A medida que pasa el tiempo el gobierno de López Obrador se va debilitando, los millones de mexicanos que votaron por "un cambio verdadero" poco a poco se han venido desilusionando por la falta de buenos resultados.Eso se puede notar a simple vista en cualquier rincón del país, todos vivimos los diferentes problemas a cada momento, como muestra y basta echar un vistazo a los diferentes lugares donde el Presidente va de gira, allí podemos ver que ya son muchas las manifestaciones en contra de la 4T que prueban lo irritado que está el pueblo de México, verbigracia, el mal manejo de la pandemia generada por covid-19 que ha causado la muerte de más de 50 mil personas, en su mayoría gente humilde; los nulos resultados en la estrategia de seguridad; la falta de medicamentos para niños con cáncer y otras enfermedades crónicas; los feminicidios que siguen en aumento; la falta de empleos para millones de trabajadores que tienen familias que padecen hambre; la nula falta de apoyo a las micro y medianas empresas y un sin número de problemas, que si bien es cierto ya existían, con este gobierno se han agravado.
Millones de mexicanos nos hemos visto perjudicados con la forma tan mala de gobernar y de hacer política del hoy Presidente de la República, su nulo conocimiento de la economía nacional e internacional ha ocasionado grandes estragos a nuestro país.Cierto es que el presidente no está obligado a conocer de todo o a hacer todo, pero también es cierto que debe tener gente muy cercana a él que lo asesore y lo ayude a que las decisiones que tome sean las mejores para el país.Seguro estoy que el presidente sí tiene asesores y que estos probablemente no sean tan malos, el problema, como él mismo lo ha dicho, es que es muy terco y no acepta consejos de nadie; entonces, todo lo que diga el presidente debe ser obedecido sin rechistar, aunque no sea lo correcto.Las consecuencias están, como dije, a la vista y las estamos viviendo.En campaña habló mucho, hizo muchas promesas, prometió un país mejor y hoy, a casi dos años de su gobierno, el panorama nacional luce desolador.
Como son muchos los problemas que se están dando en este gobierno y todos muy graves, en esta colaboración semanal, quiero referirme a las promesas del presidente: acabar con la inseguridad.Lamentablemente todo lo que se ha implementado en esta materia ha fracasado, creo que este es uno de los problemas fundamentales que nos afecta a todos, sin importar el nivel económico o el estatus social.
El crimen organizado y la violencia están desatados, los datos del mismo gobierno hablan que a la fecha ha habido casi 60 mil muertos desde que López Obrador tomó el poder, en promedio son 98 asesinatos al día, debido a la violencia descontrolada.Es la cifra más alta comparada con los gobiernos anteriores, nunca había habido tantos muertos en un periodo de tiempo como el que lleva López Obrador en el poder.Al igual que la pandemia, no hay una estrategia para detener la violencia y asegurar la tranquilidad de la vida de los mexicanos en su trabajo, en su casa, en las calles, etc., esto, todos los especialistas dicen que se va a agravar con el incremento del hambre, con el incremento del desempleo, con el incremento de la pobreza laboral y con el incremento de falta de recursos para atender la salud de los que se enfermen de coronavirus.
Si analizamos la cosa desde el inicio del gobierno de López Obrador, veremos que toda su estrategia de seguridad ha sido errónea. La primera acción importante del presidente contra la delincuencia fue, particularmente, contra el robo de combustible, el famoso "huachicol", lo incluyó hasta en sus 100 compromisos.Prometió hacer las cosas mejor que antes y no "pegarle un garrotazo a lo tonto al avispero".Para acabar con el huachicol, cerró los ductos de Pemex, dejó al país sin combustible, hubo compras de pánico, filas en las gasolineras por días, semanas, se recrudeció la violencia en Guanajuato epicentro del huachicol, hubo miles de asesinatos en ese estado y ¿qué paso al final? Pues, que ni bajó el huachicol, ni detuvieron a los capos y menos bajó la violencia.
La estrategia de "abrazos y no balazos" "el regaño" de las mamás y abuelitas, tampoco funcionó.En campaña López Obrador prometió a los mexicanos paz y tranquilidad, pero no solo eso, también dijo que el desaceleramiento de la violencia se iba a notar en cuanto asumiera el poder, pero por lo visto, esta promesa fue solo eso, ¡promesa! Lo más grave es que durante la pandemia los asesinatos no se redujeron como en otros países, sino que incrementaron, los feminicidios se mantienen en niveles altísimos, al grado que el gobierno no le quedó de otra más que la ridiculez de "presumir" que habían bajado los robos a transeúntes y en transporte público.¡Pues claro!, bajaron porque no había gente en las calles.En fin, la "estrategia" para combatir la delincuencia es un fracaso.
No olvidemos que como candidato, López Obrador dijo que regresaría al ejército a los cuarteles, pero ya como presidente, el ejército se encarga de todo: está haciendo el aeropuerto de Santa Lucia, compró las pipas para transportar combustible y "evitar el huachicol", contrató a los choferes de las pipas, está haciendo los bancos de Bienestar, también planta árboles, va a hacer un tramo del tren maya, controla las aduanas, reparte los libros de texto gratuitos y, por si esto fuera poco, ocho de cada 10 miembros de la guardia nacional provienen de las fuerzas armadas.Así las cosas, con el presidente que no quería militarizar el país como sus antecesores.
López Obrador dice que su estrategia de seguridad busca resolver el problema de raíz, "el 80 por ciento de la estrategia para garantizar la paz y la tranquilidad va a depender de la nueva política económica que genere estabilidad social", pero si algo ha sido un desastre en este sexenio es, precisamente, la política económica, porque desde antes de la pandemia ya estábamos casi en recesión, pero ahora estamos peor. Por lo que la violencia seguirá en aumento y por muchos plazos que pida el gobierno, no logrará disminuirla porque lo que falta no son buenos deseos, sino un gobierno diferente, que busque distribuir mejor la riqueza que todos generamos con nuestro trabajo.
Ante esta grave situación, los mexicanos debemos unirnos y formar un frente nacional común para quitar del poder a este mal gobierno que, aunque diga que todo va viento en popa, la realidad nos da un duro golpe en la cara y nos exige unirnos y organizarnos para cambiar el destino de nuestro país. Se acercan las elecciones de 2021 y es un momento ideal para hacer valer nuestra fuerza y nuestra unidad, tenemos una buena oportunidad para cambiar en serio las cosas.Votemos por diputados más comprometidos con el pueblo, votemos por mejores gobernadores que vean por las necesidades del pueblo.Sacúdanse la bola de humo del presidente y de las mentiras de Morena y decidamos todos a cambiar las malas condiciones en las que vivimos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario