Las acciones preventivas y las que se realizan de manera inmediata tras un desastre natural son cruciales para salvar vidas, reducir daños y garantizar una recuperación más rápida y eficaz. Sin embargo, el gobierno de la Cuarta Transformación prefiere omitir y maquillar las cifras de muertos, desaparecidos y afectados por las lluvias en los estados de Veracruz, Hidalgo y Puebla, donde aún hay comunidades bajo el agua.
El gobierno federal morenista conoce sus errores y no los acepta; sigue con la cantaleta de siempre, culpando de todo lo malo a los gobiernos anteriores, aunque Morena lleva ya ocho años dirigiendo los destinos de México.
El gobierno debe apoyar y resolver las necesidades de los afectados y la sociedad debe sumarse a la exigencia para que haga la parte que le corresponde porque no se trata de un trabajo sencillo.
En Poza Rica, Veracruz, epicentro de las torrenciales lluvias que azotaron México, el agua subió hasta cuatro metros; hay al menos 66 personas muertas, 75 desaparecidas y casi 200 comunidades incomunicadas tras el desbordamiento de ríos, barrancas y arroyos; cientos de viviendas continúan bajo el agua y los sistemas de drenaje siguen colapsados.
La gente de Poza Rica está molesta y el descontento con las autoridades es generalizado: el gobierno no actuó a tiempo, no hubo advertencias ni un plan de emergencia; aquí la indignación se mezcla con el cansancio, pero también con la incertidumbre.
Ante un gobierno omiso, que ahora —varios días después— se pasea en algunas comunidades afectadas, llevando sólo palabras de aliento y promesas de que todos serán atendidos, surge el grito a las autoridades para que apoyen con el rescate de las personas, entrega de enseres domésticos, comida, ropa, medicamentos, reparación y restitución inmediata de los servicios básicos como drenaje, agua potable y energía eléctrica, salud, caminos, puentes y toda la infraestructura de comunicación dañada.
Antorchistas de todo el país y demás mexicanos, como siempre solidarios en casos como este, de inmediato pusieron manos a la obra y comenzaron a instalar centros de acopio para damnificados de Veracruz, Hidalgo y Puebla; los víveres, ropa y demás ayuda son enviados a los pueblos más afectados que siguen bajo el agua, donde aún no llega la ayuda oficial, pero sí el trabajo de entusiastas jóvenes adheridos a la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), que con picos, palas y herramientas a su alcance, sacan escombro, piedras y lodo de casas y calles. Lamentablemente, la ayuda es insuficiente.
El gobierno debe apoyar y resolver las necesidades de los afectados y la sociedad debe sumarse a la exigencia para que haga la parte que le corresponde porque no se trata de un trabajo sencillo, es una gran labor que requiere, además de recursos económicos en poder del gobierno, mano de obra, materiales y enseres para empezar a reconstruir viviendas, calles, carreteras.
Hubo omisión del gobierno, coinciden afectados de Veracruz, Hidalgo y Puebla; asimismo, califican como grave desacierto de la autollamada 4T la desaparición del Fonden, recursos disponibles para enfrentar calamidades de tal magnitud que, como siempre, afectan a los más humildes.
La estela de devastación causada por más de 60 horas de intensas lluvias afectó también a Querétaro, Ciudad de México y otros estados del centro del país.
Veracruz: Entre el 6 y el 9 de octubre, lluvias torrenciales azotaron principalmente la zona centro y oriente del país; algunos picos de precipitación superaron los 280 milímetros y el agua subió hasta cuatro metros, afectando más de 40 municipios de Veracruz, 22 de forma crítica por el desbordamiento de los ríos Cazones y Tecolutla.
Puebla: Huauchinango, municipio ubicado entre dos ríos, es uno de los puntos más afectados. Hay 23 municipios afectados en su infraestructura, caminos y viviendas.
Hidalgo: En el estado, las lluvias provocaron deslaves, inundaciones y el desbordamiento de al menos seis ríos. Unas 90 comunidades quedaron incomunicadas y las autoridades estatales han recopilado daños en más de 1 mil viviendas. Según el gobierno federal, 28 municipios resultaron afectados.
A más de una semana de las torrenciales lluvias, en los tres estados permanece el caos; mientras el gobierno federal, a través de los llamados servidores de la nación, inicia las visitas y el levantamiento de censos de las afectaciones, la solidaridad ciudadana se hace presente a través de víveres, artículos de limpieza personal, medicamentos, ropa en buen estado, entre otros que paliarán un poco las carencias, pero insisto, es obligación del gobierno atender las demandas de los afectados por las lluvias y realizar acciones encaminadas al desazolve y reconstrucción de pueblos enteros que siguen bajo el agua. Las imágenes no mienten y se necesita acción inmediata, pero real, no en discursos.
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