La crisis social y económica a la que se enfrenta el país llega a los hogares de familias humildes, pues como bien ha sido noticia en los últimos días, diversos productos de la canasta básica en Oaxaca han tenido variaciones en sus precios hacia el alza. Hablamos de la tortilla, la leche, el pan blanco, huevo y carne.
Tan solo en la primera quincena de marzo, la tasa de inflación en el país subió al 7.29 por ciento, luego del aumento de los precios, impulsado por los energéticos y los alimentos, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).
En Oaxaca, la tortilla de maíz sufrió un incremento del 2.34 por ciento, de la primera quincena de enero a la primera quincena de marzo; aunado a esto, según El Imparcial de Oaxaca, en un sondeo en varios expendios del producto básico para los hogares, el kilogramo de tortilla tendrá en próximas fechas un nuevo ajuste de un peso, con lo cual se ubicará en 22 pesos por kilogramo, y los empresarios de la tortilla lo justifican con los altos precios del maíz y la harina de maíz, sumado al gas LP y la electricidad.
Sin embargo, no hay familia que tenga claro que no sólo la torilla ha aumentado de precio, también el pan blanco ha tenido una variación del 1.05 por ciento, de enero a la primera quincena de marzo; así como el precio de la leche ha registrado una variación del 3.54 en lo que va del año.
El huevo, tan socorrido en los hogares, ha tenido un alza del 9.06 por ciento; la carne de res ha sufrido incrementos equivalentes al 5.63 por ciento y las frutas, en promedio, han escalado su precio en un 2.45 por ciento.
Con todo lo anterior, no hay duda de que, contrario al discurso que se arroja desde el púlpito presidencial que pretende ocultar, entre tantas cosas, la crisis económica, lo cierto es que no vamos bien, ni se ve que la 4T esté a la altura de combatir tanto desorden social y sobre todo, que tenga voluntad de combatir tales males que afectan principalmente a quienes tanto dijo apoyaría primero; a los pobres.
En Oaxaca, por si fuera poco, las familias tienen que cargar con la falta de obras de infraestructura que garantice el suministro de agua potable, porque aún y cuando apenas nos estamos acercando a las fechas más complicadas de sequía, poco más de 400 mil oaxaqueños se han visto obligados a recurrir desde el acarreo del vital líquido de pozos, ríos, arroyos hasta la captación de agua de lluvia.
Ante esto, el Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO), sostuvo que para asegurar el abasto de agua es necesario conservar las zonas naturales de captación y regenerar los ecosistemas; sin embargo, de acuerdo con cifras de la Semarnat, en la entidad el 9.97 por ciento se abastece de agua potable de alguna fuente que no es la entubada; esto quiere decir que la cifra llega a los 408 mil 983 habitantes, de los cuales, 21 mil 802, captan agua de la lluvia para sobrevivir.
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