Aquellos que se atrevieron a trabajar en el hundimiento de México y que lo siguen haciendo desde la llamada Cuarta Transformación, muy pronto habrán de sucumbir ante sus falsedades y engaños sobrados a los mexicanos, justo cuando vean el potencial de la juventud antorchista, de hombres y mujeres que adheridos al progreso de la patria enraizada en la educación, la cultura y el deporte se pronunciarán por la construcción de una nación libre de falsos profetas, de populistas inconscientes que desde los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), no han entendido que el país es de todos y no tan solo de sus malsanas ambiciones políticas.
Ha quedado demostrada la fuerza de la sangre joven de Antorcha, la que lucha por engrandecer a su patria, pero además que muy pronto estarán atendiendo el llamado del máximo líder de los antorchistas, Aquiles Córdova Morán, para que pasen de la lucha estudiantil a la lucha popular.
El escritor Gabriel Sánchez Andraca, no se equivoca cuando advierte que la lucha enseña más que los libros, y ahí está la importancia de las luchas que no deben quedar sólo en luchas estudiantiles o gremiales, sino que deben pasar a ser luchas populares para lograr la igualdad y la liberación de las clases marginadas.
Fue ante más de tres mil 500 jóvenes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez, reunidos en su VI Congreso Nacional efectuado en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, que se pactó pasar de la lucha estudiantil a la lucha revolucionaria para lograr su liberación de la enajenante cultura burguesa que el falso gobierno de la fantasmagórica cuarta transformación ha impuesto.
Desde la organización nacida en la entidad poblana hace poco más de cuatro décadas, se afirmó que las universidades en nuestro país son enajenantes, pues forman a jóvenes como servidores de la burguesía y no para servir al pueblo.
La educación debe ser crítica, científica y de excelencia. La lucha enseña más que los libros y ahí está la importancia de las luchas que no deben quedar sólo en luchas estudiantiles o gremiales, sino que deben pasar a ser luchas populares para lograr la igualdad y la liberación de las clases marginadas.
Es evidente que estudiantes de las universidades de México y de muchas partes del mundo, sufren un proceso de enajenación que les imponen en este sistema burgués, para que vivan al servicio de los grandes señores del dinero.
Frente a esa situación, se lanzó el exhorto para adoptar el marxismo-leninismo como arma para la liberación del mundo y para lograr la igualdad tan anhelada por todos, pasando así de la lucha estudiantil a la lucha política para la integración de un sistema más justo.
Como se recordará, el Movimiento Antorchista, nació en Tecomatlán, Puebla, esgrimiendo su lucha contra el cacicazgo ancestral que sufría esa atrasada zona del sur de la entidad, que no tenía más opción que emigrar hacia los Estados Unidos (EE. UU.) para alcanzar condiciones de vida digna.
Fue una lucha dura y violenta, pues los caciques pretendieron frenar a sus opositores muy a su estilo, empleando la violencia para lograrlo, y los antorchistas organizados por un grupo de estudiantes egresados de la Escuela Superior de Agricultura de Chapingo, respondieron y vencieron.
En la actualidad dicha organización que ha crecido ampliamente en todos los rincones del país, cuenta con bases políticas sólidas a diferencia de los partidos políticos de México, cuenta con una buena estructura, además de su línea ideológica que es alimentada por sus publicaciones especializadas, principalmente la revista Buzos.
En toda la nación, antorcha cuenta con escuelas que van de jardines de niños, hasta técnicas profesionales en diversas ramas de la agronomía, escuela de artes, instalaciones adecuadas para todo, hospital regional con una sección de medicina tradicional o herbolaria; campos de cultivo de papaya maradol; hoteles y restaurantes.
Sus liderazgos son probados en la lucha social, alejados de la corrupción y demandantes de los problemas más álgidos de las clases pobres de la patria, logrando hasta el momento convertir o transformar al pueblo atrasado y dominado por caciques represores.
El objetivo se va cumpliendo, los antorchistas siguen avanzando hacia la construcción de un México más igualitario y ahora con este llamado a la juventud estudiantil, se estará sembrando la semilla del progreso para las grandes mayorías con oportunidades de desarrollo para todos y pugnando por eliminar todo aquello que daña al país, desde gobiernos mentirosos y falsos profetas que enraizados en un falso populismo están asfixiando a la nación.
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