En 2018, 30 millones de mexicanos se volcaron a las urnas dándole a licenciado Andrés Manuel López Obrador, toda la confianza para que fuera el presidente de la República, pues, como cada sexenio que se renueva el cargo presidencial, el pueblo de México cifra sus esperanzas en un nuevo tlatoani (léase gobernante); así ha sido la cultura mexicana, creada por los políticos del sistema, que desde el triunfo de la Revolución viene protegiendo los intereses de la clase rica del país, y haciéndole creer a este mismo pueblo que él elije a los gobernantes, cuando en realidad es la clase dueña de los medios de producción, quienes ponen a sus títeres para que les sirvan desde el poder para acrecentar sus riquezas y mantengan al pueblo en la idea de que se gobierna para él.
Estamos a nueve meses de que termine el gobierno que se ha autodenominado de izquierda, cuya frase rimbombante fue y es, “primero los pobres”.
Cabe entonces preguntarse, ¿mejoró sustancialmente la vida del pueblo de México? ¿ya la gente no tiene que batallar para llevarle el pan a sus hijos porque gana lo suficiente para cubrir la canasta básica? ¿ya existe un mejor sistema de salud, donde la gente enferma vaya a hospitales, clínica y centros de salud, con la seguridad de que se le atenderá bien y recibirá toda la medicina que necesite? ¿que si le falta vivienda digna no tiene de qué preocuparse porque el gobierno atenderá su necesidad a un bajo costo y por tanto no necesita rentar y vivir de arrimado? ¿ya la educación de sus hijos es de calidad y en sus escuelas nada falta para que estos se formen adecuadamente en todos los aspectos, científica y técnicamente y con un buen nivel de cultura y educación física? ¿ya la seguridad pública mejoró y no tenemos que preocuparnos de que saliendo a la calle a desempeñar nuestras actividades nadie nos va agredir y que nuestros hijos pueden salir tranquilos a sus centros de estudio, parques y de trabajo, porque la violencia está desarraigada, y que todo es paz y seguridad?
Pues bien, para no ser calificados de prejuiciados o calumniadores del gobierno de Morena, eh aquí algunos datos:
El reciente estudio del Coneval indica que la población carente de acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 millones de personas en 2018 a 50.4 millones en 2022 (última cifra disponible). Perdieron el acceso a la salud 30.3 millones de personas.
Los resultados de #PISA2022 revelan una preocupante realidad en la educación mexicana. Dos de cada tres estudiantes de 15 años carecen de competencias básicas en matemáticas y uno de cada dos en lectura y ciencias. Esta tendencia evidencia una crisis educativa profunda.
El reporte ‘MX: La Guerra en Números’, de T-ResearchMX, detalla que, de acuerdo con el registro de homicidios dolosos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del 1 de diciembre de 2018 al 3 de febrero de 2024, tiempo que lleva la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, las fiscalías estatales y federales han registrado 178 mil 314 homicidios dolosos en México.
En México hay 35.3 millones de viviendas, de las cuales todavía 8 millones de viviendas sin las condiciones necesarias para ser habitables, por lo que se consideran en déficit. Esta problemática de vivienda impacta a 33 millones de personas.
Como se ve, este gobierno está reprobado en muchos aspectos fundamentales en la vida de los mexicanos, hoy se vive con temor, con angustia permanente porque el salario no alcanza y los precios de la canasta básica suben y suben y el gobierno está indiferente a esta situación, sólo le interesa machacar y machacar su propaganda de supuestos éxitos para que el pueblo se trague sus mentiras de que vivimos en un país donde todo es felicidad.
Inversiones multimillonarias se hicieron y siguen haciendo en obras que hasta hoy ni funcionan, como la refinería Dos Bocas que es hora que aún no refina un solo litro de gasolina, o como el aeropuerto Felipe Ángeles que ante la falta de pasajeros se tiene que subsidiar con dinero de los impuestos, o un Tren Maya que para construirse destruyó miles y miles de hectárea de selva, dañó mantos acuíferos y alteró la vida silvestre de ese ecosistema, y ahora vemos que también fue mal construido porque se robaron el dinero e hicieron una obra de mala calidad.
Hoy el país padece un baño de sangre por todos lados, la delincuencia organizada y no organizada ha impuesto su ley por encima del Estado de derecho, y esto a ciencia y paciencia del Gobierno federal y estatales.
También es menester mencionar el retroceso del sector agrícola, ganadero, de la pesca, se anularon instituciones que algo apoyaban el sector, y pongo solo cómo ejemplo la desaparición de la Financiera rural, dejando sin financiamiento para producir a los hombres del campo trayendo como consecuencia una disminución en la producción, hoy México importa más alimentos que en el 2018, la autosuficiencia alimentaria del país solo fue propaganda. De acuerdo con un informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). México se ubicó como el tercer mayor importador de cereales del mundo, con 8,886 millones de dólares y un alza interanual de 17 por ciento.
Con todo esto, bien haríamos los mexicanos en enjuiciar objetivamente sin filias ni fobias a este sexenio, urge hacerlo para valorar a quién darle nuestro voto, y no después lamentarnos de sus nulos o pésimos resultados.
Por mi parte, concluyo que Morena no es la verdadera alternativa para sacar de la pobreza y marginación a millones de mexicanos que forman la clase trabajadora del país, es más ni siquiera la oposición representada por los partidos contrarios a Morena son la solución a los males sociales profundos que viven los mexicanos, por tanto, hay que construir esa alternativa desde abajo, desde las entrañas del pueblo, promoviendo su organización y educación política, poniéndola a luchar y ejercitándola para que pronto tome las riendas de este gran país que pide a gritos un nuevo modelo económico que ponga en práctica estos cuatro ejes:
1.- Crear fuentes de empleos para todos los que estén en edad de trabajar, 2.- pagarle salarios bien remunerados a todos los trabajadores hasta igualar la adquisición de la canasta básica, la cual sobrepasa ya los 750 pesos diarios, 3.- cobrar impuestos al ingreso, es decir que si ganan mucho que paguen más impuestos y si los obreros ganan poco que paguen poco o incluso nada. y 4.- garantizar la construcción de obras y servicios en las comunidades populares con el objetivo de elevar el bienestar, la educación y salud del pueblo trabajador.
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