararlos para que sean los constructores de un país con riqueza y crecimiento económico disminuyendo el abismo de la desigualdad social.
Estas altas metas no se pueden por ahora tocar con las manos, pues en los resultados proporcionados por la OCDE, grupo de consulta sobre la economía de 30 países del cual forma parte México, se calificó a nuestro país en los penúltimos lugares en matemáticas y español. López Obrador redobla el atraso en la educación al recortarle 40 % al presupuesto del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) de lo que recibía la institución en el año 2015.
Maestras de Puebla reclamaron al presidente López Obrador; el por qué desde el inicio de su gobierno ha retirado o disminuido becas a los niños que participan en las olimpiadas de matemáticas. Lo siguiente ocurrió mientras el mandatario se tomaba selfies con pasajeros que esperaban en la Terminal Uno del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
–porque para eso sí es muy bueno-, una maestra llegó acompañada por tres alumnas para reprocharle la falta de apoyo.
—Yo no quiero foto, le dijo. Quiero saber ¿por qué le quitó a nuestros niños el apoyo de la olimpiada de matemáticas del CONACYT? —.
"¡No, eso no es cierto!", respondió el Presidente con cara de sorpresa.
—¡Sí! El CONACYT quitó el apoyo a niños que antes salían del país a representar a México—
"No, no, no", dijo López Obrador, (porque sabe que lo que hizo está mal).
—¡Sí!— replicó la maestra.
A México le urge tener un torrente imparable de jóvenes con conciencia que luchen por una justa distribución de la riqueza, como lo viene planteando el Movimiento Antorchista desde hace 45 años. Los maestros antorchistas llevan sobre sus hombros una labor cuesta arriba por los injustos y arbitrarios recortes morenistas a la educación, y sin embargo, deben formar a jóvenes con buenos sentimientos y solidarios. Junto con Antorcha moldear al hombre nuevo, para construir una sociedad nueva. Es la tarea histórica de los docentes.
A los queridos profesores antorchistas les dejo este fragmento de la poesía "El elogio del maestro" del poeta mexicano Gregorio de Gante, y con dedicatoria especial y respeto al creador y dirigente nacional del Movimiento Antorchista, Maestro Aquiles Córdova Morán, que ha sido para muchos de nosotros un verdadero maestro:
El futuro te canta... Y en el aula
tu pensamiento vuela
como águila caudal sobre el abismo,
dulce Rabí que tienes en la escuela
tu calvario y Tabor a un tiempo mismo.
Maestro, en la ascendente
marcha al ideal, tu antorcha
lumínea pasará de mano en mano,
e irá su radiación de frente en frente
por el oleaje humano.
Y sobre aquel fatal desquiciamiento
de arcillas miserables
y barros deleznables
brillará en el azul tu ensueño puro;
¡y sólo tú perdurarás, como una
prolongación de luz en el futuro!
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