En los tiempos de oscuridad en que vivimos los mexicanos, quiero decir, falta de obras de infraestructura, recortes a la cultura, al sistema de salud, donde la lucha contra la corrupción ha sido el detonante para frenar el desarrollo del país, el pueblo ha venido enfrentándose a problemas cada día más grandes, como la inseguridad y la violencia.
De acuerdo con El Financiero, el sexenio de AMLO culminó con mil 952 homicidios dolosos, “la cifra más alta en la historia reciente”.
El expresidente López Obrador comenzó a repartir dinero y tarjetitas a diestra y siniestra para “atacar la pobreza de la inmensa mayoría”, pero, ¿funcionó tal estrategia?
Ahora Claudia Sheinbaum repite esa fallida estrategia. La noticia escalofriante sobre el descubrimiento del rancho Izaguirre en Jalisco, donde centenas de personas mayores, pero principalmente hombres y mujeres jóvenes, fueron atrapadas por el crimen organizado, estremece hasta al más duro de los hombres.
¿Qué orilló a esos jóvenes a aceptar una propuesta de trabajo donde ofrecían miles de pesos por semana? La pobreza, la necesidad, el hambre. El gobierno ha orillado a los jóvenes a ser carne de cañón.
Pero no todo está perdido para los mexicanos. Desde hace 51 años existe en México el Movimiento Antorchista Nacional, que ha recorrido ciudades, pueblos, escuelas, y entre todas las actividades emprendió hace décadas la Espartaqueada Deportiva y Cultural, donde los niños y jóvenes han encontrado cobijo y también educación, y se han abierto para ellos los caminos hacia la superación y el desarrollo personal.
Ejemplos hay muchos, y los más recientes son los jóvenes de la Preparatoria y la Casa del Estudiante Nayarita Amado Nervo, ambos proyectos educativos de Antorcha.
Entre el contingente de artistas quiero destacar a las jóvenes Andrea Victoria García Sánchez, de la capital, que participó en oratoria, y Anayeli Lucas, de la comunidad de La Silleta, en el municipio Del Nayar, que participó en música en la modalidad de coros.
Anayeli y Andrea son dos jóvenes que, ante la oscuridad que viven los jóvenes, han decidido organizarse, han acudido a estudiar y prepararse para asistir a la XXI Espartaqueada Cultural que se realiza en la cuna del Movimiento Antorchista.
Ellas forman parte de las múltiples generaciones de hombres y mujeres que en Antorcha han encontrado un faro, una guía, un lugar seguro para emprender el vuelo y ser quienes dirijan a este país que se encuentra tan desangrado y olvidado.
El futuro de los jóvenes está en el Movimiento Antorchista, el tiempo nos está dando la razón.
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