Mi opinión en relación al último acontecimiento que sufrieron mis compañeros de lucha y trabajo de la casa del estudiante "Felipe Carrillo Puerto" de Othón P. Blanco de Quintana Roo; la redacto con conocimiento de causa. Mi educación, como la de miles de jóvenes en todo el país, se debe al cobijo de estos espacios que fueron creados desde hace 36 años en varios estados del país. En las casas de estudiantes, jóvenes de escasos recursos encontramos un ambiente cómodo y digno para todo aquel que desee superarse académicamente.
Decenas de miles de jóvenes, igual que yo, hoy tienen una carrera profesional gracias a estos albergues que impulsa la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR). Somos hombres y mujeres mejores y completos gracias a la educación y el sentido de organización impulsado en estos centros, que además de preocuparse por brindar alimentación, impulsan un ambiente sano y camaraderil, fomentan los deportes, la poesía, danza, música, teatro, oratoria, porque fueron creados con el objetivo de brindar una educación integral.
Sin embargo, en varias ocasiones nos hemos topado con gobiernos retrógradas, que en lugar de apoyar proyectos como estos, se muestran intransigentes y represores, sólo porque impulsar las casas del estudiante va en contra de sus intereses políticos y económicos personales. Este es el caso del alcalde de Othón P. Blanco, Otoniel Segovia Martínez quien abiertamente ha dicho que cerrará las puertas del Albergue Estudiantil "Felipe Carrillo Puerto" para convertir ese inmueble en oficinas del ayuntamiento.
Repruebo y denuncio las medidas que desde el poder municipal se direccionan. Creo que Segovia Martínez debe regresar las páginas y analizar los datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP): la deserción de la secundaria alcanzó el 4.2 por ciento, en educación media superior fue de 12.1 por ciento y en la de educación superior de 6.8 por ciento en el periodo de 2017 a 2018. Esto revela que, por cada 100 jóvenes inscritos en la secundaria, 18 dejaron inconclusos sus estudios, 2 se perdieron en el ingreso al bachillerato, del bachillerato renunciaron 21, seis más se perdieron entre el egreso de la prepa y el ingreso a la universidad, y nueve dejaron sus estudios de licenciatura; esto implica que de una generación de dos millones 502 mil 438 niños, sólo 633 mil 974 concluyeron sus estudios para convertirse en profesionistas.
Sumado a esta contrariedad están los problemas sociales como la inseguridad, la delincuencia, la violencia y sobre todo la pobreza que afecta a un número creciente de familias de este país. Las condiciones económicas en los últimos meses han empeorado, el escaso ingreso familiar no permite que el joven continúe sus estudios, algunos deciden dejar la escuela y trabajar para apoyar a sus familias. Pero hay otros jóvenes que, como yo, encontraro alternativas para poder concluir sus estudios sin mermar el gasto familiar. Aquí entran las casas del estudiante como la Felipe Carrillo Puerto de la ciudad de Chetumal en Quintana Roo.
Este albergue, que fue gestionado por los miembros de la FNERRR y por diputados de Antorcha ante el Congreso de la Unión, brinda a los estudiantes un espacio de descanso para que no tengan que pagar los dos mil 500 pesos mensuales de una renta; les brinda tres comidas al día por una módica cuota de recuperación que sirve para darle sustento al comedor; además, los profesores responsables del inmueble y de los estudiantes, les otorgan clases de danza, música y teatro, y también asesorías académicas. Todo de manera gratuita y desinteresada, pero con el firme compromiso de ayudar a los jóvenes a convertirse en mexicanos mejores, más preparados y más conscientes de la situación por la que atraviesa el país.
Para mantener este proyecto, realizamos colectas públicas a través de actos culturales, demostramos nuestras habilidades artísticas y pedimos a la ciudadanía su apoyo económico voluntario; aunque gestionamos ante las dependencias municipales y estatales apoyos y despensas, también realizamos actividades económicas, siempre trabajando bajo los lineamientos de la ley, para sacar adelante a nuestros albergues.
Pero hace más de un año que nuestros compañeros de Quintana Roo han solicitado al Ayuntamiento que entregue el Comodato del albergue estudiantil a la Asociación Civil Albergue Estudiantil "Felipe Carrillo Puerto", con el fin de garantizar que el inmueble se utilice para lo que se gestionó: un espacio que permita a los jóvenes de escasos recursos económicos concluir sus estudios académicos. Sin embargo, el edil ha respondido con una campaña de represión y amenazas; "háganle como quieran, yo no les voy a resolver", les respondió.
Desde Chiapas, exigimos nuevamente al alcalde Otoniel Segovia Martínez cambie su política represiva y atienda las demandas de los estudiantes, que lo único que piden es una oportunidad para concluir sus estudios.A mis compañeros estudiantes, les recuerdo las palabras del poeta poblano Gregorio de Gante "Juventud, al combate, que es preciso/ dejar este risueño paraíso;/ gigante y no pigmeo/ hay que ser de la vida ante el topacio;/ ¡caballeros andantes, al torneo, / águilas solitarias, al espacio!".
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