La Cuarta Transformación ha dejado en el abandono a las comunidades y colonias marginadas; cuando menos en los municipios del sur de Jalisco así se resiente. Desde hace cuatro años no se conservan los caminos rurales, no se hacen carreteras, ni escuelas ni hospitales. So pretexto del combate a la corrupción se eliminaron todos los programas y partidas presupuestales federales para la realización de obras de infraestructura carretera, de obra social como escuelas, clínicas, centros deportivos y culturales, se eliminaron los programas de apoyo al campo y la vivienda.
Para seguir en la misma línea de abandono total se acaba de informar que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), antes SCT, recibirá 28 por ciento menos del presupuesto que de por sí ya había sido reducido en 2021, lo que contrasta con los miles de millones de pesos invertidos en Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que resultó un fracasó por inoperante.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por privilegiar en la asignación de recursos a sus obras emblemáticas: el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería Olmeca y el Tren Maya, los cuales suman miles de millones de pesos. Tan sólo la refinería Olmeca, según la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, cuenta con un monto total de inversión de 235 mil 788 millones de pesos, pero a los pueblos y colonias marginadas, en cuatro años, no se les ha invertido ni un peso.
Las colonias y comunidades marginadas en el sur de Jalisco se encuentran clasificadas en el nivel de baja y media marginación, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), esto quiere decir que las deficiencias en materia de educación, salud, vivienda, carreteras y servicios no son tan graves en comparación con otros municipios y entidades federativas; sin embargo, todos los que vivimos en esta parte de la tierra mexicana sabemos que las carencias si son muchas y sabemos que existe un grave rezago social, que se mide en la falta de vivienda digna y decorosa, en la falta de escuelas, aulas escolares y maestros, en la falta de vías de comunicación adecuadas, en la falta de médicos, medicina y hospitales.
Considerar como baja o media la marginación de pueblos y colonias, a sabiendas de la falta de condiciones dignas de vida, de falta de vivienda, educación, salud y servicios básicos (agua, drenaje, electricidad, medios de comunicación), es una forma de esconder la realidad, de esconder la pobreza, para luego decir, como dice López Obrador, que “vamos requetebién”, pero la realidad es más terca y no se puede tapar el sol con un dedo, sobre todo ahora que la pobreza se ha incrementado con varios millones de mexicanos, según El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2020 se registró un incremento de 3.8 millones de personas en pobreza respecto al 2018 y la población vulnerable por ingresos aumentó 1.3 millones personas respecto a 2018.
En el país, 67.6 por ciento de la población tiene al menos una de las seis carencias sociales, lo que se traduce en 85.7 millones de mexicanos en pobreza, de acuerdo con datos del Coneval.
De los indicadores de carencias, a nivel nacional destacan la falta de acceso a los servicios de salud que afectó a 28.2 por ciento de la población (35.7 millones de personas), cifra 12 puntos porcentuales mayor que la registrada en 2018, hoy hay más de 35 millones de mexicanos no tienen acceso a servicios de salud; el rezago educativo afectó a 19.2 por ciento de la población (24.4 millones de personas); la falta de acceso a la alimentación nutritiva afectó a 22.5 por ciento de la población (28.6 millones de personas), y la falta de acceso a la seguridad social afectó a 52 por ciento de la población (66 millones de personas).
Todas estas carencias se ciernen como una maldición sobre la población más humilde de los municipios del sur de Jalisco, además de la falta de obras y servicios que puedan contribuir al progreso y bienestar de los pueblos como los caminos rurales y las carreteras.
El grado de marginación de pueblos y comunidades se mide con base a las deficiencias y carencias en educación, salud, vivienda y condiciones de aislamiento de la población, esto por la falta de caminos, carreteras y medios de comunicación en general; ahí están los datos, pero sobre todo ahí está la realidad de cómo se vive en estas colonias y pueblos marginados, en el abandono total.
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