MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los coletazos finales de López Obrador

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Con la Cuarta Transformación, nuestro país no aumentó sus inversiones, los salarios siguen siendo de hambre, no logró crear nuevos y mejores empleos para beneficio de la gente, y como consecuencia, la pobreza no ha disminuido, la inseguridad está a flor de piel, el sistema de salud estancado, y la inflación pone en un dilema a los mexicanos, pues aumentó a 5.57 %, impulsada por un alza en el componente no subyacente, que es más volátil.

López Obrador y la 4T, en este Sexto Informe, no dieron cuentas de los malos resultados, cuyos datos duros son para muchos los peores que se recuerdan de una administración presidencial.

Desde que asumió el poder de la nación, Andrés Manuel López Obrador se apostó a criticar al pasado para mantener el apoyo ciudadano que lo empoderó y lo convirtió en presidente, pero, lejos de cumplir las promesas de campaña, como generar bienestar y desarrollo para el país, vemos cómo, lamentablemente, en la administración morenista, los desaciertos y políticas económicas implementadas son las peores registradas en muchísimo tiempo.

López Obrador está a poco menos de un mes de concluir su sexenio, y ahora es tiempo de evaluar lo que ha hecho y dejado de hacer. En el ámbito político, apuntaló al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que incondicionalmente, desde cualquier trinchera, apoyó y aprobó modificaciones a leyes que perjudicaron a millones de mexicanos.

En la Cámara de Diputados y el Senado de la República se cocinan y aprueban las ocurrencias del presidente; con la justificación del combate a la “corrupción”, y lo más reciente, que los jueces sean elegidos por voto popular, para que los futuros ministros de la Suprema Corte de Justicia estén a la merced del “Sr. (a) Presidente”.

Esta ya se aprobó en lo general en la Cámara de Diputados la reforma del Poder Judicial y próximamente se turnará al Senado. Así han desaparecido programas sociales que en su momento beneficiaron a millones de personas, familias, niños, adolescentes y adultos.

Sólo por mencionar algunos, están los albergues infantiles, el apoyo a programas de investigación, Prospera, el Fonden, comedores comunitarios, el Seguro Popular (sustituido con la farsa del Insabi), ProMéxico, las Zonas Económicas Especiales, así como diversos fideicomisos que atendían programas educativos, de investigación, salud, entre muchos otros rubros.

Lo criticable de este Gobierno, que está en la recta final, es que precisamente todos esos recursos económicos destinados para obra de infraestructura, programas sociales, para enfermos de cáncer, para científicos y muchos más, que sí beneficiaban al pueblo, la 4T los capitalizó para ofrecer dádivas a los mexicanos y, claro, para las multimillonarias obras faraónicas, emblemas de esta administración.

Con las megaobras, al final de cuentas, los mexicanos no serán los beneficiarios; al contrario, seguirán recibiendo migajas mientras que un pequeño grupo de élite de poder económico obtendrá multimillonarias ganancias a expensas del pueblo, y el erario público financió gran parte de esas millonarias obras.

Por otra parte, la Cuarta Transformación no ha sido capaz de crear un sistema de salud que atienda a los sectores más vulnerables de la población. Ya no digamos como el de Dinamarca, como recientemente, sin pudor alguno, presumió que el sistema de salud de México al afirmar que ya habíamos rebasado al país escandinavo, sino mínimamente como estaba cuando tomó las riendas del poder.

Continúa pasando el tiempo y la promesa sigue siendo eso, una promesa. No se trata solamente de responsabilizar al neoliberalismo de los problemas que está teniendo el sistema de salud en México, cuando el actual gobierno tiene ya seis años y la desatención médica, el desabasto de medicamentos, los fallidos procesos de compra de medicinas y el deterioro en la salud es más que evidente.

Pero el mal Gobierno de López Obrador va más allá. Según cifras y proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre 2019 y 2022 la economía mexicana acumuló una contracción de -5.5 %. Para México, esto significa que, durante el sexenio de López Obrador, que concluye en menos de un mes, el crecimiento económico podría ser nulo. Pero incluso si el país no crece a tasas de al menos 1.8 % entre 2022 y 2024, el saldo sexenal económico sería negativo.

El desempeño de la economía de México durante los seis años de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido dispar. El desempleo no es un problema nuevo ni único de esta administración, pero es evidente que este se intensificó en los últimos años, con una lejana capacidad y posibilidad de disminuir, debido a que las erradas políticas públicas en materia laboral implementadas por el Gobierno federal parecieran tener el objetivo de incrementar la desigualdad y la pobreza en vez de resarcirlas.

Un mal que afecta considerablemente a los mexicanos es la escasez de oportunidades y nada se hace para remediar este problema. Asimismo, poco más de 26.6 millones de trabajadores están en el sector formal, mientras que 32.4 millones se emplean en alguna modalidad del sector informal.

En la mayoría de los casos, los trabajadores del sector informal tienen derechos laborales limitados, como el acceso a seguridad social, contratos, instituciones de salud o créditos para la vivienda, de acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

Es de lamentar que no haya las condiciones de empleo para todos y salarios justos suficientes para que los trabajadores puedan ofrecerle una vida más digna y de bienestar a sus familias, además de dar certidumbre a las empresas para que puedan invertir en México.

Al contrario, se privilegia la entrega de dádivas, dinero fácil a los ciudadanos, para mantenerlos en control y asegurar el apoyo popular de un gobierno que hasta el momento ha sido incompetente, manipulador y poco fiable, pues todo apunta a que al final terminará hundiendo al país en quizá la peor crisis económica de su historia.

López Obrador y la 4T, en este Sexto Informe, no dieron cuentas de los malos resultados, de lo mal que han conducido al país, de que está a punto de concluir su mandato, pero con datos duros, que para muchos son los peores que se recuerdan de una administración presidencial, pero para otros, los que apoyan incondicionalmente al mandatario, no cuentan para lesionar la imagen del que para ellos es el mejor presidente que ha tenido México. Usted tiene la última palabra.

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