MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La Navidad y los problemas de la humanidad

image

No hay nada más patético ni muestra más palpable de la ruin manipulación ideológica ejercida por la clase dominante sobre la población despolitizada, desclasada, que un pobre defendiendo el “derecho” de los ricos a “su” riqueza; es decir, a explotar la fuerza de trabajo ajena, creadora de valor, en provecho propio.

De ahí la razón que asiste, por ejemplo, a Thomas Sankara, expresidente de Burkina Faso (nación africana), al decir que: “Para el imperialismo, es más importante dominar culturalmente que militarmente. La dominación cultural es la más flexible, la más eficaz, la menos costosa. Nuestra tarea consiste en descolonizar nuestra mentalidad”. Cierto, porque como dijo Fidel Castro: 

Como dijo Fidel Castro: “Gobiernan no sólo a base de mentiras, sino a base de reflejos condicionados; la mentira afecta el conocimiento, el reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar”.

“…Antes éramos escépticos frente a algunas cosas, nos parecían imposibles porque nos habían engañado, habían engañado al mundo. Con sus medios masivos se apoderaron del cerebro de la gente. Gobiernan no sólo a base de mentiras, sino a base de reflejos condicionados… la mentira afecta el conocimiento, el reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar…”.

Y es que, para conocer y entender la sociedad científicamente, es necesario estudiarla de manera científica, es decir, a través del materialismo histórico dialéctico, creado por Carlos Marx y Federico Engels como suma, síntesis y superación de lo mejor del pensamiento precedente; los cuales, al igual que el mítico Prometeo, entregaron la luz a la humanidad y le enseñaron el camino que necesariamente habrá de recorrer esta, en su desarrollo hacia una organización superior, más plena y mejor para todos los seres humanos; más desarrollada, justa y equitativa, bajo nuevas relaciones de producción dadas como producto del incontenible avance de las fuerzas productivas de la misma sociedad.

Aprovechando las fiestas decembrinas, la celebración de la Navidad y el fin de año solar, que hacen aflorar casi de manera natural la esperanza de paz, armonía y el deseo sincero de que reine el amor filial entre los hombres como miembros de la misma especie que somos, es necesario recordar que el mundo actualmente vive eventos irracionales, francamente aberrantes, dado el supuesto desarrollo alcanzado por la civilización humana, como el genocidio que lleva a cabo el Estado sionista de Israel en contra del inerme pueblo palestino, con más de 70 mil muertos, sobre todo niños y mujeres, incluso en los refugios donde han sido hacinados como animales por los mismos masacradores, convirtiendo estos en verdaderos hornos crematorios con sus bombas; y todo por despojarlos de sus tierras.

O la muy seria amenaza de una tercera guerra mundial que pondría fin a toda la vida en el planeta, por el insano afán de más acumulación de riquezas en manos de unos cuantos potentados imperialistas, locura que los ha llevado a amenazar con hacerse militarmente de territorios y recursos de naciones que cuentan con la capacidad para defender, de tú a tú, su libre existencia independiente, como Rusia y China, los cuales, por su parte, ofrecen al mundo paz y prosperidad, mediante un nuevo orden mundial multipolar, donde todas las naciones coexistan y se apoyen para el desarrollo mutuo y compartido de los pueblos del orbe.

Creo yo que la hermandad entre los hombres como especie, rota desde la época antigua por las condiciones de producción de ese tiempo cuya característica fundamental, el plusproducto, generada bajo las nuevas circunstancias, llevó a la sociedad a dividirse en clases sociales no sólo diferentes, sino antagónicas, contrapuestas, se ha desarrollado hasta el punto de volver a hacer imposible la producción aislada de un solo individuo de lo que necesita para vivir, sino que hoy esto es posible sólo bajo el concurso de toda la sociedad en su conjunto, por lo que se hace necesaria, y no sólo deseable, otra vez, la hermandad social del ser humano.

Claro que, para poder llevarla a cabo, a contrapelo de los poderosos intereses individuales creados por los beneficiarios y detentadores de la riqueza y el poder que viven cómodamente y a sus anchas actualmente, se requiere de los pobres, que son inmensa mayoría, unidad y conciencia. Pues sólo estas le pueden dar, en un momento dado, su unidad de acciones conforme a los intereses de clase que los representa.

Es necesario, por tanto, que el pueblo pobre sepa que sólo puede dejar de serlo si él alcanza el poder político de la nación, porque desde ahí es donde se puede cambiar de raíz la realidad social actual que se basa en la injusta distribución de la riqueza que producimos entre todos los mexicanos, que se acapara por muy pocos, causando a las mayorías pobreza y marginación.

En el poder, el pueblo saldría de pobre tomando medidas sencillas y racionales, científicas, como el empleo para todos, los salarios remuneradores, la política fiscal progresiva y la reorientación del gasto público, que son facultades y atribuciones que están en manos del gobierno federal. Y también debe saber ese pueblo que este modelo de país, estas propuestas para que acabe con la pobreza, sólo las encabeza y defiende Antorcha, por lo que, desde mi punto de vista, bien haría en incorporarse a sus filas y hacer causa común con sus hermanos de clase y de intereses.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más