Hace días salió una nota en varios medios de comunicación estatal sobre la conducta negativa del alcalde morenista de Acaponeta al maltratar y negarle apoyo a los deportistas de ese municipio. Llama la atención dicha nota periodística porque es la segunda de este año sobre el mismo problema, o sea, la negativa del alcalde a apoyar a los deportistas.
Veamos la nota: “En una impactante revelación, un entrenador y uno de sus pupilos han decidido hacer pública las conversaciones privadas que sostuvieron con el alcalde de Acaponeta, Manuel Salcedo, exponiendo la cruda realidad del maltrato y la falta de apoyo que enfrentan los deportistas en el municipio.
Los afectados, que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias, se pusieron en contacto con 8NTV para dar a conocer detalles alarmantes sobre la actitud del alcalde hacia el mundo deportivo local. Según conversaciones de WhatsApp en posesión del medio, Salcedo inicialmente se comprometió a respaldar a los deportistas, pero posteriormente dio un giro radical al negarles cualquier tipo de apoyo.
Lo que sorprende son las respuestas del alcalde en dichas conversaciones privadas, caracterizadas por un tono grosero y el uso de palabras altisonantes. Los deportistas, en su intento por buscar respaldo para sus actividades, se encontraron con una actitud despectiva por parte de la máxima autoridad municipal…” (24 de noviembre de 2023, Meridiano).
Como se puede ver, el presidente municipal morenista cumple muy bien aquel “principio de autoridad” que no acepta quejas, reclamos o demandas de nadie; de ninguna persona que ponga en tela de juicio su poder absoluto. Él es de aquellos que piensan que como se les eligió, ya nadie tiene que ir a decirle a la autoridad qué es lo que tiene o no tiene qué hacer cuando ya esté gobernando.
La conducta de los ahora gobernantes morenistas no ha cambiado nada con respecto a los anteriores gobernantes; siguen siendo igual o peor de déspotas que los viejos priistas o panistas.
Por eso se molestan los funcionarios cuando la gente recurre a ellos para pedir solución a sus problemas; por eso son insolentes, desatentos, maltratan a la gente y actúan con menosprecio hacia la gente que solicita atención a sus problemas.
Estamos viendo pues que la conducta de los ahora gobernantes morenistas no ha cambiado nada con respecto a los anteriores gobernantes; siguen siendo igual o peor de déspotas que los viejos priistas o panistas; muy pronto se les ha olvidado que es en los hechos donde se demuestra estar con los ciudadanos.
El mal no está sólo en este municipio señalado, ¡bueno fuera que ahí quedara el asunto! El problema es más grave de lo que se ve; el problema es general: los alcaldes se comportan de la misma forma, destacan en esto los alcaldes de Santa María del Oro, La Yesca y el Del Nayar, todos morenistas y con el mismo patrón de conducta.
Por mi parte digo que esa actitud de indolencia, de insensibilidad ante el deporte, es la misma conducta que toma el mismo gobierno del estado y los municipios; el ver con menosprecio los problemas como la falta de vivienda, problemas de salud, educativos, la falta de infraestructura carretera, luz, drenajes, etcétera, que la gente pobre de Nayarit plantea por ser sus principales carencias.
Como vemos, a todas las demandas de la gente se les contesta que no hay dinero y si los ciudadanos siguen insistiendo se les maltrata, por lo que es bueno que los pobres de Nayarit abran los ojos, que reconozcan que no es bueno cerrar los ojos ante los atropellos de la autoridad municipal contra el débil, ni quedarse callados ante el abuso de los gobernantes morenistas que prometieron ser diferentes y resolver los problemas de la gente. Cerrar los ojos es hacerse cómplice de los malos presidentes municipales que en los hechos demuestran ser incongruentes.
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