Andrés Manuel López Obrador, con su 4T, pasará a la historia como uno de los gobiernos que mal han apoyado a la educación. Veamos
En 2019 inició operaciones el programa La Escuela Es Nuestra (LEEN), el cual parecía ser un programa menor de infraestructura escolar con el sello de la administración federal actual: transferencia directa de recursos a las comunidades escolares. La idea era lograr la participación directa de las familias en los asuntos de la escuela, particularmente en el uso de estos recursos para las mejoras necesarias de infraestructura en los planteles.
Hoy en día se ha transformado en el programa de política pública educativa insignia del Gobierno federal, con un estimado histórico de 27 mil millones de pesos para dar continuidad a las escuelas en horario extendido y servicios de alimentación. Este programa ha demostrado ser una farsa y objeto de simulación en detrimento de los derechos de niños y adolescentes.
Ante el desmantelamiento absoluto de los diversos programas educativos, el LEEN ha suplantado toda la política educativa de Gobierno federal. La operación del programa es sospechosa sobre todo en vísperas de un año de elecciones trascendentales en algunas entidades federativas, este programa parece ser más una herramienta para entregar dinero, que un programa de política educativa.
Existen carencias; por ejemplo, las telesecundarias, única opción para 1.3 millones de adolescentes, enfrentan múltiples carencias, como falta de televisor y electricidad. A 55 años de su creación, siguen funcionando con muchas dificultades incluyendo las instalaciones que son prestadas en muchos casos.
Con 18 mil 800 escuelas y 72 mil 154 docentes, las telesecundarias, coinciden maestros, aún están lejos de aprovechar las nuevas plataformas digitales y garantizar una educación en condiciones de equidad.
En regiones de extrema pobreza, publica el diario La Jornada (11/12/2022), como en el municipio de Cochoapa el Grande, Guerrero, profesores subrayaron que “cuando logran egresar 18 alumnos, cinco o seis continúan sus estudios en la telesecundaria de la localidad, el resto simplemente desaparecen. Se van como jornaleros o migran con sus padres”.
Indicaron que las carencias que enfrentan en las comunidades más apartadas, donde más de 90 por ciento de sus alumnos son hablantes de una lengua indígena, “crecen conforme avanzan en el sistema educativo. Con dificultad pueden terminar sus seis grados de primaria, pero al llegar a la telesecundaria enfrentan otros problemas como falta de material didáctico, televisores y energía eléctrica.
Otra barrera es que los libros de texto no siempre llegan o son insuficientes para dar a cada alumno”.
José González Figueroa –continúa el diario- fundador del subsistema de Telesecundaria, y director de la telesecundaria 190 José Vasconcelos, ubicada en Nezahualcóyotl, Estado de México, narra que desde 2015 “nos han ido cortando una a una las plazas docentes, en total suman nueve vacantes que no han sido cubiertas, por lo que la escuela funciona con tres maestros, uno por cada grado de la telesecundaria, y con el apoyo de maestros jubilados voluntarios".
Señala que la telesecundaria fue creada como modelo educativo innovador, que a finales del siglo XX acercó los adelantos tecnológicos, como el televisor, al salón de clases, “pero con contenidos de alta calidad, porque las sesiones que se transmitían eran con verdaderas eminencias del conocimiento, en formatos ágiles y pedagógicos". Hoy enfrentamos contenidos poco significativos y no existe en absoluto un programa especial para la recuperación de los contenidos después de la pandemia de la covid-19.
Las nuevas generaciones demandan que sus profesores generen dinámicas interactivas utilizando el Internet y celulares. Pero el problema es que falta infraestructura y equipamiento en la mayoría de las escuelas. En el programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) se apoyaba a niños de bajos recursos y el gobierno federal lo suspendió en el mes de febrero del presente año afectando a 3.6 millones de niños y adolescentes.
Por todo lo anterior, es urgente que el pueblo se organice. En la actualidad existe una organización en nuestro que invita a todos los ciudadanos a unirse y a organizarse de la mejor manera para que tengamos en un futuro no muy lejano una sociedad mejor. Se llama Antorcha Campesina.
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