MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La monopolización de la cultura y su uso político

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El arte y la cultura son dos elementos primordiales en la educación y la formación de la sociedad, ya que desde los orígenes de la humanidad el hombre ha plasmado lo que piensa, siente y necesita.

En el comunismo primitivo el hombre plasmó su concepción de la vida, la organización que tenía para resolver sus necesidades y, sobre todo, la justificación de su existencia.

El capitalismo ha ido adecuando, en sus diversas fases, el uso de la cultura y el arte para manipular a las grandes masas trabajadoras con el objetivo de que respondan a sus intereses.

La domesticación de los animales y el desarrollo de la agricultura permitieron el progreso de las primeras civilizaciones que gestaron en la humanidad una nueva forma de organización social: el esclavismo. La llegada de “la democracia” permitió el florecimiento de las artes en las civilizaciones antiguas y también la manipulación de la cultura.

En Roma, por ejemplo, se montaban grandes espectáculos dirigidos al pueblo para que no protestaran ante las carencias e injusticias que vivían los esclavos. “Pan y circo” fue la política cultural que se instrumentó para el adormecimiento de la conciencia popular.

Después, con el surgimiento del cristianismo y la liberación de los esclavos, la sociedad volvió a organizarse para producir los productos y mercancías que resolvieran las necesidades de las grandes ciudades. El feudalismo, junto con la religión, llevó al poder a las grandes monarquías, quienes detuvieron el avance de la ciencia y la cultura, dejando a la humanidad en un obscurantismo de mil años.

Con la revolución industrial, que permitió acelerar la producción de mercancías exigiendo la liberación de los jornaleros campesinos para convertirse en obreros en las grandes ciudades, se gestó la llegada de la burguesía al poder.

El capitalismo ha ido adecuando, en sus diversas fases, el uso de la cultura y el arte para manipular a las grandes masas trabajadoras con el objetivo de que respondan a sus intereses.

En este modo de producción destaca “la cultura de masas”, que es un conjunto de ideas, experiencias, valores y productos culturales que se producen y consumen a gran escala con el objetivo de llegar a un público amplio. Se caracteriza por: ser producida por industrias culturales que buscan obtener ganancias; difundirse a través de medios de comunicación como la televisión, el cine, la radio e internet; estar diseñada para influir en las emociones y deseos de las personas; construir un modelo de individuo anónimo y homogeneizado. La cultura de masas es una consecuencia directa de los procesos de industrialización y el cambio cultural que se produjo con el desplazamiento del mundo rural.

Las políticas culturales que desarrolla el capitalismo se instrumentan en todos los países que conllevan este modo de producción mediante acuerdos internacionales como la agenda 20-30, en donde se estipulan lineamientos a instrumentar en el mundo.

En México, durante el sexenio de AMLO, se destaca el Programa de Cultura Comunitaria como bastión de la política cultural de la administración federal para reducir la desigualdad en el ejercicio de los derechos culturales de personas y comunidades.

La Secretaría de Cultura orientó sus esfuerzos de atención a las localidades más apartadas y en contextos de vulnerabilidad. Estas acciones, según datos del sexto informe de gobierno, llegaron a 408 municipios de las 32 entidades federativas, de los cuales 217 tienen altos índices de inseguridad.

Cultura Comunitaria fue uno de los programas estrella de la 4T, dependiente presupuestalmente de la Dirección General de Vinculación Cultural, la cual sufrió una significativa reducción presupuestal a lo largo del sexenio, al pasar de un presupuesto de 930 mil 800 millones de pesos para el ejercicio fiscal 2019, con un peso prioritario en subsidios por 875 mil millones, a un presupuesto para 2024 de 357 mil 500 millones, con un mínimo presupuesto para subsidios de 84 mil 700 millones de pesos.

En seis años se redujo el presupuesto de su programa estelar en más del 61.5 %, canalizando el recurso de la Secretaría de Cultura al megaproyecto “Chapultepec: Naturaleza y Cultura”.

Con ese caso podemos notar que la prioridad en la 4T no son los pueblos más marginados y apartados, como lo han dicho en sus discursos; han preferido monopolizar la cultura para garantizar clientela electoral.

Como se menciona párrafos arriba, la religión ha sido un factor primordial para inclinar a las masas a una postura política; por ende, en 2023 el gobierno federal canalizó el presupuesto del Programa Nacional de Reconstrucción (PNR) con una asignación de 293 mil 100 millones de pesos con el fin de atender la estabilización, preservación y restauración integral de 172 inmuebles afectados por los sismos de 2017 y 2018, de los cuales se lograron concluir 154 y se cancelaron 18 por causas ajenas.

En lo que respecta a 2024, la asignación para el PNR fue de 203 mil 700 millones de pesos, los cuales han servido para realizar alrededor de 50 acciones de preservación, estabilización y restauración en entidades como la Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla y Tlaxcala. Con estas acciones, Morena capitalizó la simpatía popular y lo llevó a ganar la gubernatura y la mayoría de diputaciones locales en dichos estados.

Estimado lector, en este punto quizá te preguntes en dónde quedan el arte elitista y la cultura popular; cabe mencionar que en el desarrollo de la historia también ha habido hombres que rompen los cánones estéticos de la cultura dominante para poder despertar la conciencia de las masas.

Durante 50 años, el Movimiento Antorchista Nacional (MAN) ha impulsado el arte y la cultura con el objetivo de formar a un hombre nuevo. Las acciones del MAN en materia de cultura no se han visto socavadas por los cambios de administraciones en los tres niveles de gobierno; los artistas afiliados al MAN, los amigos y simpatizantes del quehacer cultural de antorcha trabajan los 365 días del año en colonias y pueblos, ponen su conocimiento al servicio de los pobres de México y se van como verdaderos adalides a lugares donde las condiciones precarias no les impiden realizar su trabajo.

No sólo basta con irse a enclavar a lugares inhóspitos, hay que hacer que los mexicanos aspiren a elevarse como seres humanos. Por ello, la comisión cultural del MAN realiza certámenes a nivel nacional a donde llegan los mejores artistas con el objetivo de competir de manera sana por un primer lugar, sin llevarse nada más que el reconocimiento popular, la aceptación del pueblo.

Hace unos días se realizó el XXIII Encuentro Nacional de Teatro en San Luis Potosí, y es seguro que no hay en el país otra organización o instancia de gobierno que realice un evento teatral de esta magnitud. Antorcha no depende de inversión del sector privado o gubernamental, pues para poder liberar al arte es necesario darle libertad económica al artista.

Hace siglos, los artistas que criticaban al César, al monarca o al burgués tenían que verse, en la mayoría de los casos, en situaciones de pobreza; artistas de México, no permitamos que se monopolice la cultura, veamos en Antorcha un espacio en donde de manera colectiva podamos materializar nuestras ideas, veamos en el respaldo popular la verdadera fuerza que necesitamos para realizar nuestras producciones artísticas y, sobre todo, seamos congruentes con los grandes maestros que han pugnado por la liberación del hombre, pues sólo cuando el hombre deje de ser explotado, sólo entonces el artista también podrá ser libre.

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