Es importante definir que propaganda es la acción y efecto de dar a conocer algo, y que la información, transmitida mediante ella, tiene como objetivo seducir y atraer; por ejemplo, en el sistema capitalista, a los potenciales compradores de un producto o contratantes de un servicio informativo que puedan pagar por ello, esa es la propaganda que sirve a la clase capitalista para propagar sus ideas.
La propaganda también suele estar destinada a sumar adeptos a una causa, y es aquí donde se torna importante para la lucha social, precisamente porque en la lucha de clases los revolucionarios deben hacer uso consciente de la propaganda para convencer al pueblo trabajador de la justeza de cambiar el modelo económico y social actual. Así pues, se da un uso de carácter capitalista y otro revolucionario a la acción de propagar ideas.
Y es justo en esta lucha en la que unos tienen, por ejemplo, la posibilidad de adquirir el modelo más reciente de tenis desgastados de la marca Balenciaga por 42 mil pesos, mientras que a otros les cuesta desembolsar mil 141 pesos para adquirir una canasta básica con al menos 24 productos y con un salario básico de aproximadamente 400 pesos, con lo que alcanzaría a una familia adquirir el 41 por ciento de la canasta básica.
En México, según datos de Forbes, de los 10 multimillonarios mexicanos, ocho aumentaron en 28 por ciento sus fortunas en 2021, y “en 2020 las 36 principales fortunas del país sumaron 171 mil 490 millones de dólares, un 20 por ciento promedio más que en el 2019.
De acuerdo con el Informe de Desigualdad mundial 2022, “en México, el 10 por ciento de la población más rica gana 30 veces más que el 50 por ciento del grupo más pobre. Este grupo de mayor riqueza concentra el 57 por ciento de los ingresos totales en el país, mientras que la mitad de los más pobres poseen solo el 9 por ciento.
Ante tal situación, para quienes pretendemos cambiar las condiciones de vida de la clase trabajadora de nuestro país, el papel de la propaganda revolucionaria se torna indispensable, y va desde propagar nuestras ideas a través de las redes sociales, a través la plática con el vecino, a través de la educación en nuestras escuelas, la música, la danza, el teatro, el deporte, escribiendo el sentir de nuestras comunidades, de propaganda donde se invite a la población a luchar por un bien común, organizados e implementando nuestro proyecto de nación, creando empleos para quienes tengan edad de trabajar, que los salarios sean bien remunerados, pugnando porque los impuestos sean progresivos, donde paguen más quienes ganen más, y sobre todo en luchar porque los gobiernos inviertan en obras que beneficien a pueblos y colonias populares.
Ahora vale preguntarnos ¿quién hará la propaganda en defensa de la clase revolucionaria, de los trabajadores? Y para lograr que el pueblo mejore sus condiciones de vida, se requiere de una vanguardia, de obreros consientes para quienes no hay tarea más importante que la de comprender la importancia de su movimiento y adquirir una noción exacta de él, se requiere de su conciencia de los proletarios y la amplitud de su lucha.
No permitamos que nos invada la propaganda de las mercancías, no olvidemos que cuando nos manifestamos pocos o ningún medio difunde nuestra información, por el contrario, esos ladrones que se venden al mejor postor como escritores, periodistas, medios en general vendidos al gobierno o a sectores poderosos, que son la gran prensa, la crema y nata de la alta sociedad que son gente a la que todos conocen y que tiene relaciones en todos los sitios y por su insolencia desvergonzada de defensores buscan la obscuridad para propagar ideas de desprestigio, ataques para tergiversar la información de nosotros hacia la sociedad.
Por eso es necesario prepararnos, necesitamos impulsar la propagación de ideas de nuestra lucha, y no podemos hacerlo solos, necesitamos que el pueblo aprenda a defenderse, a que nos confíen a sus hijos para prepararlos teóricamente en esta área, a que se sumen a la propagación de nuestras reuniones en cada colonia, de nuestros eventos, y ya desde ahí será responsabilidad de la vanguardia guiar a al pueblo que con valentía, cariño y esperanza confía en nuestra lucha, en nuestro proyecto de nación.
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