MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La pandemia, el pecado mortal de muchos gobernantes

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En víspera de la "Semana Santa", tocó a mi puerta mientras me encontraba en cuarentena, un sacerdote de la iglesia de "5 Señores", perteneciente al municipio de Oaxaca de Juárez, y tengo que admitirlo, llegó un punto en el que concordé con sus palabras. Y es que dijo, "ciertamente la pandemia es un peligro mortal para nuestro cuerpo, pero el pecado y todas sus expresiones como está presente en nuestra sociedad, es un peligro latente que nos puede matar, por eso hay que tenerle también miedo a la pandemia del pecado y recapacitemos".

Esto vendría a bien, ser reflexionado por nuestros gobernantes que, viendo la situación a la que se enfrenta nuestro país y nuestro estado en particular, en los hechos, dejan en el abandono a millones de familias.

Y es que, aun cuando no hemos llegado a la fase 3 de la propagación del Covid-19, ya millones de voces oaxaqueñas, elevan plegarias en silencio, diciendo...¿y ahora qué comeremos?, ¿si me enfermo cómo me curo?, ¿de qué sobreviviremos?

Cierto es que Oaxaca, siendo una entidad con diversas culturas, con mucha atracción turística, una riquísima variedad de gastronomía y con pueblos realmente mágicos, tiene también dolores que la aquejan pues aunque gobernadores van y vienen, desde hace sexenios, la mayoría de sus ciudadanos se han hundido en la pobreza, pues es de recordar que el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para finales del mes de julio del año 2017, resaltó que el 66.8 por ciento de los oaxaqueños vive en pobreza, lo que representa que un millón 87 mil 156 vive en pobreza extrema, mientras que, un millón 760 mil 185 vive en pobreza moderada, lo que da un total de dos millones 847 mil 341 oaxaqueños viviendo en pobreza.

Y, durante esta semana de pandemia, en un recorrido por la comisión de prensa del Movimiento Antorchista en Barrio El Coyote y Calle El Mirador, del municipio de Santa María Atzompa, se demostró una dura realidad, esa de la que se hace referencia al inicio de este escrito, la indiferencia de quienes ostentan el poder y deberían velas por sus ciudadanos, ha llegado al límite, pues las familias claman en silencio ayuda y auxilio porque aunque quisieran, ya no pueden quedarse en casa debido a que se están quedando sin alimentos y sin dinero, pues las provisiones de las primeras semanas del Covid-19 se están agotando y hasta el momento las autoridades no toman medidas.

Y en efecto, no mienten, su sustento económico es al día, pues no olvidemos que, durante el año 2018, el número de desempleados en Oaxaca aumentó de 22 mil a más de 30 mil ciudadanos, así lo reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) por medio de sus indicadores de Ocupación y Empleo. En ese entonces, el organismo indicó que la tasa de desocupación del estado subió de 1.3 por ciento de la Población Económica y Activa (PEA) documentado en marzo de 2018, a 1.8 por ciento de la PEA, en marzo de 2019.

Según las estimaciones, la población Económicamente Activa en Oaxaca es conformada por un millón 700 mil personas. Sin embargo, pese a las cifras preocupantes porque afecta a miles de familias, la entidad continuó siendo de las que reporta menores porcentajes de desempleo a nivel nacional, pero con las peores condiciones laborales para los trabajadores, pues el 80 por ciento no reciben prestaciones de ley. Siendo el 2019, cuando Oaxaca registró su segundo mes consecutivo con caída del empleo, aunque un marginal medio punto porcentual, 0.5 por ciento de junio a julio, cuando ha acumulado una reducción de 6 mil 447 en el padrón de trabajadores asegurados por modalidad ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de mayo a junio, una reducción de 3 por ciento, a pesar de que julio es uno de los principales meses por la actividad económica que genera la Guelaguetza.

En todo este contexto, un importante número de familias organizadas en el Movimiento Antorchista, desde sus casas buscarán sumando sus fuerzas, alzar la voz para que sean escuchados y tomados en cuenta. Aquí se demostrará si los gobiernos desde federal hasta municipales buscan recapacitar o se irán por el camino del pecado que los condenará.

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