MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Huachicol: efecto del desempleo y la pobreza

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La extracción ilegal de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos es noticia en el país desde hace más de una década. Pero en los últimos años la extracción ilegal ha ido en aumento, y con ello, la ola de violencia que afecta diversos puntos del país. En la ciudad de Puebla el asunto no es menos grave, en los últimos meses, constantes enfrentamientos entre "huachicoleros" y policía estatal, federal y la marina de México, se han dado en colonias populares de la periferia, causando incertidumbre y miedo entre sus habitantes.

En la semana del 19 de noviembre, en diferentes medios de comunicación de la capital, aparecía un "reportaje extenso" titulado "el reino del Huachicol", haciendo referencia a Santa María Xonacatepec, junta auxiliar de la ciudad, en el cual describían al detalle las operaciones que se realizan en dicho lugar y las ganancias que se desprenden de dichas transacciones. Pero el reportaje y las reacciones no terminaron ahí, se le cuestionó al diputado del Distrito Local XI, Emilio Maurer, sobre el tema y lo único que respondió fue: "[...] algunos poblanos no tienen honradez y prefieren cargar ilegalmente sus unidades por ahorrarse unos pesos". Hasta aquí la referencias. Debo aclarar, antes de desarrollar el tema, que no pretendo defender estas prácticas ilegales, y que estoy de acuerdo en que se aplique a quien deba aplicarse la "Ley federal para prevenir y sancionar los delitos cometidos en materia de hidrocarburos".

El huachicol, al igual que otros problemas sociales, tienen una causa, aquello que lo origina y lo desarrolla dentro de un campo poblacional determinado. En el proceso de la práctica social y de la cognición del mundo, se vuelve indispensable para el hombre descubrir las causas de los fenómenos, conocer su surgimiento y desarrollo. Al conocer las causas del surgimiento de los fenómenos y procesos, el hombre adquiere la posibilidad de actuar sobre ellos, de recrearlos artificialmente, de darles vida o, por el contrario, de impedir que se produzcan. El desconocimiento de las causas y condiciones que dan origen a los fenómenos resulta en que el hombre sea impotente ante ellos. Y viceversa, el conocimiento de esas causas brinda a los hombres y a la sociedad la posibilidad de actuar a sabiendas.

Todos los cambios y procesos se producen obligatoriamente como resultado de la acción de causas determinadas, bajo esta tesitura, es menester que se analice el fenómeno huachicol, no como un fenómeno aislado y limitado a comprender el fenómeno en sí, es obligatorio conocer sus verdaderas causas. Responder a las siguientes interrogantes: ¿cuál es el contexto social en el que se desarrolla?, ¿cómo vive la gente?, ¿el salario que obtienen es suficiente?, ¿hay suficiente empleo?, ¿a la gente le alcanza para comer? ¿cuenta con todos los servicios básicos?, en resumen: ¿la gente vive dignamente? Veamos, el promedio de escolaridad de la junta auxiliar apenas alcanza el sexto de primaria; más de 11 mil habitantes viven sin seguridad social; según la Sedesol (Secretaría de Desarrollo Social) , tiene altos índices de marginación, es decir, no cuenta con los servicios básicos (luz, drenaje, inlcuso tienen que comprar pipas de agua de más de 400 pesos), el salario mínimo que perciben es de 80.4 pesos (apenas para comer), la vivienda es de láminas, las calles sin pavimentar y, por si fuera poco, no cuentan con espacios deportivos ni culturales que sirvan para la recreación del individuo. En resumen, condenan a la gente no sólo a la miseria material sino también a la miseria espiritual.

Es claro, aunque no es justificación, que del contexto material formado se desprenda la necesidad de sobrevivir al entorno, adaptarse al cambio o perecer como individuos, y es lo que pasa actualmente, aquella teoría de Darwin de la selección natural y de la adaptación es aplicable al caso. Precisamente, de aquí se desprende la necesidad insoslayable de comprender cuáles son las causas profundas de los fenómenos en general y del huachicol en particular. Los gobiernos en turno quieren acabar con este "mal social" aplicando medidas correctivas, con fuerza policial en exceso, etcétera. Si realmente quieren acabar con este fenómeno de una vez por todas y desterrarlo a la luna, como decía Neruda, denle empleo a la gente, que el salario sea suficiente para poder comer y desarrollarse, que paguen más impuestos los que ganen más y que se reoriente el gasto social en las diferentes zonas con altos índices de marginación, esa es una solución estructural para un problema estructural, seguir satanizando a la zona o echarle la culpa a los ciudadanos, como hace el diputado Emilio Maurer, no modifica el fenómeno, actuar sobre las causas que lo originan, sí.

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