En el municipio poblacionalmente más grande del país, como lo es Tijuana, las escuelas no cuentan con las condiciones adecuadas para poder brindar una educación de calidad, infraestructura material falta y no hay un plan para poder mejorar. A esto hay que sumarle que a raíz de la pandemia los planteles quedaron solos, al no haber personal contratado para poder cuidarlas como pudieran ser los conserjes, muchos de ellos quedaron al abandono y vulnerables a que se cometieran saqueos, destrucción, vandalismo, robos, etc.
Hoy que se insiste en que hay que regresar a clases, hay salones cuyas ventanas y protecciones fueron robadas, puertas arrancadas, o forzadas para abrirse, desniveladas, las chapas de las mismas destruidas, la tubería hidráulica y sanitaria, removida, quemada, y de plano robada también, bancas, mesas, escritorios, grafiteados, quemados y por lo tanto inservibles. Por parte de la Secretaria de Educación se insiste, se solicita llenar formatos a los directivos para describir las condiciones en las que se encuentran las instalaciones, pero la realidad, les indica que la descripción que se hace de las escuelas revela que no hay condiciones, que lejos de mejorar, después del tiempo que llevamos en pandemia, han empeorado, hemos retrocedido de cómo estaban, a cómo están.
Un ejemplo lo tenemos en la escuela multigrado Nueva Esperanza de la colonia del mismo nombre (Arroyo Alamar), que cuenta con dos salones, y unos baños construidos con madera de medio uso, y otros materiales de desecho, con las dos temporadas de fuertes vientos de Santana, el techo quedo sumamente deteriorado, abriéndose completamente las maderas y dejando tramos sin la cubierta. Las bancas ya deterioradas pues fueron donación de otras escuelas que las habían desechado por inservibles, ahí los padres de familia con su trabajo, lograron rehabilitarlas. La colonia que está en proceso de regularización no cuenta con servicios y por consiguiente la escuela carece de agua potable, drenaje y luz eléctrica.
¿Puede considerarse este plantel listo para el retorno a clases? Por supuesto que no, pero ante el prolongado programa de clases a distancia, puede garantizarse que los padres de familia tengan las condiciones (teléfono, computadora o tableta e internet) para que en casa tomen su clase. Tampoco hay la garantía ni menos las condiciones.
Lo que se necesita es que la autoridad educativa, haga un plan urgente de atención a las carencias que presentan las escuelas de todos los niveles educativos, que desde las más altas esferas de gobierno se destinen los recursos necesarios para poder financiar el plan, como resultado de ello mejorar las actuales condiciones. Que el gobierno garantice brindar la infraestructura educativa suficiente e integral. No hay otra alternativa si realmente queremos educar a las generaciones que nos sustituirán. Total apoyo a la construcción, remodelación y acondicionamiento de la infraestructura educativa, no hay más tiempo que perder. Pero, por lo que se ve, el PEF 2022, no está en sintonía con lo antes propuesto, pues le asignas mucho más incremento a seguridad que a educación, de lo que debemos concluir que será necesario salir a las calles a exigirle a la autoridad lo que por derecho se debe garantizar, como lo es la educación y el recurso humano, material y financiero para lograrla.
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