MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La lucha estudiantil de las escuelas antorchistas de Tecomatlán

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La lucha estudiantil de las escuelas antorchistas de Tecomatlán, Puebla, ha sido muy ardua, extenuante y dura desde su creación. La adherencia de los estudiantes a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR) ha dado resultados impresionantes a cada uno de los que han sido alumnos y fenerianos durante nuestra juventud y les aseguro que, a pesar de que muchos de nosotros no gozamos de los beneficios de la lucha que dimos, estamos muy orgullosos y satisfechos de lo que logramos.

Deficiencias en nuestras escuelas siempre ha habido, antes de que las nuevas generaciones llegarán a ‘Teco’, sus antecesores sufrieron las calamidades de las carencias más crudas que ni ustedes se imaginan.

Los albergues estudiantiles antes eran naves avícolas acondicionadas para que pudieran ser dormitorios; se tuvieron que rascar kilómetros para poder llevar agua potable a las escuelas; marchas y mítines para lograr plazas y poder así cubrir ligeramente la planta docente; colectas masivas para comprar material de aseo y para la cocina; plantones bajo la lluvia y la intimidación policíaca donde muchos de nosotros sufrimos violencia y represión para poder ganar aulas, baños, comedores; enfrentamientos titánicos con funcionarios públicos que nos trataban de denigrar por nuestra condición económica y social; actividades económicas permanentes para sostener la lucha en la Ciudad de México y Puebla, lucha que dio frutos como la Villa Estudiantil, techados, becas, laboratorios y más; círculos de estudio y reuniones de casas fructíferas y educadoras; organizábamos como fenerianos grandes serenatas y días del maestro; hacíamos bailes y rifas de boletos porque nuestra inquietud y necesidad lo pedía; y así muchas otras cosas más que eran necesarias para poder sacar adelante a nuestras escuelas del abandono y atraso a la que están condenadas por los gobiernos estatales y federales.

Es cierto que los estudiantes mueven no sólo a Tecomatlán, si no todo el país, pero solo lo mueven los estudiantes organizados, educados y concientizados. Los que utilizan su rebeldía natural para luchar por mejorar sus condiciones. Hoy se equivocan y creen que la culpa de su educación es de sus maestros, pero ¿cuántos de ustedes les han preguntado a sus docentes cuánto ganan?, ¿cuántos maestros suyos tienen base?, ¿cuántos maestros deben compartir de su sueldo para pagar el de otro maestro?, ¿cuántos maestros no quisieran ir a hacer un posgrado pero no puede por lo poco que gana?, ¿se han preguntado cuántos maestros en otro lugar estarían dispuestos por dar su tiempo 24 horas 7 días sin importar nada?, ¿cuántos de sus maestros toman el papel de padres para orientarlos, cuidarlos mientras se enferman o ayudarles cuando tienen problemas económicos o familiares?, ¿cuántos maestros tienen que hacer actividades extra escolares para que ustedes vivan en un ambiente de paz?.

Creo que no se han hecho esas preguntas. ¿Y de quién es la culpa de que no haya plazas, psicólogos, enfermeros, buenos sueldos y oportunidades? ¿Del gobierno o de su escuela? Escucho que vender boletos es una exageración, pregúntenle a los que estudian en la UPAEP, la Anáhuac, el Tec de Monterrey o en la Ibero si no venden boletos. Los venden y cuestan más de 400 pesos. Y eso que ellos pagan colegiaturas.

Dicen que el trabajo es extenuante, pero el trabajo manual ayuda a hacerlos hombres provechosos y autónomos, capaces de lograr el embellecimiento de su entorno. El trabajo es parte esencial de nuestra evolución, ¿o cómo creen que apareció nuestro pulgar?

Muchos vienen de sus comunidades porque la oportunidad de estudiar es muy limitada, porque sus papás no tienen la capacidad económica para mandarlos a una escuela privada donde las colegiaturas no bajan de 5,000 mensuales (las escuelas privadas que realmente valen la pena), porque pagar un cuarto mensual más su comida es bastante caro y en la villa lo encuentran más accesible, porque sus papás pueden estar más tranquilos sabiendo que alguien los está cuidando y no que andan solos por el mundo sin nadie que los vea.

Jóvenes, la inexperiencia y las ganas de comernos el mundo a bocados nos hace no poder entender de manera razonable nuestra situación. Les hace falta más involucramiento y educación política, les hace falta más empatía y humanismo, pero esa no es su culpa, la enajenación es algo implícito en nuestra vida y los únicos que pueden hacer algo por destruirlo son ustedes.

Me da gusto que exijan, pero exijan en las instancias correspondientes y logren hazañas grandiosas, que después con orgullo y admiración puedan presumir a los demás que hicieron algo por su escuela para mejorar la calidad educativa, y no después voltear y ver que se volvieron parte de la destrucción. ¡Vamos jóvenes! ¡Vamos por una educación crítica, científica y popular!

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