El modelo económico de libre mercado que se presume muerto y enterrado está más vigente que nunca, la política económica de México no crece, empleos insuficientes, la balanza sigue en desequilibrio, pocos ricos muy ricos y muchos pobres muy pobres y una clase media en decadencia, el crecimiento y la distribución interna de la riqueza privilegia a los dueños de los medios de producción, motivos sin número, interviene el control del entorno macroeconómico, que rezaga los indicadores del bienestar social e incrementa la pobreza y desigualdad.
Seguimos peor, si bien la política social propuesta e impuesta ha buscado compensar el desgaste en las condiciones de vida de la población, sus alcances son reducidos en la medida que la misma política económica le impone límites que obligan a canalizar el gasto público hacia poblaciones objetivo con lo cual deja a una proporción amplia en situación de escasez. Los datos muestran que la política social enfocada es incapaz de revertir la inestabilidad derivada de esta orientación económica.
El modelo neoliberal vigente, daña sin lugar a dudas gradualmente las condiciones de vida de la población y la seguridad del país, al no existir una distribución justa de la riqueza producida.
Sin duda el principal problema de México es que más de 50% de la gente viva en situación de pobreza y hasta ahora, las políticas y programas asistenciales adoptados desde hace muchos años, no han dado los resultados para eliminarla o reducirla en forma permanente.
Si bien el gobierno de AMLO ha canalizado más recursos, la política social sigue siendo la misma, antes Progresa y hoy recursos para becas a niños y jóvenes; antes Seguro Popular y ahora Insabi, pero en el fondo es la misma política de dar apoyos directos para subsidiar a la pobreza. Y decimos que no está mal, pero es totalmente insuficiente, urge fomentar la inversión que derive en fuentes de empleos, empleos que sean bien pagados, la generación de la riqueza que se traduzca en mayores impuestos de los que concentra la mayor parte de esta riqueza y se canalice al desarrollo social económico de la sociedad en general.
Coincido con aquellos que dicen que el objetivo único de estas políticas implementadas por la 4T, no es más que conseguir la lealtad política de los beneficiados; es cierto que con esos apoyos se logra influir en el voto, se dice que el objetivo de esos programas es sacar a la gente de pobre, error, es que el medio es insuficiente para eliminarla en forma estructural y definitiva. Primero hay que producir la riqueza y luego repartirla.
Mientras no exista y crezca el empleo, la gente que no lo tenga vivirá en pobreza, en nuestro país más de 50% de la gente no tiene empleo formal y sus ingresos están muy por debajo de la línea de pobreza
Presumen los de 4T que son una nueva etapa en la vida política del país, y tiene razón, pero para mal del país, en sólo 30 meses ha logrado, controlar la Corte, el Congreso, casi todos los organismos independientes, poner contra la pared a los gobernadores, intimidar a los medios de comunicación e ignorar a la sociedad organizada. Nada para erradicar la pobreza, que galopa en caballo de hacienda. Intervino en la elección de los ministros para irse apropiando del control de la Corte y hoy cuenta con ministros incondicionales para seguir violando la Constitución, a través de leyes inconstitucionales, como la adjudicación de proyectos de forma directa, alegando que ellos no son iguales, que ellos no son corruptos.
Hasta el momento mantiene un control total del Congreso a través de su partido y sus aliados; hacía muchos años que no veíamos un poder legislativo tan sumiso a las decisiones presidenciales. La eliminación y control de los organismos independientes y los fideicomisos permite la discrecionalidad total para tomar decisiones y manejar el gasto público. Usa en forma ilegal la procuración de justicia, al SAT y la unidad de inteligencia financiera, para perseguir a sus críticos.
Busca mantenerse en el poder aduciendo que el pueblo es el que decide, lamentablemente el pueblo necesita educarse, politizarse y poder defenderse de la injusticia socioeconómica. Recordemos apenas en las pasadas elecciones, Morena se comportó como un auténtico partido de estado, usando los programas sociales y los recursos públicos en su beneficio y el presidente López Obrador, fue abiertamente inspirador y promotor de su partido y candidatos, sin importarle violar la constitución. Y quien osó decirle nada y castigar sus fechorías, nadie, esto solo lo puede hacer el pueblo organizado y educado defendiendo sus derechos.
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